Profesionales de la salud autoconvocados del Hospital Posadas realizarán un paro de 24 horas y marcharán al Congreso este martes en reclamo de mejores condiciones laborales y recomposición salarial. También participarán miembros del Hospital Garrahan y de otras instituciones, con el objetivo de visibilizar su protesta. La semana pasada enviaron una carta al Presidente y otra a la ministra de Salud, Carla Vizzotti, pero hasta el momento no obtuvieron respuesta. La de los hospitales nacionales es una situación similar a la que afrontan médicos y médicas residentes y concurrentes en CABA, que solicitan a Horacio Rodríguez Larreta la revisión urgente de la paritaria.
“Somos médicos por convicción pero cada vez se hace más difícil permanecer en el sistema público. Estudiamos para ayudar a los demás”, señala Mercedes Murici, médica pediatra, oncóloga infantil y docente de la UBA. Buscan una recomposición salarial que alivie la situación actual pero, sobre todo, solicitan condiciones de trabajo suficientes para garantizar la sostenibilidad de la profesión. Los médicos y las médicas abandonan el sector público porque, pese a constituir mano de obra calificada, no es recompensada como tal.
A pesar de que la pandemia sirvió como escenario para explicitar la relevancia de su aporte a la sociedad, la situación continuó empeorando. “Creímos que íbamos a ser visibilizados y valorados en nuestro trabajo reconociendo que era una labor digna de ser distinguida. Hicimos nuestro trabajo forzando nuestros propios límites”, apuntan en la carta. Solicitan, desde aquí, un incremento del 100 por ciento del salario y del plus de guardia por fuera del acuerdo paritario vigente, “dado el atraso arrastrado desde hace muchos años” y un bono de fin de año de 100 mil pesos. En paralelo, plantean la necesidad de abrir una mesa de discusión que “agilice la gestión de concursos para acceso a la planta permanente de los contratados y monotributistas con inicio en menos de 3 meses”, así como la “correcta categorización de todos los profesionales”.
Más que una recomposición salarial
“Nuestro día a día está marcado por una entrega absoluta hacia la comunidad y hacia la salud pública. Nuestro reclamo no solo tiene que ver con los salarios, sino también que se vacían los hospitales. Los sueldos son tan bajos que los profesionales, formados durante años, ya no eligen un trabajo en que se les paga 150 o 160 mil pesos. Terminan renunciando, se van al sector privado o se dedican a otra cosa y los cargos no se cubren”, dice Murici a este diario.
En promedio, los médicos y las médicas se forman durante 15 años: seis por estudios de grado, cuatro de residencia y especialidad y cinco años más por posgrados. El daño colateral con esta fuga de profesionales del sistema público es que, a menudo, los pocos que quedan en la trinchera lo hacen en una situación de marcada inestabilidad. “Nos quedamos atajando penales de todo tipo. La gente hace colas de 10 o más horas porque realmente no hay especialistas. Hay vacíos y esto es muy preocupante: la población de pacientes que atiende el Posadas es pobre”, advierte la médica.
La fragilidad de los grupos sociales, de esta manera, también se exhibe en las dificultades para conectar con un sistema de salud que somete a los pacientes a colas interminables, los vulnera y, en definitiva, culmina por expulsarlos.
La posibilidad de concursar la planta y dejar atrás la precarización también opera como obstáculo. Según comenta la especialista consultada por Página 12, aproximadamente, el 85 por ciento de los profesionales del Posadas (unos 3 mil en total) están contratados y solo el 15 por ciento restante pertenece a la planta. “Ingresar a la carrera profesional es casi imposible. Por servicio, hay un solo empleado que corresponda a la planta. Si un año no nos renuevan nos quedamos sin laburo. Hay mucha demora con las recategorizaciones, por lo que los salarios siempre están muy retrasados. Se vuelve insostenible, sentimos que nos quedamos solos”, confiesa.
Ingresar a la carrera, en cambio, les permitiría avanzar profesionalmente y desempeñar sus labores en un escenario de reglas claras. Como ello no sucede, los médicos (al igual que profesionales de otros rubros) participan de una lógica de pluriempleo: para ganar un salario más o menos acorde, ofrecen su fuerza de trabajo en diferentes instituciones y reparten 70 horas semanales en tres o cuatro lugares diferentes.
El (mal) pronóstico a largo plazo
Uno de los mensajes a destacar se relaciona, asimismo, con la mirada a futuro. Un país que no cuida a sus médicos y médicas en el presente, es un país cuya salud pública afrontará serios obstáculos en el mediano plazo. Mercedes Murici narra su caso: “Gano 160 mil pesos al mes, no vivo con el sueldo de mi Hospital, por lo que en total hago más de 60 horas presenciales y en varios sitios con condiciones similares. El sistema sanitario se vacía”, comenta. Como resultado, estudiar durante tantos años para no obtener un salario ni desempeñarse en un contexto adecuado hace que cada vez menos jóvenes opten por la carrera de medicina.
“Francamente, me preocupa pensar quién me atenderá en el futuro, quién atenderá a mis hijos”, remarca.