Una investigación conjunta entre el Instituto de Física de Rosario (IFIR-Conicet-UNR) y la Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental (Sibsa) estimó el impacto en la mortalidad de los habitantes de Rosario por la exposición a las partículas finas debido a los incendios en el Delta del Paraná ocurridos entre julio y agosto de este año. El trabajo, al que accedió Rosario/12, está basado en los niveles de referencia de calidad de aire y el factor de riesgo para exposiciones de 24 horas publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en septiembre de 2021. Los investigadores tomaron el máximo promedio diario de PM2.5 del 22 de julio, que fue de 43.4 μg/m3. "Los promedios diarios de la concentración de PM2.5 superaron la recomendación de la OMS, en los casos más representativos, más del doble y casi el triple. En consecuencia, se estimó un fallecimiento cada dos o tres días debido al PM2.5", señala el informe. Si bien el número puede considerarse bajo, los investigadores plantean que teniendo en cuenta la fuerte asociación que existe entre el PM2.5 y el aumento de morbilidad de la población, el impacto en la salud no debe subestimarse en función del corto tiempo de exposición. Por tal motivo, consideran que es necesario cuantificar de manera estadística sus impactos mediante el registro de la morbilidad, ingresos/consultas de pacientes en centros de salud y/o la toma de encuestas epidemiológicas asociadas a estos eventos.
"Son estimaciones basadas en una estadística internacional realizada por la OMS, que cuenta con una base de datos, análisis estadísticos muy rigurosos que ellos comparten para que también otras ciudades puedan medir impactos a futuro y no tengan que esperar a tener el problema encima para poder tomar decisiones", dijo Adriana Ipiña, investigadora del IIFIR e integrante de la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad de la UNR.
"Nos pareció oportuno poner esos números porque de alguna manera es lo que permite incidir sobres políticas públicas. Hace muchos años que la OMS ha hecho recomendaciones sobre niveles de calidad de aire, incluyendo el análisis de riesgo; es decir, por cada 10 μg/m3 de incremento cuánto sube la tasa de mortalidad. Ya está bien medir, ya lo sabemos, verificamos lo que vemos, pero es hora de tomar acciones", planteó el licenciado en Química e investigador de la UTN, Jorge Zavatti.
El objetivo del estudio realizado por Ana Laura Fisanotti y Gamaliel López-Padilla, dirigido por Ipiña y Zavatti, fue el de estimar el impacto en la mortalidad diaria de los habitantes de Rosario debido a las partículas finas emitidas por los incendios en el el Delta del Paraná ocurridos entre julio y agosto de 2022. El trabajo de las mediciones hechas en Rosario fue presentado en las XXXII Jornadas Científicas Anuales de la Asociación Científica Rosarina de Estudiantes de la Salud (Acres) en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR.
En el trabajo apuntaron que la quema de los pastizales es una técnica utilizada para el desmonte y rebrote de especies forrajeras que hace años se aplica en las islas del Delta del río Paraná. Aunado a la sequía de los años 2020 y 2021, así como el nivel más bajo del río en los últimos 50 años, los incendios han alcanzado cifras récord. Este humo es arrastrado por los vientos impactando en la ciudad de Rosario.
El humo producido por la quema de biomasa contiene PM2.5, un contaminante asociado a aumentos en las consultas y hospitalizaciones por causas cardíacas y respiratorias, así como a alteraciones del estado de ánimo e incrementos en la mortalidad. La OMS sugiere que el promedio diario de PM2.5 no supere los 15 μg/m3, y además estiman que causan más de 4,2 millones de muertes al año en todo el mundo.
Los investigadores tomaron el máximo promedio diario de PM2.5 del 22 de julio, que fue de 43.4 μg/m3, utilizando el instrumento marca Temptop en el microcentro de Rosario. Para ese día se obtuvo un incremento de la mortalidad diaria atribuible al PM2.5 de 1,85%. Sobre una base de 8.946 fallecidos/año (24.51 fallecidos/día) habría un incremento de un fallecido cada dos días (0,45 fallecidos/día).
"El área metropolitana de Rosario está cercana al millón de habitantes, y por su conformación poblacional, su actividad industrial, su movilidad, tendría que contar con un sistema de monitoreo permanente y establecido; y no solamente como lo estamos haciendo nosotros, tratando de caracterizar eventos significativos o donde la polución es muy alta. Nuestra capacidad, tanto de personal especializado como de equipamiento es mucho más limitada, y decidimos enfocar esos esfuerzos a estudiar estos eventos que han ocurrido estos últimos meses relacionados a la quema de pastizales", dijo Ipiña.
"Estamos haciendo un esfuerzo para tratar de ponerle un número a esto que estamos respirando, si bien el ideal es que tendría que haber un Ente gubernamental para que sea el mismo quien monitoree la calidad del aire como ocurre en las grandes ciudades. Tratamos de hacer un estudio interdisciplinario y aportando tanto el análisis de la atmósfera, de la calidad del aire, que son temas que están dentro de la agenda de las principales urbes del mundo", agregó la investigadora.
"Con la Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental habíamos estado trabajando en relación con nuevos niveles guía que propuso en septiembre del año pasado la OMS. Esos estándares se refieren en el caso de las PM2.5, las más pequeñitas y que llegan más profundas en el pulmón, a una media anual de concentración, y una media diaria de 24 horas", indicó Zavatti, consultor ambiental de la provincia de Chubut.
"En las mediciones presentadas en el trabajo, uno puede ver que son valores puntualmente altos en algunas horas del día, pero cuando se promedian en el día bajan mucho. Esos datos son los que permiten estimar, en base a trabajos muy detallados realizados por la OMS, qué mortalidad está asociada con incrementos en la concentración de PM2.5", explicó el investigador, integrante del Observatorio Argentino de Desarrollo Sostenible (Oades).
Zavatti consideró que "en un día aislado, para una ciudad de un millón de habitantes como es Rosario, la concentración suba a los valores que como promedio del día ha subido, decepcionan un poco en términos de mortalidad, según los valores que uno puede calcular en función de lo que determinó la OMS". De todos modos, dijo que "eso no quiere decir que no haya gente que fue atendida en hospitales, que tuvo que ir a guardias médicas. Decir que exponerse a material particulado es riesgoso para la salud es una obviedad, hace falta medirlo más".
El investigador midió en una estación de monitoreo de la calidad del aire en CABA el 18 y 19 de agosto las concentraciones de PM10, partículas sólidas o líquidas de diferente composición y tamaño (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen) que se encuentran dispersas en la atmósfera. Tomando las referencias de la OMS, calculó que la mortalidad diaria por causas “no accidentales” crecería en CABA en 1,76 % como consecuencia del humo de los incendios de pastizales que alcanzó la ciudad.
Según Ipiña, se necesita monitorear no solamente aerosoles o material particulado en el aire, también hay que monitorear gas. "Para hablar de calidad del aire hay una serie de componentes que conforman calificar la buena calidad del aire. Nosotros nos centramos en uno que es muy importante, y que se monitorea en muchas grandes ciudades del mundo, el material particulado que es muy pequeño, el de 2,5 micrones, dado que tiene un efecto en el medio ambiente y tiene un impacto en la salud humana, especialmente en la salud cardiovascular y respiratoria, es el que estamos midiendo en el centro de Rosario", describió.
"El equipo que tenemos es básico y nos sirve para tener una idea de cuál es el estado de la calidad del aire, pero lo ideal es tener un equipo que tenga una estación meteorológica más completa para realizar análisis más profundos, no solamente quedarnos con la medición, la caracterización, la información, y poder hacer un desarrollo", consideró la investigadora. Recientemente, el gobierno provincial le otorgó un subsidio a la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad de la UNR, que ganó un proyecto para el desarrollo de un instrumento de ese equipo.
"No solamente estamos buscando la medición si no también encontrar el equilibrio entre medir y caracterizar para poder dar una información mucho más completa. No hay que conformarse con el dato si no hay avances en otro sentido, tanto en la parte de desarrollo y de lo tecnológico, dos pilares que tienen que ir avanzando en el aporte de datos y soluciones. Tenemos que ser capaces de desarrollar las herramientas que nos ayuden a solucionar los problemas de nuestro entorno", concluyó Ipiña.