La reciente visita del exgobernador de Salta a Córdoba significó la puesta en marcha de una nueva intentona para un armado de centro que permita “salir por arriba de la grieta” y no repita los errores de la versión 2019 de Alternativa Federal. A tono con un clima dirigencial que busca explotar las bondades del pasado reciente, la ancha avenida del medio también intenta ganar su lugar de cara al 2023. De manera paulatina, referentes de distintos sectores que se sienten ajenos a los dos polos atrayentes del mapa nacional (Frente de Todos y Juntos por el Cambio), intentan capitalizar potencial político que les permita exhibir fortaleza a la hora de terciar en la compulsa electoral. Al igual que el resto, escapan a la tentación de hacer nombres propios. La consigna es conocida: primero el proyecto y la hoja de ruta. Después será el turno de las candidaturas.
Con la “ventaja” de haber recorrido un camino que quedó trunco, protagonistas de aquel ensayo fallido que fue Alternativa Federal también apuran su revival. Exhiben como virtud el haber aprendido de los errores que llevaron a ese experimento con ambiciones superadoras a ser apenas una lluvia de verano que nació en diciembre de 2018 y se diluyó antes de las primarias de 2019.
Pero en menos de 15 días, todo se reavivó. Con Schiaretti y Urtubey como ejes, el operativo “AF2” se aceleró con los encuentros, por separado, con Roberto Lavagna primero y luego entre ambos caciques. La pata radical, Facundo Manes, hace rato que viene deshojando la margarita con reiterados elogios al gobernador cordobés.
Pese a las demoras en el lanzamiento y a cierta reticencia debido al bajo nivel de conocimiento, desde el entorno de Schiaretti insisten en que esta vez va a jugar a nivel nacional. Será con un armado amplio y vendiendo las virtudes de una Córdoba “productiva y federal”, tal como se repite en cada acto en el Centro Cívico.
Segunda temporada
Sin posibilidades de renovar su gobernación, este mes, finalmente, Juan Schiaretti recogió el guante. “Ahora sí”, rezan desde el Panal. Tal como se había señalado semanas atrás desde la mesa chica del gobernador, este movimiento se realiza de manera paulatina, más atada a la figura de “panelista invitado” o de disertante en algunos foros opositores, como ocurrió en la UBA de Yacobitti, antes que como un dirigente con el cartel de precandidato.
En ese marco, el acto más reciente de este capítulo lo mostró reverdeciendo lazos con Urtubey, con quien se reunió esta semana. Sin mayores señales desde el Panal, salvo un posteo en redes sociales, fue el propio salteño quien ofició de vocero del encuentro. “Estamos trabajando con Schiaretti. Representamos la idea de una propuesta diferente. Después veremos cómo se instrumenta. La gente está harta de la grieta”, reconoció. “Con Juan Schiaretti compartimos la decisión de construir un espacio superador. No discutimos la grieta, con ver los resultados alcanza. Coincidimos en trabajar una agenda que ponga en marcha nuestro país, con la mirada puesta en la gente y no en el poder”, expresó en Twitter.
Sin embargo, evitó subir la apuesta, más allá de tener también los deseos de llegar a la Casa Rosada.
El encuentro remite a lo sucedido en abril de este año. En San Isidro, Urtubey “hosteó” al propio mandatario cordobés. Con asado mediante, completaron la mesa Gerardo Morales, Florencio Randazzo, Graciela Camaño, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, más el exsenador chaqueño Ángel Rozas y el intendente rosarino Pablo Javkin. La comida, con cuidada exhibición mediática, fue denominada “asado, federal y antigrieta”. Pese a la expectativa, la parrilla no volvió a encenderse hasta ahora.
Schiaretti desempolvó otro “hit”: Roberto Lavagna. Tras la salida, no sin críticas, del exministro de Economía del armado de Alternativa Federal, la relación entre ambos se había enfriado. No obstante, el interbloque federal muestra a diputados de ambas extracciones trabajando casi siempre en conjunto. Pese a esto, la sorpresa no fue menor cuando la foto fue difundida entre los medios. Entre pocillos de café, el ex ministro apoyó las intenciones del cordobés de armar un espacio alternativo. Tampoco se habló de candidaturas, aunque es sabido que Lavagna está retirado de las disputas.
Desembarco en rodeo ajeno
A mediados de año, Schiaretti jugó un par de pelotas al fleje en busca de testear los límites de una eventual construcción alternativa. Recibió en el Panal a la cúpula mayor del bloque Evolución - UCR: el senador Martín Lousteau y el diputado Emiliano Yacobitti. Las coincidencias hicieron mucho ruido en la versión local de Juntos, que le endilgaron la foto al ex ministro de Economía. Fue la precuela de lo sucedido días atrás en la UBA.
De elegante sport y ante un auditorio amigable, el gobernador se presentó en un foro sobre economía y gestión plantando el primer mojón para empezar la venta de la Marca Córdoba.
Devolviendo gentilezas hacia la grey boinablanca, esta vez fue a lo seguro con elogios la figura de Raúl Alfonsín y mostró algunas cartas al señalar que se encuentra trabajando con distintos sectores que no abrevan ni en el kirchnerismo ni en Juntos por el Cambio. “Para muchos, la última vez que el país superó una crisis fue cuando se pusieron de acuerdo Eduardo Duhalde y Alfonsín”, lanzó.
Lo que sí está claro es que Schiaretti pivoteará entre el armado nacional, sea o no sea candidato, y el pago chico. En aguas mediterráneas todavía está fresco lo ocurrido en septiembre, cuando debió reemplazar al ministro de Salud, por las muertes de bebés en el Hospital Neonatal, y al titular de la cartera de Seguridad, muy cuestionado por el asesinato del joven Blas Correas a manos de la Policía. Surfeadas esas crisis de gestión, cuyas consecuencias aún están por verse, mañana lunes le levantará el brazo al intendente de la capital Martín Llaryora para ungirlo como candidato oficialista a la gobernación.
La instalación también tendrá un capítulo internacional, con un viaje a Vietnam junto a sus colegas de la Región Centro, otro espacio en el que se muestra más que cómodo. Será la semana que viene, tras lo cual prometen más movimientos bajo la misma pregunta ¿candidato, armador o qué?