El gobierno liberará las importaciones de aquellas empresas que decidan pagar con sus propias divisas y no depender del acceso al dólar oficial. “Desde este lunes, quienes paguen con sus dólares, tienen vía libre para importar”, aseguraron voceros del Ministerio de Economía. La medida, que estará acotada sólo a algunas operaciones de importación, se toma para descomprimir un poco más la demanda de divisas en un contexto donde las reservas se ubican en un nivel crítico y no alcanzan para todos.

Cerca del ministro Sergio Massa agregaron además que “aprobado el Presupuesto, quienes paguen con sus dólares, sin importar el origen de éstos, pueden importar todo libremente”. Esto es porque el proyecto de Presupuesto, que ya tiene media sanción, incluye un artículo que permitirá a las empresas un blanqueo de dinero no declarado para el caso que deba ser destinado al pago de importaciones, un pedido que realizaron cámaras empresariales al Gobierno.

Si bien el gobierno todavía no brindó detalles, trascendió que al momento de iniciar el trámite de importación en el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) –que reemplazó al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), las empresas deberán poner que van a utilizar sus propios dólares y entonces el ingreso de los productos sería automático. Si utilizan dólares propios, no podrán ir al oficial. Por lo tanto, eso acota la medida a algunas operaciones puntuales. A su vez, será solo para pagar con dólares propios porque el acceso al MEP seguirá vedado.  

El interrogante que se abre a partir de ahora es cuál será el impacto en precios. Algunos analistas especulaban este domingo con que la decisión de Massa implica una devaluación encubierta porque el valor de referencia dejará de ser el dólar oficial y pasará a ser el dólar bolsa, que cotiza por encima de los 300 pesos, pero al ser acotado para unas operaciones puntuales es difícil que eso ocurra.

A su vez, otras fuentes relativizaron el impacto pues afirman que las empresas que no estaban accediendo al MULC, o lo hacían con SIMI a 180 días, estaban pagando por afuera con un dólar de referencia cercano a los 300 pesos. 

Esas prácticas que encarecen las importaciones se fueron generalizando luego de que el Banco Central estableciera que el acceso a los dólares oficiales sería a los 180 días del despacho a plaza, medida que flexibilizó a partir de la puesta en marcha de la SIRA, pero solo para algunas empresas. 

Ningún proveedor del exterior acepta financiar una importación a 180 días, si no tiene algún tipo de vinculación con el comprador. Por lo tanto, esa empresa estaba forzada a pagarle con sus propios dólares o tenía que pedirte una carta de crédito a un banco y esas cartas las estaban dando con un dólar futuro a seis meses y una comisión de 3 o 4 por ciento.

Como esas cartas de crédito se suelen hacer por más de 50 mil dólares y no todos los bancos las hacen, las empresas que realizaban operaciones de importación por menos de ese monto, o que no tenían acceso a esa opción, debían recurrir al pago con corresponsales en el exterior con lo cual tenían acceso al dólar inmediatamente a un costo de 8 por ciento en dólares a 180 días. Además, las entidades bancarías pedían una garantía de una cuenta en dólares en el exterior porque temían que luego de los 180 días el Central no liberará los dólares y el importador no pudiera devolver el préstamo.