Con una negociación en dos planos –en el Congreso y en los ministerios–, el Gobierno selló un acuerdo con la oposición para evitar hoy una derrota del oficialismo en el recinto de la Cámara de Diputados, que mostraría a Cambiemos bloqueando el tratamiento de la Emergencia Social para los sectores sociales más vulnerables y la reforma del Impuesto a las Ganancias reclamado desde las centrales obreras, impulsadas en el Congreso por el abroquelamiento del grueso del arco opositor. Los ministros del Interior, Rogelio Frigerio, y de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay fueron hasta la Cámara baja para acordar en una reunión con la oposición el levantamiento de la sesión especial de hoy (convocada por los bloques opositores) con el compromiso de incluir ambos temas en las sesiones extraordinarias del Parlamento que se extenderán hasta el 30 de diciembre y cuyo decreto presidencial se conoció por la noche (ver recuadro). Ganancias y la Emergencia Social llegarán al recinto de Diputados el 6 de diciembre para que el Senado pueda convertirlos en ley antes de fin de año.
Acuerdo
Los legisladores de Cambiemos comenzaron una negociación con Sergio Massa para evitar hoy lo que el jefe del interbloque oficialista de diputados, el radical Mario Negri, definió como “chiquero parlamentario”. Negri y el titular de la Cámara baja, el macrista Emilio Monzó, buscaron convencer al líder renovador la intención del Gobierno de incluir Ganancias en las sesiones extraordinarias y que con ese objetivo Prat- Gay había enviado el –cuestionado– proyecto oficial. Pero Massa vio atada su intención negociadora al acuerdo opositor donde los dos temas (Ganancias y Emergencia) iban juntos en las negociaciones con el Gobierno.
En paralelo, en el ministerio de Bienestar Social, la ministra Carolina Stanley remontaba una nueva reunión con las organizaciones sociales que impulsaron la Emergencia -Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie (BdP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC)- tras dos encuentros anteriores que habían fracasado. A la reunión de ayer se sumaron el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot y el presidente de la comisión de Presupuesto en la Cámara baja, Luciano Laspina. Allí arribaron a un principio de acuerdo con mejoras reclamadas para las organizaciones sociales y la redacción de un borrador sobre una nueva ley de Emergencia.
Por la tarde, las organizaciones sociales convalidaban en asambleas realizadas en distintos municipios del conurbano bonaerense lo que sus negociadores acordaron con la ministra: la suba de las remuneraciones de los cooperativistas beneficiarios de los planes sociales de 3200 a 4000 mil pesos mensuales, un medio aguinaldo o bono en diciembre de 2030 mil pesos, el adelantamiento del pago de los planes de febrero en enero de 2017. Así como un millón de canastas navideñas, un aumento del 40 por ciento de lo que el ministerio destina a comedores comunitarios y un 63 por ciento para los merenderos.
En lo que se mantuvo la negativa del Gobierno respecto al proyecto de Emergencia Social con media sanción del Senado fue en el compromiso de crear un millón de empleo a lo largo de un año. Stanley aceptó el grueso de la propuesta y propuso algunas modificaciones. El borrador establece que se declarará la emergencia social por tres años, cada uno de los cuales se destinará un aumento de 8 mil millones de pesos anuales que servirían sumar gradualmente otros planes.
Se creará el Consejo (integrado por el Ejecutivo y las organizaciones sociales) para negociar un Salario Social Complementario, y un registro nacional de Trabajadores de la Economía Popular. Aunque el borrador deja afuera el reclamo del 15 por ciento de aumento para las asignaciones universales por hijo y por embarazo.
Prat-Gay y Frigerio llegaron al Congreso cerca de las siete de la tarde para sellar la tregua con la oposición. Los ministros se reunieron con las espadas legislativas del oficialismo en la presidencia de la Cámara, con Monzó, Negri y Massot. Los presidentes de los bloques opositores –Héctor Recalde (FpV-PJ), Graciela Camaño (Frente Renovador), Oscar Romero y Diego Bossio por el Bloque Justicialista, Leonardo Grosso y Lucila Deponti por el Peronismo para la Victoria-Movimiento Evita, y Victoria Donda (Libres del Sur)- esperaron a los funcionarios en el Salón Blanco de la planta baja del Palacio legislativo.
Una hora después -con el decreto presidencial de la convocatoria a sesiones extraordinarias y el temario en la mano- bajaron a reunirse con la oposición. Frigerio fue el encargado de resumir la postura del Gobierno: evitar el enfrentamiento que prometía la sesión de hoy en Diputados, confirmó el principio de acuerdo entre el Ejecutivo y las organizaciones sociales por la Emergencia. Además, pidió “prudencia” a la oposición sobre la reforma de Ganancias y que se respeten los acuerdos previos con las provincias.
Cronograma
Después de las fotos de rigor, los jefes de los bloques opositores dieron a conocer el cronograma de lo acordado. El martes próximo habrá una reunión informativa sobre Ganancias, donde se acordarán todos los proyectos que incluirá el debate, aun los que no habían sido incorporados hasta ahora, incluso el que giró el Gobierno al Parlamento.
El jueves habrá reunión del plenario de comisiones para darle dictámenes de mayoría y los de minoría, que llegarán al recinto el 6 de diciembre. La misma sesión en la que se tratará la Emergencia Social, que también tendría dictamen el jueves de la semana próxima. Para ambas iniciativas lleguen al Senado para tratarse el 16 de diciembre y ambas convertirse en ley con el respaldo del grueso del arco opositor.
A diferencia de la Emergencia Social, cuyo texto será el del acordado entre el Ejecutivo y los movimientos sociales, Ganancias promete una fuerte disputa que encontrará al grueso de las bancadas opositoras enfrentadas a la propuesta oficialista.
Desde el massismo, el kirchnerismo y peronismo disidente hay intenciones de buscar acuerdos y tratar de unificar una propuesta común. Los une el espanto a la “propuesta mezquina” del oficialismo. Todos los cálculos indican que el proyecto oficial terminará por sumar al menos dos millones de trabajadores más que pagarán el impuesto a partir del año próximo si prospera.
Los enunciados que Massa presentó a la noche como propios, en realidad sumaban varias de las coincidencias que los bloques opositores alcanzaron para avanzar en la convocatoria prevista originalmente para hoy. Aunque cada uno de las bancadas opositoras tienen sus propias iniciativas. De todas maneras, la mayoría de los opositores afirman que desechar la propuesta oficial terminará por beneficiar al Gobierno impulsando el consumo, tras el fracaso del macrismo ante las inversiones extranjeras, la recesión económica y la compleja situación social que generaron sus propias políticas económicas.
Desde el Gobierno resisten que las propuestas de financiamiento opositor, que proponen que el costo fiscal se cubra con gravar parte de la renta financiera y a la minería (a la que el Gobierno le quitó las retenciones a las exportaciones), aunque acepta a regañadientes un gravamen al juego.
La movida oficialista de ayer buscó evitar que el Gobierno cargue con el costo político de negarse a tratar proyectos que benefician a los sectores sociales más vulnerables y las capas de trabajadores mejores remunerados. Lo cierto es que en unos días tendrá que asumir la derrota que la oposición en el Congreso le infligirá a los lineamientos principales de su política económica, que hasta ahora favoreció a los sectores más concentrados de la economía.