En ocasión del estreno en Argentina de CODA – Señales del corazón, el crítico Ezequiel Boetti escribía en estas mismas páginas que “es muy probable que sea el primer caso en la era del streaming de lo que en la jerga cinematográfica tradicional –aquella que pivotea alrededor del estreno en salas– se llama sleeper, es decir, películas por las que nadie da dos mangos que, sin embargo, terminan convirtiéndose en fenómenos comerciales”. Era octubre de 2021 y el periodista no podía saber que, algunos meses más tarde, el largometraje de la realizadora Sian Heder, lanzando en el Festival de Sundance y adquirido por Apple –la historia de una familia de sordos cuya hija es la única oyente– se llevaría a casa tres premios Oscar, entre ellos el de Mejor Película y Mejor Guion Adaptado. ¿Podrá la plataforma de la manzanita repetir este año el batacazo con Resurgir, ópera prima de la hasta ahora dramaturga Lila Neugebauer? No se trata, en todo caso, de films equiparables en cuanto a temática y tono, pero la historia protagonizada por Jennifer Lawrence, que será lanzada en Apple TV+ el próximo viernes 4 de noviembre, tiene varios de esos elementos que suelen interesar, y mucho, a los votantes de la Academia de Hollywood.

La ex Katniss Everdeen en la saga de Los juegos del hambre es también una de las productoras de este drama independiente prototípico, en el cual interpreta a una soldado del ejército estadounidense que, en el mismo comienzo del relato, regresa a casa en mal estado. Luego de un ataque con una bomba durante una campaña en Afganistán que le provocó daños neurológicos, Lynsey es asistida en tierras norteamericanas por una terapeuta mientras va recuperando la movilidad. La muchacha es joven y fuerte y los miembros comienzan a responder rápidamente, pero las esquirlas psicológicas se transforman en un problema de no poca envergadura.

El regreso a casa, el reencuentro con su madre –con quien mantiene una relación nada sencilla– y la posibilidad de iniciar una nueva vida o volver a integrarse a las fuerzas militares le ceden espacio al encuentro de la protagonista con un joven afroamericano, mecánico automotor de profesión, con quien inicia la más inesperada relación de amistad. Como es de esperarse, James, encarnado por Brian Tyree Henry, uno de los rostros recurrentes de la serie Atlanta, tiene su propia mochila cargada de traumas y cicatrices psicológicas.

“Esencialmente, al menos hasta ahora y durante los últimos quince años, he sido directora de teatro”. La novel realizadora Lila Neugebauer conversó en exclusiva con Página/12 durante el Festival de Toronto, donde Causeway (el título original del largometraje) tuvo su estreno mundial, y recuerda el contacto casi fortuito que terminaría convirtiéndose en el puntapié inicial de su primer proyecto cinematográfico. “En la primavera de 2019 estaba ocupada con el estreno en Broadway de la obra de Kenneth Lonergan The Waverly Gallery, cuando uno de los productores me alcanzó un guion que de inmediato llamó mi atención. Estaba escrito por una guionista debutante, Elizabeth Sanders, y era una adaptación de una novela inédita escrita por ella misma. Unas semanas más tarde me enteré de que Jennifer Lawrence había leído ese mismo guion y que ella también se había conectado con la historia de una manera profunda. No pasó demasiado tiempo y concertamos un encuentro, una cena, y la sensación de estar alineadas fue algo inmediato, como así también la profundidad con la que ambas nos conectamos con el material. Esa fue la base innegable para una sociedad creativa que comenzó en ese mismo momento. Unos meses más tarde ya estábamos en plena preproducción. Es importante agregar que, además de la participación de Elizabeth, el guion final fue coescrito junto a Luke Goebel y Otessa Moshfegh, cuya contribución fue esencial para la historia de la película”.

-Los traumas psicológicos y físicos que sufren los soldados son temas atemporales y universales. Sin embargo, por obvias razones históricas, el cine estadounidense ha abordado esos relatos en muchas oportunidades. ¿Encuentra que hay un elemento metafórico en Resurgir, más allá de la historia particular que se narra?

-Mi esperanza es que la película pueda ser interpretada en algún nivel metafórico, pero al mismo tiempo todas las conversaciones que tuvimos con el cuerpo médico militar a la hora de hacer la película, además de los expertos, veteranos y miembros activos del ejército que entrevistamos, fueron indispensables para la creación del relato. Así que, al tiempo que sí creo que Resurgir trabaja en un nivel metafórico, está muy enraizada en esas charlas y en esa investigación. Espero que aquellos que vean la película sientan reflejadas en pantalla algunas verdades, las dolorosas y las luminosas.

El guión del film es de Emily Sanders.

-Trabajar con una estrella puede ser muy satisfactorio, pero también demandante. ¿Cómo fue la colaboración con Jennifer Lawrence a la hora de desarrollar el personaje?

-La verdad es que la colaboración con Jennifer, tanto en términos actorales como en otros, ya que ella es una de las productoras de la película, fue un privilegio sin atenuantes, además de un placer. Ella es realmente una persona tenaz y cuando el proyecto estuvo en marcha se transformó en una defensora a ultranza.

-En una entrevista de hace algunos años, mencionando una obra de teatro, dijo que pensaba en “primeros planos” a la hora de imaginar la puesta sobre el escenario. Es interesante el uso de esos términos en un espacio teatral, ya que se trata de conceptos muy cinematográficos. En su opinión, ¿qué cosas regala el teatro que el cine no puede ofrecer y viceversa?

-El teatro requiere siempre de la creación espontánea de una comunidad temporal, noche tras noche. El cine es lo más parecido a capturar un relámpago en una botella.