Desde Roma
Mientras el Papa Francisco se ha declarado dispuesto a hacer todo lo posible por la paz entre Rusia y Ucrania y ayer el portavoz de Vladimir Putin dijo que el gobierno ruso está dispuesto a discutir con Estados Unidos, con Francia y con el Pontífice, en su discurso el martes ante la Cámara de Diputados la primera ministra italiana Giorgia Meloni, derechista y católica, no había hecho mención de la necesidad de buscar la paz.
El miércoles en cambio, ante el Senado cambió de idea. “Trabajaré para que se llegue a una paz justa pero debemos entender cómo se llega a un paz justa. Seguramente no levantando banderas en las manifestaciones sino apoyando a Ucrania de modo tal que haya un equilibro entre las dos partes para que se pueda llegar a una negociación”, dijo. Dio a entender así que su gobierno seguirá apoyando el envío de armas a Ucrania, como hasta ahora ha hecho Italia y numerosos países de la Unión Europea y de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Meloni se presentó este miércoles ante el Senado para obtener el voto de confianza, luego de que el martes obtuviera el de la Cámara de Diputados donde 235 diputados (sobre 400) la apoyaron. El miércoles no hizo un nuevo discurso: simplemente ajustó o aclaró algunos puntos de su mensaje que recibieron numerosas críticas, sobre todo de parte de los exponentes de los dos partidos más importantes de la oposición de centroizquierda, el Partido Democrático (PD) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
No obstante todo, como se esperaba porque la alianza de derecha que forma parte del gobierno de Meloni (su partido, Fratelli d’Italia, La liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi) tiene mayoría en las dos Cámaras, Meloni consiguió 115 votos a favor, sobre un total de 200 senadores. Y con esto concluyó todos los pasos que debía respetar, según la Constitución italiana, para poder empezar a trabajar como la primera mujer en Italia elegida primera ministra.
Berlusconi y la paz
La discusión sobre el mensaje de Meloni fue hoy más allá de sus contenidos. El senador Roberto Scarpinato del M5S, por ejemplo, no solo insistió en la necesidad de luchar contra la corrupción y las mafias, cosa que había dicho Meloni, sino también contra el olvido. “No basta con tomar distancia del fascismo -como hizo la primera ministra-ni compartir con el presidente del Senado La Russa su propuesta de declarar cerrados los puentes con el pasado para instaurar una nueva fase de reconciliación”, dijo. Esto será posible, enfatizó, “sólo cuando queden claras todas las masacres cumplidas por el neofascismo y sobre las que se aplicó el despistaje” para de alguna manera protegerlo. Scarpinato, ex magistrado, se refería entre otros al atentado de Plaza Fontana en Milán,(1969) en el que murieron 17 personas y varios otros atentados de la extrema derecha en distintas ciudades del país en las décadas 1970 y 1980.
El tema de la guerra en Ucrania volvió a salir durante la discusión en el Senado y varios se apuraron a hablar de paz, “una paz con justicia”, subrayaron tal vez motivados por las noticias que venían del Vaticano .
“Debemos trabajar por la paz respetando al pueblo ucraniano”, dijo por su parte el senador Silvio Berlusconi, que hacía nueve años que no accedía al Parlamento por haber sido procesado y condenado por fraude al estado, en uno de los varios procesos que sufrió. Berlusconi reconoció haber hablado y tratado con otros países la posibilidad de recuperar a Rusia para Europa a fin de desafiar el expansionismo chino. Pero todo eso quedó en la nada cuando se desencadenó la guerra en Ucrania, contó. Por otra parte reivindicó como “estrella guía” de los tres gobiernos que él condujo entre 1994 y 2011, “ la libertad” porque, subrayó, “yo siempre fui un hombre de paz”.
El Papa y la paz
Francisco siempre mantuvo relaciones diplomáticas cordiales con Rusia. A tal punto que poco después que comenzó el conflicto en Ucrania, un día se presentó sin avisar en la embajada rusa ante el Vaticano para hablar con el embajador sobre posibles vías de paz. Pero esa conversación no fue demasiado lejos. Al menos no se filtraron otras informaciones pero algunas fuentes cercanas al Vaticano afirmaban que Francisco seguía tratando pero discretamente, sin que las tratativas salieran a la luz.
Ahora, ante las declaraciones del portavoz de Putin, Dmitry Pekov, el cardenal secretario de estado vaticano, Pietro Parolin, número dos de la Santa Sede, declaró a la prensa que “nosotros estamos abiertos y disponibles para hacer todo lo que sea posible”. “Si hay una pequeña abertura seguramente la aprovecharemos”, insistió. Pero también dio a entender que el Vaticano estaba todavía evaluando la situación.
El martes Francisco había participado en el parque del Coliseo de Roma de un evento con dirigentes de distintas religiones y líderes políticoss sobre la paz, organizada por el ente católico de solidaridad internacional San Egidio y titulado “El grito de la Paz”. Del evento, que inició sus sesiones el 23 de octubre, participaron también el presidente francés Emmanuele Macron y el presidente italiano Sergio Mattarella.