Con 180 votos positivos, 22 negativos y 49 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó, durante la madrugada del miércoles, el Presupuesto 2023. Fueron 19 horas de un debate legislativo que arrojó un resultado en el que todos pudieron sentirse victoriosos: el Frente de Todos, que se anotó su revancha luego del naufragio del año pasado, y Juntos por el Cambio, que festejó el haber logrado bloquear el artículo que proponía que los judiciales pagasen impuesto a las Ganancias y el que le habilitaba al Ejecutivo manejar las retenciones al agro. "Incluso perdiendo ganamos", aseguró, en cambio, un diputado oficialista que destacó haber dejado "expuestos" a les legisladores de JxC que votaron en contra de que los jueces tributen Ganancias. Hubo, sin embargo, un total de cinco diputades oficialistas de extracción sindical que votaron también en contra y generaron malestar en más de un compañero de bloque. El plan de cuentas nacionales girará, ahora, al Senado, en donde comenzará a ser tratado en comisión a partir de la semana que viene.
Sonriente, pulgar para arriba y rodeado por decenas de diputades que no querían abandonar el recinto sin darle un abrazo: la imagen de la sesión la dio Sergio Massa a las 5 am, cuando el FdT estalló en aplausos al lograr aprobar, con una amplia mayoría, el Presupuesto 2023. El ministro de Economía, que había seguido prácticamente todo el debate desde el Congreso, se anotó un importante tanto político: "El comienzo del fin de Martín Guzmán fue el Presupuesto. Para Massa, fue un triunfo político", resumieron desde su entorno. Atrás había quedado la derrota del año pasado -cuando, por primera vez desde la vuelta democrática, una oposición le bloqueó al oficialismo su presupuesto en el recinto--, el FdT había conseguido su revancha y lo había hecho con el apoyo de casi todos los sectores de la oposición.
Como yapa, la votación había exhibido la fuerte división interna en Juntos por el Cambio: mientras que el radicalismo, Evolución Radical y Encuentro Federal (liderado por Margarita Stolbizer y Emilio Monzó) votaron a favor, el PRO se abstuvo y la Coalición Cívica votó en contra. El FdT, mientras tanto, pudo mostrar una postura unificada, ya que todes sus diputades votaron a favor del proyecto en general (en particular ya fue otra historia). Eso sí, hubo dos ausencias de diputades que integran la CCC: Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva.
La oposición, sin embargo, no se fue con las manos vacías. Superada la votación en general a las 5 am, comenzó el largo y tortuoso proceso de debatir, uno por uno, los 145 artículos del Presupuesto. JxC, acompañado del Interbloque Federal, tenía varios artículos en la mira y, a lo largo de toda la sesión, se abocó a reunir los votos para eliminarlos. El más importante fue el que elimina la exención impositiva para les trabajadores judiciales: con 134 votos en contra y 116 a favor, la oposición logró bochar la propuesta de Marcelo Casaretto que buscaba ir contra un viejo privilegio judicial. "El artículo 100 de la Constitución pretende que el Poder Judicial tenga independencia, que los jueces no puedan ser condicionados por las potestades que tiene el Poder Ejecutivo y el Legislativo", afirmó, tajante, Graciela Camaño, quien votó en contra junto a les legisladores de JxC, José Luis Espert y el resto de les integrantes del Interbloque Federal. También votaron en contra les diputades de izquierda y cinco del FdT: María Rosa Martínez, Claudia Ormachea, Sergio Palazzo, Carlos Cisneros y Vanesa Siley.
"Hay que votar esto porque es justo, hace a la equidad tributaria y porque no podemos ser débiles frente a los fuertes", sostuvo, por otro lado, Leopoldo Moreau, quien comparó a les jueces que habían ingresado a partir del 2017 y estaban pagando Ganancias (como resultado de una ley que se aprobó en 2016) con los que habían ingresado antes y no querían pagar: "O sea que hay jueces que tienen violentada la independencia y otros que no, señor presidente. Cierto, presidenta", se corrigió, riéndose, bajo la atenta mirada de su hija, la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau.
"Lo de la oposición es una victoria pírrica, porque quedan expuestos por haber garantizado un privilegio que genera mucha repulsa social", analizó un diputado del FdT. Los cinco votos propios en contra generaron, sin embargo, mucho malestar en el bloque. Si bien muchos entendieron la postura de Siley, que es secretaria general de un sindicato judicial y debe defender a sus representados, cuestionaron que el resto hubiera terminado optando por el interés corporativo por sobre el político. Los únicos diputados "sindicalistas" que votaron a favor del impuesto fueron los dos de la CTA, Hugo Yasky y Pablo Carro.
El otro artículo que la oposición quería voltear y lo logró fue el que prorrogaba la delegación de facultades en el Ejecutivo para aumentar retenciones. En este caso no se llegó a una votación porque el oficialismo decidió quitarlo antes por motus propio, sabiendo que no tenía el número para aprobarlo una vez que la izquierda confirmó que se abstendría. Por otro lado, sin embargo, el FdT logró mantener el artículo otorgaba beneficios impositivos a Camioneros, así como el que creaba una nueva tasa para los pasajes en avión. En este último caso, el oficialismo logró mantener el artículo solo por un voto de diferencia - quedó 123 a favor y 122 en contra -, lo que generó una avalancha de críticas de parte de JxC contra Javier Milei, quien se había ausentado durante la votación en particular. "En la sesión de hoy, con la complicidad de los diputados oficialistas y libertarios, se creó un nuevo tributo denominado MILEI", cuestionó Maxi Ferraro (CC). Cabe destacar, sin embargo, que también se ausentaron legisladores cambiemitas como Margarita Stolbizer y Gustavo Santos.
Al final de la sesión, cuando el sol ya había salido y el reloj marcaba las 8 am, el miembro informante, Carlos Heller, aceptó la incorporación de un pedido de Hugo Yasky de incrementar el Presupuesto educativo. Luego de varias críticas de parte de legisladores cambiemitas y de izquierda respecto al ajuste en las partidas en Educación, el FdT salió a defenderse apuntando a que la más baja inversión educativa se había hecho en 2015 y que, desde entonces, se había ido aumentando progresivamente. Finalmente, como resultado de unas conversaciones que los sindicatos docentes habían tenido con Massa, se decidió establecer un artículo que sostuviera que la inversión en Educación en 2023 no podía ser menor al 1,33 por ciento del PBI (antes era del 1,26). Un gesto a los propios en el marco de las dudas que había generado un Presupuesto que, al fin y al cabo, buscaba cerrar las metas acordadas con el FMI.