Una decena de militares retirados y ex agentes penitenciarios serán juzgados por delitos de lesa humanidad en el centro clandestino Vesubio durante la última dictadura. La elevación a juicio oral y público la dispuso el juez federal Daniel Rafecas, a cargo de la instrucción de la megacausa Primer Cuerpo de Ejército. Se trata del tercer tramo que llega a juicio, esta vez por los secuestros y torturas de 370 personas y los homicidios de medio centenar, delitos perpetrados en el centro de exterminio que funcionó en Autopista Riccheri y Camino de Cintura, en La Matanza. El proceso estará a cargo del Tribunal Oral Federal 4, que ahora debe disponer la fecha de inicio. La mitad de los represores con procesamiento firme llegarán a juicio sin pisar la cárcel: dos gozan de arresto domiciliario y tres están libres.
Los miembros del Servicio Penitenciario Federal en condiciones de ser juzgados eran hace cuarenta años guardias del centro clandestino que dependía del Regimiento III de Tablada y ocultaban sus identidades con alias. Roberto Horacio Aguirre se hacía llamar “Aguilar”; Olegario Domínguez era “Kawasaki”; Florencio Esteban Goncesky era “Garri” o “Garrincha”; Milcíades Luis Loza se apodaba “Kolinos” y Hugo Roberto Rodríguez era “Techo”. Los cinco están presos. Eduardo David Lugo, que era jefe de la seguridad externa del centro clandestino, goza de arresto domiciliario en su casa de Ezeiza. Los ex guardias serán juzgados por las privaciones ilegales de la libertad y las torturas de 370 personas que estuvieron en cautiverio en Vesubio, dos casos de torturas seguidas de muerte y su participación necesaria en el homicidio de casi cincuenta víctimas que salieron del centro de detención en los llamados “traslados”, que concluían con sus ejecuciones.
El entonces teniente Humberto Eduardo Cubas y el cabo Oscar Alberto Pirchio están imputados por su intervención en el operativo de detención de Mario Arrosagaray, en Ezpeleta, el 17 de febrero de 1977. Arrosagaray logró evadir el secuestró y escapar de sus captores, militares del Regimiento 3 de La Tablada. Su esposa, Guillermina Sirvia Vázquez, fue secuestrada ese día y trasladada a Vesubio. Ambos militares están libres: Cubas en Corrientes y Pirchio en Toay, La Pampa.
Los entonces teniente primero Serapio Eduardo Del Río y teniente David Cabrera Rojo eran miembros del Regimiento de Infantería 6 de Mercedes y llegan a juicio por su intervención en los secuestros en esa ciudad de personas que luego fueron trasladadas a Vesubio. Del Río, de 72 años, está arrestado en su casa de Tucumán. El coronel retirado Cabrera Rojo, en libertad, vive en Recoleta y es vicepresidente de la Asociación cultural sanmartiniana Cuna de la Bandera, que año a año cruza los Andes en homenaje al general San Martín. En 1996, como jefe de inteligencia en Neuquén, Cabrera Rojo ordenó filmar a quienes se manifestaban por los veinte años del golpe de Estado y fue procesado por “abuso de autoridad”. En su defensa, además de pedir ser juzgado por un tribunal militar, dijo que dio la orden previendo “incidentes”. El ex teniente Bartolomé Enrique Durán, ex jefe del Regimiento de Mercedes, murió impune el 17 de mayo último. El capitán retirado Ernesto Guillermo Villarruel también morirá impune porque fue declarado incapaz de afrontar el proceso.
En la extensa resolución de Rafecas, se describen los casos de las víctimas que pasaron por Vesubio, como el escritor Haroldo Conti, el escritor y guionista de historietas Héctor Oesterheld o el cineasta Raymundo Gleyzer, que se encuentran desaparecidos. También el de la alemana Elizabeth Käsemann, hija del reconocido teólogo y profesor alemán Ernst Käsemann, quien el 23 de mayo de 1977, luego de ser torturada, fue llevada a una casa de Monte Grande, donde la asesinaron junto a otras trece personas.