El recorrido por los escenarios de Sin Nombre y Sin Sombrero tiene la que tal vez sea la última función del año, mañana a las 20 en Arteón (Sarmiento 778). La obra de danza teatro que dirige Natalia Álvarez a partir de la idea y guion compartido con María Cecilia Micetich, pone en escena a las mujeres de la generación del ’27 español; como dice Micetich a Rosario/12: “desde la primera presentación de la obra tuvimos un camino precioso, que fue creciendo, y no solamente en relación a la extensión, porque la fuimos enriqueciendo en contenidos y escenas, sino por la devolución de la gente, que fue impresionante y nos tiene impactadas”.
Aun cuando la obra hace foco en aquella generación de mujeres, cuyos nombres la historia marginó o silenció, la obra de Álvarez y Micetich encuentra un nexo cercano, que trasciende fronteras, porque “nos sentimos muy cerca de todas las mujeres en la contemporaneidad, de este poder salir a la luz y expresarnos. Pensemos que hasta que surgieron los libros de Tània Balló, que fueron la base para unos documentales de la Televisión Española, muchas de estas mujeres eran desconocidas para la historia de la literatura de España. Están publicados los libros de María Zambrano o las memorias de María Teresa León, pero muchas de ellas, hasta estos textos de Balló, estuvieron absolutamente silenciadas, y esto es algo que mueve mucho a la gente, que sale conmovida al ver la obra”, continúa Micetich.
Sin Nombre y Sin Sombrero construye su puesta a partir de sucesos históricos y una sensibilidad que está en la piel, porque como explica la autora y bailarina: “está el tema de la memoria, de poder recordar y los exilios de distinto tipo, todo esto moviliza mucho, sumado al contexto de guerras, otro de los temas que de alguna manera representamos en la obra. Estas mujeres también estuvieron movilizadas durante la guerra civil española y fueron asumiendo determinados roles. Algunas desde una concientización, otras con algunas contradicciones ideológicas también, muchas de ellas murieron en el exilio, otras en España y olvidadas. María Teresa León, que era la pareja de Rafael Alberti, vuelve a España después del exilio y muere con un Alzheimer. Tenemos el mundo simbólico de la palabra pero también el de las imágenes, como lo significan Margarita Manso y Maruja Mallo, una surrealista cuya obra es de la misma talla o mejor que la de Dalí”.
-¿Cómo surge la puesta en escena, y la inclusión del teatro-danza?
-Todo surge a partir de una invitación que nos hicieron en febrero de 2020, de un grupo de poetas de Rosario que estaban haciendo homenajes, entre ellos a García Lorca y Miguel Hernández, y nos propusieron hacer una intervención desde el flamenco a Las Sinsombrero. Finalmente el homenaje no se realizó por la pandemia, pero con Natalia Álvarez ya nos habíamos puesto a investigar. Fue un diálogo entre una coreógrafa y una poeta literata, y lo que empezó siendo una intervención de 10 minutos lo fuimos llevando un poquito más hacia una obra. Así fuimos generando escenas que se fueron relacionando, contando una historia, a partir de algunos elementos documentales como sustento de las escenas, como el momento en el que ellas deciden sacarse los sombreros y qué les implicó este gesto. La obra está contada desde sus textos, se trató de poder combinarlos, armonizarlos, para armar un gran collage de voces, a partir del cual Natalia fue creando y dibujando con el movimiento, seleccionando junto con Santiago Alustiza, el cantaor de algunos momentos musicales. Se pensó sobre el devenir de estas historias, como cuando llega Franco y qué es lo que ellas sienten. Hay textos referidos a sus amigos de entonces, recordando a quienes habían sido exiliados o asesinados por el franquismo. Luego el momento de la memoria, los exilios, y le hacemos un pequeño homenaje a Maruja Mallo que vino a exiliarse a Argentina, así como María Teresa León y Rafael Alberti. Es decir, hacemos todo un viaje a partir del momento de gloria de ellas. Y es interesante pensar en cómo el movimiento franquista impactó en lo que es la configuración de las danzas. Muchos vinieron en la época de Franco a dar danzas españolas aquí, en un intercambio durante la época de Perón, hay toda una escuela y un lineamiento al respecto. Esto no es algo que esté explicitado en la obra, pero fue parte de ella al momento de pensar la deconstrucción en la danza, porque si bien se trata de flamenco, es flamenco estilizado.
Sin Nombre y Sin Sombrero cuenta con puesta en escena, coreografía y dirección general de Natalia Álvarez; idea, guion y selección de textos de Natalia Álvarez y María Cecilia Micetich; las participaciones de las bailarinas Natalia Álvarez, María Chelini, María Cecilia Micetich, Carla Vega, Sofía Rocca, María Laura Solani, Constanza Lanese, Claudia Muscio; música de Santiago Alustiza (al cante), Axel Avalos (guitarra) y Maxi Gou (percusión); la participación actoral de Patricia Almada, Nora Silva, Mónica Neuman; vestuario de Bibiana Garino; y fotografía de Itatí Foglia Secchi.