Comenzaron los preparativos para celebrar el Día de los Muertos en la región latinoamericana. El 1 y 2 de noviembre en países como México, Bolivia y Argentina, las comunidades indígenas y migrantes organizan ceremonias tradicionales: desde grandes desfiles en la ciudad de México hasta las ofrendas en los cementerios de la ciudad de Buenos Aires, la tradición busca mantener vivo el recuerdo de los difuntos.
Desfile de calaveritas
Un multitudinario desfile en la Ciudad de México inauguró las celebraciones conmemorativas por el Día de los Muertos. Más de un millón de personas participaron en la llamada procesión comunitaria que se realizó el pasado fin de semana en la capital mexicana.
El desfile contó con 15 carros alegóricos, entre ellos los del perro Xoloitzcuintle, que para la tradición mexicana “son los encargados de guiar a las almas de los fallecidos por el camino hacia el Mictlán” o el lugar de los muertos.
En San Cristóbal de Las Casas, estado de Chiapas, los desfiles se llevaron a cabo este lunes. Cientos de personas se encontraron en la entrada principal de la ciudad: niños, jóvenes y adultos disfrazados de calaveras (catrinas), trajes tradicionales y con disfraces de vampiros y monstruos de ficción.
En México, el Día de los Muertos nace de una combinación de los rituales católicos y la conmemoración de los pueblos indígenas. El primero de noviembre corresponde al Día de Todos los Santos para los niños y el día siguiente es el Día de los Muertos y se conmemora a los adultos difuntos.
Celebraciones en Argentina
En Argentina, la celebración del Día de los Muertos también convoca a miles de personas.
En Jujuy cientos de familias participan de los rituales y preparan ofrendas y flores para rendir homenaje a sus difuntos. En el centro de la ciudad capital los emprendedores locales montaron más de 100 puestos para que las familias adquieran los productos necesarios para los altares. Con la flexibilización de las medidas sanitarias la municipalidad de San Salvador de Jujuy espera una mayor concurrencia que años anteriores, detalló el coordinador general de la secretaría de Gobierno, Maximiliano Quiroga.
Los preparativos incluyen ofrendas de masa pan con figuras de cruces, escaleras, animales, coronas, dulces, frutas, postres regionales y bebidas típicas previamente fermentadas como la chicha de maíz o de maní. Según la tradición, en los altares se colocan comidas y bebidas que le gustaban al difunto. En la feria también venden coronas y ramos para el cementerio.
También en Tilcara, Purmamarca y Humahuaca habilitaron las ferias para que los pobladores puedan realizar los homenajes. Además, el 2 de noviembre es asueto escolar y administrativo en toda la provincia de Jujuy por la conmemoración de “una fuerte tradición en la provincia, con expresiones populares y de celebración litúrgica”.
Comunidades migrantes en Buenos Aires
En la capital argentina, la celebración viene de la mano de las comunidades indígenas y migrantes. El 1 y 2 de noviembre, los pueblos quechua, kolla, aymara, andinos y bolivianos celebran el Aya Mark'ay Quilla, en quechua, o Día de los Difuntos. Durante el fin de semana colectivos porteños celebraron el Día de los Muertos siguiendo las tradiciones mexicanas y andinas.
La Mesa del Aya Markay Quilla realizará este martes en la Legislatura porteña una muestra fotográfica y una ronda de debate con legisladores en el marco del Día de los Muertos "con el objetivo de difundir, exponer y acompañar esta celebración que hermana a pueblos indígenas residentes en la ciudad y a migrantes".
Desde esta agrupación exigieron que se respeten las ceremonias tradicionales que se realizan en el cementerio de Flores, donde en los últimos años la Policía de la Ciudad desplegó operativos especiales. "Esta práctica es fundamental y es pilar de nuestra esencia, de nuestra identidad. Coartar esta práctica es aniquilar la identidad ancestral, indígena", afirmó María Urquizo, activista integrante del pueblo quechua y representante de la Mesa del Aya Mark'ay Quilla.
El 1° de noviembre la conmemoración se realiza en cada hogar donde se preparan ofrendas: comidas, bebidas, flores, golosinas y cigarrillos. El 2 de noviembre la mesa de ofrendas es trasladada a los cementerios “para despedir a los ajaius”.
Represión de la policía porteña
Urquizo denunció la criminalización, violencia y estigmatización que viven las personas que celebran esta fecha en el cementerio de Flores.
"Desde hace 15 años hay un operativo represivo de la Ciudad con el despliegue policial de fuerzas, drones, seguridad privada y perros que se aplica a más de 60 mil personas que pasan durante la jornada para realizar esta práctica. A través de la Dirección de Cementerios prohíben el ingreso de las tantawawa (panes), frutas, bebidas y de músicos", detalló.
Urquizo también resaltó la diferencias entre las tradiciones de las comunidades que realizan los homenajes “con música, comida, un compartir comunitario completamente diferente a la despedida judeo cristiana”.
La Mesa del Aya Mark'ay Quilla se reúne hace cuatro años con el Ministerio de Seguridad porteño para abordar los operativos de seguridad. Este año el diálogo fue con la subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, aunque según Urquizo todavía no logaron llegar a un acuerdo en puntos primordiales como no militarizar la zona, no requisar a las personas a la entrada del cementerio y no prohibir el ingreso de bebidas, comidas y músicos.