Los directores de los museos más prestigiosos de Europa y Estados Unidos cuestionaron las medidas de protección vigentes de las obras de arte tras los reiterados ataques ejercidos por varios activistas ambientalistas nucleados en las agrupaciones “Just Stop Oil” y “Last Generation”. Además, catalogaron de "nihilista" la forma de expresión de los protestantes para demostrar su descontento hacia las autoridades gubernamentales por su responsabilidad en la aceleración del cambio climático.
Obras de arte vandalizadas: preocupación en los museos más famosos del mundo
“Las medidas de protección ya no son suficientes”, objetó la directora del Museo Barberini de Postdam, Ortrud Westheider, después de que un grupo de protestantes arrojaran puré de papa contra el célebre cuadro “Les Meules” de Claude Monet. La funcionaria consideró que el acto de vandalismo evidenció que “deben adaptarse los estándares de seguridad para garantizar la seguridad de nuestras obras de arte”. A pesar de que el cuadro no sufrió daños graves porque tenía un vidrio protector, se decidió cerrar el museo temporalmente hasta este domingo 30 de octubre.
El pasado jueves, tres activistas de la organización "Just Stop Oil" fueron detenidos después de que uno de ellos se pegara la cabeza al vidrio que protege el cuadro "La Joven de la Perla", de Johannes Vermeer, en el Museo Mauritshuis de La Haya, en Países Bajos, para denunciar la falta de medidas contra el cambio climático. Otro de los activistas pegó su mano a la pared al lado del cuadro. Luego de que estos actos trascendieran en las noticias de todo el mundo, el museo que exponía la pieza lamentó: "El arte no se puede defender".
"Todas las autoridades de los museos toman precauciones contra el vandalismo desde hace tiempo. ¿Se necesitan más medidas? Sin duda", afirmó a la agencia de noticias AFP el presidente honorario del Centro Pompidou de París, Bernard Blistène.
Just Stop Oil tiene un largo historial de actuaciones vandálicas en Europa: es la misma organización que en junio pasado actuó en perjuicio del museo Courtlaud Gallery de Londres cuando dos militantes se "pegaron" al marco de la obra "Pescadores en flor", de Vincent Van Gogh. Y la misma que, semanas atrás, había arrojado sopa de tomates contra el cuadro "Los Girasoles", del mismo autor, en el Museo de la Galería Nacional de Londres. Y la que, días más tarde, arrojó tortazos contra la estatua de cera del rey Carlos III, en el museo de Madame Tussauds en la misma ciudad.
El museo de la Reina Sofía de Madrid indicó que solo las obras "más valiosas están dotadas de vidrio blindado", mientras que, desde el Museo del Prado, expresaron al diario español 20Minutos que están "en alerta" por posibles situaciones vandálicas.
En este contexto, los responsables de los grandes museos franceses y británicos, incluidos el Louvre, la National Gallery y la Tate en Londres, mantienen la discreción respecto a este tema y algunos piden medidas de protección más fuertes. Otros insisten en "no ceder al pánico".
Medidas para poner un freno a los ataques vandálicos de los militantes a las obras de arte
Para Remigiusz Plath, un experto en seguridad de la asociación de museos alemanes (DBM) y de la fundación Hasso Plattner, esta serie de ataques es "claramente un tipo de escalada".
"Todos los museos debe pensar en medidas más fuertes de seguridad", como "prohibir las bolsas, las camperas y quizás también registrar a los visitantes", indicó. Asimismo, resaltó que "por supuesto" entendía la causa de los activistas medioambientales, pero insistió en que "no" había "absolutamente ninguna tolerancia con el vandalismo".
En tanto, el experto consideró que era "pura suerte" que hasta el momento "ninguna pintura haya sufrido daños graves", pero consideró que no faltaría mucho para que eso "ocurra tarde o temprano".
Expertos criticaron el vandalismo para transmitir un mensaje ambientalista
Durante una rueda de prensa en Qatar, el director del museo Whitney de Estados Unidos, Adam Weinberg, reflexionó sobre la intención de los militantes ambientalistas que atacaron las obras de arte más famosas del mundo. "Se ponen en un escenario para llamar la atención sobre algo, pero hay que preguntar: ¿esto cambia algo?", cuestionó.
Por su parte, Tristram Hunt, del Victoria and Albert Museum de Londres, replicó en esa misma mesa que además de estar preocupado por la situación, lo estaba por el "lenguaje nihilista" que rodeaba a las protestas, y criticó que lleva a pensar que "no hay lugar para el arte en tiempos de crisis".
En tanto, en una entrevista con el diario francés Le Pariesien, la ministra francesa de Cultura, Rima Abdul Malak, consignó: "¡Es terrible!" ¿Cómo la lógica de la defensa del clima lleva a querer destruir una obra de arte? Es absolutamente absurdo". También subrayó que Francia no estaba "a salvo de que un día un activista loco ataque un cuadro desprotegido", y pidió "a todos los museos nacionales que redoblen su vigilancia".
A finales de mayo, un hombre lanzó un pastel a la "La Gioconda" de Leonardo Da Vinci, protegida desde 2005 con un vidrio blindado, en el museo de Louvre. El autor del incidente llamó a "pensar en la Tierra", antes de ser llevado a un hospital psiquiátrico.
Para Didier Rykner, director y fundador de la revista en línea La Tribuna del Arte, esas acciones son "contraproducentes", y espetó que "cuanta más visibilidad se les dé, más volverán a hacerlo". "Al convertirse en algo habitual, los actos pierden sin duda su fuerza", aseguró, y apuntó que el mensaje era "bastante confuso y quizás juega a favor de los que señalan como sus oponentes".