Desde San Pablo

La mirada de Juliano Corbellini permite ver la trastienda de las encuestas. ¿Por qué aciertan o fallan? ¿Por qué la abstención no ha sido calibrada con precisión por las consultoras? Preguntas que tienen respuestas en este doctor en Ciencia Política con casi veinte años de experiencia en elecciones como asesor de diferentes candidatos. Coautor también junto al economista Mauricio Moura del libro La elección disruptiva- Por qué ganó Bolsonaro en 2018, dialogó con Página/12.

-Qué análisis hizo sobre las encuestas electorales para la primera vuelta y lo que proyectan para este segundo turno?

- Pienso que ese debate necesita ser hecho con mucho cuidado. Eso que acostumbramos ver ahora como proyección de votos válidos, tiene un problema cuando observamos las pesquisas: presupone que los votos en blanco, nulos, de indecisos y las abstenciones se distribuirán en la misma proporción entre los candidatos. Y eso no es verdad porque la abstención, va a depender del perfil del elector de cada candidato, puede perjudicar más o menos a un candidato. Entonces, si miramos las pesquisas en la primera vuelta, comparando los resultados sobre el electorado total del Tribunal Superior Electoral, lo que vimos es que casi todos los Institutos de Pesquisas llegaron cerca del resultado de Bolsonaro. ¿Dónde estuvo el mayor error? Fue con Lula. Porque la abstención hirió más a la candidatura de Lula.

- ¿Por qué?

- Porque los parámetros clásicos para hacer una encuesta, que son las muestras de acuerdo con el perfil socio económico del país a partir de los datos del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), parece que no son suficientes porque no representan al electorado que efectivamente va a votar. Porque la abstención no se distribuye igualmente. Es un tema para los técnicos, estadísticos e investigadores, algo que se repite en varias elecciones.

-¿Qué opina de los análisis que se hacen sobre las serias dificultades que tendría Lula para gobernar? ¿Está de acuerdo?

- Yo no creo que Lula tendrá dificultades para gobernar. Pienso que él ya hizo un movimiento en dirección al centro cuando empezó la campaña, que fue la elección de Alckmin como candidato a vicepresidente. La adhesión de Simone Tebet fue muy importante por la simbología de ella. La del expresidente Fernando Henrique Cardoso también y ahora la de otro expresidente, José Sarney. Entonces creo que será una experiencia diferente, que va a establecer otro nivel de diálogo entre Lula y sus partidos aliados. La dificultades que pueden venir - y es un tema que no me atrevo hablar porque no entiendo - son las dificultades económicas, lo que quedará después de ese festival de gastos y promesas que tuvimos en la campaña de este año.

- Usted dice que Lula no tendrá problemas para gobernar por su corrimiento hacia el centro. ¿Qué se puede esperar de otros aliados, pero de izquierda, como Guilherme Boulos, el diputado federal más votado en San Pablo?

- Va a ser un gobierno que vivirá alguna tensión por tener al PSOL y al Centro en una misma gestión. Siempre existirá una tensión. Pero pienso que no será del mismo grado que en el primer gobierno Lula. Habrá una dinámica nueva, porque empezarán acuerdos electorales entre el PT y PSOL que van a comenzar, probablemente, con el propio Boulos para la Municipalidad de San Pablo en las elecciones de 2024. Entonces, no creo en un rompimiento. Creo más en la capacidad de Lula de acomodar y negociar esos conflictos.

- ¿Cuál sería el impacto en América Latina de un triunfo de Lula este domingo?

- La victoria de Lula tendría un impacto importante para las fuerzas de izquierda y centroizquierda, sin duda alguna. Así como la victoria de Bolsonaro fue muy importante para los gobiernos más conservadores, por el peso político y estratégico en política internacional que tiene Brasil.

- ¿Cómo piensa que se comportará el núcleo duro que apoya a Bolsonaro si su líder pierde los comicios?

-Es difícil de prever, pero lo más importante es lo que pase antes de la elección, porque eso podría impactar en el resultado. Creo que por el episodio de Roberto Jefferson (N de la R: el ex diputado aliado del presidente que resistió a los tiros a la Policía en su casa), va tornarse más difícil una reacción insurgente, más violenta. Pienso que es muy difícil. El TSE está muy vigilante, la prensa está muy cerrada en contra de esas conductas, entonces pienso que, paradójicamente, Jefferson disminuyó la hipótesis de que pueda pasar. Pero no se juega con locos.

- Dijo que no se juega con locos ¿Y con las milicias bolsonaristas que controlan favelas como en Río? ¿Qué debería hacer Lula si gana?

- Existe una base orgánica y social del bolsonarismo. Tiene a los evangélicos, los policías militares de los Estados, las milicias, el agronegocio, que van a ser activos en la oposición a Lula. Entonces, si el gobierno derrapa, si enfrenta dificultades, ése será un tejido social que se movilizará contra él.

- Por último, ¿considera que las urnas ratificarán las pesquisas que dan ganador a Lula?

- Sí, pienso que Lula va ganar la elección. No va ser con la ventaja que las encuestas apuntan, porque el factor abstención perjudica mucho más al electorado del PT. Eso está más que demostrado. Pero creo que Bolsonaro llegó al techo. Puede haber, claro, turbulencias de otra naturaleza, pero son cosas imprevisibles que pueden acontecer en cualquier momento.

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