Salir de vacaciones este invierno será un 24,4 por ciento más caro que el año pasado. El aumento de precios interanual se ubica por encima de la inflación para ese período. El aumento promedio fue estimado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda (Undav) a partir de un relevamiento de mercado en hoteles, empresas de transporte, restaurantes y esparcimiento. El incremento en el costo de la escapada invernal acumula un alza de 70 por ciento frente a los registros observados hace dos años. El documento publicado ayer advierte que la caída en el poder adquisitivo y la incertidumbre laboral resultan en “una actitud más conservadora en muchas familias a la hora de decidir salir de vacaciones de invierno” mientras que “entre los sectores de mayor poder adquisitivo la apreciación de la moneda incentivó el turismo invernal fronteras afuera”. Los autores del informe indicaron que la reciente escalada en la cotización del dólar no atenúa la “fuga turística” ya que la mayor porción de estos paquetes se adquiere con antelación. “Las previsiones más pesimistas marcan que, a nivel general, la actividad turística este invierno se reducirá hasta un 10 por ciento respecto al año pasado”, sostienen los investigadores.
Para realizar las estimaciones desde el observatorio que depende de la casa de estudios bonaerense construyeron tres canastas representativas de los gastos que enfrentará una pareja con dos hijos que vive en Buenos Aires por una semana de vacaciones: la opción gasolera, una selectiva y otra premium. El segmento que mostró las subas más significativas es el gasolero, donde el costo estimado de la canasta vacacional alcanza los 21.205 pesos, 24 por ciento más que en 2016 y 78 por ciento de incremento respecto de 2015. Los paquetes selectivos, por su parte, arrastran aumentos de 27 por ciento interanual y 67 por ciento frente a los guarismos observados dos años atrás. En los viajes considerados premium la suba llega al 22,2 por ciento en un año y 65 por ciento contra 2015. “El turismo interior en temporada invernal es uno de los principales motores de numerosas economías regionales. Entre los factores que influyen sobre los flujos turísticos en el corto plazo, se destaca en primer lugar la relación entre precios internos y salarios. También tiene incidencia la tasa de interés y el tipo de cambio, aunque de manera secundaria”, indica el informe del equipo que coordina Santiago Fraschina al referirse a las explicaciones para la contracción en el turismo interno a destinos como Córdoba, Bariloche, Mar del Plata, Mendoza e Iguazú. El Observatorio de Políticas Públicas de la Undav agrega, además, que el turismo social, actividad extendida entre jubilados y colectivos de estratos de ingresos medios/bajos, disminuyó un 30 por ciento respecto de 2015.
Las vacaciones de invierno, explica el documento, son el período de mayor demanda para muchos centros turísticos y actividades recreativas, al punto que “gran parte del resultado económico del año en esas ciudades se determina durante esos días”. De esa manera, una buena o mala temporada de vacaciones de invierno es relevante para determinar el desempeño de algunas economías regionales. “No se trata de una cuestión menor en un país tan extenso como Argentina. Si las expectativas de mediano y largo plazo son buenas, las actividades turísticas atraen inversiones en infraestructura y generan eslabonamientos productivos que derraman en mayores fuentes de trabajo e ingresos para la población de las regiones”, indica el informe. Desde su perspectiva “el contexto actual de la economía no es el más propicio para el despegue de este tipo de actividades como el turismo interior”.
En tanto, el documento estima que el déficit por turismo extranjero llegó a los 4370 millones de dólares en los primeros cinco meses de 2017, “una sangría de divisas que aumenta a medida que el precio del dólar se percibe como bajo, se abaratan los pasajes por compañías ‘low cost’ y se financian los paquetes en cuotas”.