“Todo artista que se precie de tal debe tener una parte de ciruja”, dice Jorge Meijide y su interlocutora lanza una carcajada plena. Meijide explica cómo consiguió la tabla sobre la que hizo un extenso panorama social y cómo usó café para colorear otro trabajo. Hablan en confianza sobre su obra y el video -ese y muchos más- se revaloriza a la vista de la muestra virtual Retrospectiva sobre la obra de Meijide o, como se lo conoce en el universo del humor gráfico y la historieta, Meiji. La exposición digital, curada por Hugo Maradei y Gonzalo Cadenas, recorre distintas etapas de la obra de Meiji y está salpicada de videos como el que refieren las primeras líneas de este artículo en que la voz del propio artista da cuenta de su obra, sus diversas técnicas, sus búsquedas expresivas y humorísticas.
Retrospectiva fue concebida originalmente para oficiar de complemento de Horizontalidad, otra muestra de Meiji que se pudo disfrutar hasta comienzos de octubre en el Espacio de Arte Pérez Celis (zona Congreso), organizado por la Universidad Nacional de La Matanza. Ahora, en tanto, gana espesor propio y constituye uno de los pocos lugares a los que acceder a un panorama amplio de su vastísima obra. Aunque Meiji dibujó centenares de páginas para medios gráficos y tiene una extensa producción plástica, encontrar fácilmente libros recopilatorios es más bien una quimera. Las poco más de 100 imagenes que integran esta muestra virtual, más los videos, son un buen sustituto.
Del conjunto de obras se advierte el interés de Meijide por su entorno físico y social. Como él mismo señala en uno de sus videos, incluso su obra plástica se “sustenta en el dibujo y la figura humana” y además hace de la ciudad y de la vida “moderna”, o mejor dicho, la cotidiana del momento que le toca retratar, un eje central. “Por eso aparecen paisajes urbanos, con su despersonalización y su automatización”, acota el artista en torno a una de sus propias obras.
De su faceta plástica la muestra incluye algunas de sus obras premiadas (Salón Nacional, el Salón Municipal y Premio Trabucco, entre otros), dameros y obras sobre boletos de tren, grabados y murales. Del humor gráfico hay hitos de diferentes publicaciones, especialmente de la revista Humor, donde nace su emblemática historieta La clínica del Dr. Cureta, que incluso llegó al cine. También hay series ligadas a problemáticas sociales (Del 67 bis a Desvínculos, Protección al menor), historietas para niños (Los Compunautas, Piberío, Infancias algo imaginarias), e incluso su último personaje: el curador de arte contemporáneo José Tanza. Como agregado de color, la muestra también incluye algunas de las esculturas y obras que realizó a partir de su pasión por los juguetes, que incluso lo llevó a colaborar en la fundación del Museo del Juguete de San Isidro.