Desde Santa Fe
La presidenta de uno de los bloques peronistas Matilde Bruera y su colega del Frente Social y Popular Carlos del Frade solicitaron a la Cámara de Diputados que declare su más “enérgico repudio” a otro ataque violento de los grupos de odio que reivindicó el genocidio en Rosario, cuando escribió en uno de los pañuelos blancos de las Madres –ya restaurado-: “Fueron 8 mil”, en obvia referencia a los desaparecidos. “Estos hechos y todos los discursos y actos que niegan el terrorismo de estado en la Argentina no pueden ser tolerados en democracia”, dijo Bruera, quien ha denunciado, desde su banca, las prédicas negacionistas, incluso de algunos personeros de la derecha en la propia Legislatura. Del Frade, que es autor de otro proyecto similar, coincidió que debe haber un desagravio y una respuesta institucional ante el atentado: “El negacionismo no sólo es un delito, sino la expresión de un pensamiento intolerante y antidemocrático”. Por lo tanto, es necesario “profundizar la memoria, construir verdad y justicia como pilares fundamentales de una mejor democracia”, planteó el legislador.
El ataque quedó a la vista el martes a la mañana. “La icónica imagen de los pañuelos de las Madres en la Plaza 25 de Mayo, fue vandalizado”, dijo Bruera. “En la ronda formada por esas pinturas, y sus pasos al lado, sobre los que caminan jueves tras jueves desde hace más de 40 años, apareció la frase "Fueron 8 mil". Al día siguiente, la diputada del Frente de Todos presentó un proyecto para que la Cámara repudie la provocación y el jueves, Del Frade impulsó una segunda iniciativa con el mismo objetivo. En la ronda del jueves, el símbolo de la lucha contra el genocidio fue restaurado.
La propuesta de la Bruera es que la Cámara declare “su más enérgico repudio y preocupación por la vandalización de los pañuelos de las Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario que representan a los 30.000 desaparecidos y desaparecidas” y rechace “todo acto o discurso negacionista y violento”.
“Como dijeron los integrantes de la Ronda de Madres de Plaza de Mayo de Rosario: ‘Una vez más, la Plaza de nuestras Madres fue vandalizada. Las intervenciones colectivas que hacen presentes a nuestros 30.000 compañeras y compañeros desaparecidos fueron manchadas, con leyendas de odio, negacionistas del horror”, señaló Bruera. “Lejos de minimizar estos hechos, sabemos que forman parte de una escalada que verificamos, tanto en el ultraje a los pañuelos como en insultos directos, recibidos durante una de las rondas”.
“Nadie detiene al amor en ningún lugar”. “Por eso, corresponde que repudiemos estos hechos y todos los discursos y actos negacionistas, que no pueden ser tolerados en democracia”, agregó.
Del Frade planteó que “el negacionismo es un delito, pero además un síntoma del crecimiento del pensamiento antidemocrático en las sociedades de América del Sur en general y en la Argentina en particular”.
“El martes –recordó-, los organismos de derechos humanos de Rosario denunciaron una ‘campaña negacionista’, luego de que imágenes de los pañuelos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo aparecieran vandalizadas en el centro de Rosario”. “Tomás Labrador, miembro de Hijos Rosario, señaló que no era ‘la primera vez’ que ocurre un episodio así’ y que el jueves durante la tradicional ronda se iban a reparar los daños” ocasionados al símbolo de las Madres y Abuelas”. Y así ocurrió.
“La leyenda pintada sobre uno de los pañuelos (“Fueron 8 mil”) originó el repudio de militantes, dirigentes políticos y organizaciones defensoras de los derechos humanos”, señaló Del Frade. Y pidió a sus colegas que aprueben las mociones de repudio.
Otra integrante de la Ronda de las Madres en Rosario, Ana Moro, dijo que “si hay algo que nos sobra a los militantes de derechos humanos es la tenacidad. Nos ensucian los pañuelos, pero los vamos a volver a pintar”. "No es la primera vez que nos pintan encima. Ahora pusieron debajo 'son 8 mil' y hace un mes y medio, un jueves mientras hacíamos la Ronda, hubo una mujer que fue a gritarnos desaforadamente toda clase de barbaridades”, reveló