Un fiscal mendocino inició una investigación de oficio contra el cura Jorge Gómez, quien durante el acto por el Día de la Independencia instó a “levantarse en armas”, en rechazo a que se brinden clases de educación sexual en las escuelas. El sacerdote, formado en el lefevbrista Instituto del Verbo Encarnado y que es conocido en Mendoza como “el Padre Pato”, está siendo investigado por “incitación a la violencia” y “apología del delito”. Por su parte, el vocero del obispado mendocino indicó que “la frase del Padre Pato no son de un cristiano porque Jesús nos enseñó otra cosas, se equivocó”. “Nada se va a solucionar con las armas y eso lo hemos vivido durante toda la historia”, añadió el vocero, quien también señaló que “el obispo no aprueba los dichos y le prohibió que siga hablando de este tema”, de modo que “si lo sigue haciendo puede ser pasible de una sanción”.
Ayer, la coordinadora del Ministerio Público Fiscal, Teresa Day, informó que el fiscal Norberto Jamsech Beltrán, de la fiscalía de Cámara de San Rafael, comenzó a actuar de oficio y que “está tomando medidas”, tras los dichos del sacerdote durante la invocación religiosa realizada en Malargüe el 9 de julio. Day añadió que Jamsech Beltram investiga al cura por “incitación a la violencia”, y “apología del delito”.
Durante una misa, el cura Gómez criticó una jornada de educación sexual para estudiantes secundarios que la comuna de Malargüe había brindado el 30 de junio. “Usaron penes de madera para que le pongan el preservativo, aquí, todos los (alumnos) secundarios de nuestras escuelas. ¿Eso es educación sexual?”, dijo ante la feligresía, y agregó que “es una ofensa a Dios, y tenemos que levantarnos en armas para defender nuestras familias”. “Permítanme este mensaje, porque amo Malargúe, y amo la familia y tenemos que amarla todos”, dijo el cura antes de orar “pidiendo a Dios el perdón y la gracia”.
El cura Gómez no es conocido en Mendoza por exabruptos como aseverar, en relación a los casos de abusos en el Instituto Provolo, que “el sacerdote que incurre en una o más violaciones no debe ser juzgado por la ley de los hombres, sino ser juzgado por la iglesia, y ser puesto en penitencia”.