En la pantalla de un televisor noventoso José Xtravaganza gira y posa como una estrella de cine. En cada beat de la música cambia de posición y la congela en un gesto inmortal. Cerca suyo la blonda más famosa del momento aprende. José le enseñó a Madonna lo que es el vogue.

Xtravaganza es su apellido por parte de la familia elegida. Es 1982 y en la marginalidad, en ese punto de fuga y goce, suceden los ballrooms. Son encuentros entre personas negras, trans, cuir, tortas, travas y maricas que van a vivir las fantasías que les son negadas. Acá somos modelos internacionales, bailarines del más alto calibre, rostros inmaculados y por sobretodo: ganadores. Padre Héctor Xtravaganza decidió fundar la primera casa con integrantes latinxs, a él se le unió madre Angie Xtravaganza. De ahí venimos, nuestra rebelión contra sangre y sociedad es decidir quién será nuestra familia y cuál será nuestra casa.

Ahora es 2022 y como un efecto de película de sábado a la tarde José salió de esa pantalla y está sentado en la residencia del embajador de Estados Unidos junto a parte de la familia. La actual madre de Xtravaganza, Giselle Alicea, es modelo y actriz y no porque lo diga acá o en su bio sino porque con cada gesto y desplazamiento su cuerpo lo narra. Estará sentada durante la entrevista hablando parte con su español que la celebra latina y dominando toda la situación con la mirada. A su lado están la princesa de la casa Angie, luego Máximo e Isabella. Son parte de una familia enorme, pero ya que para muestra alcanza un botón lo que se respira es actitud, talento, gracia, picardía y el mood: BadAss.

La familia se construye

“Lealtad”, es una de las primeras palabras que dicen a la hora de definir a su house, “hace 20 años que estoy acá”, dice madre Gisele. “Es una forma de vida, yo me crié en esto”, suma José. Les dos tienen raíces latinas que viven en su voz y en su hacer. A partir de ahora cada vez que padre José responda las preguntas mirará a sus hijes, en todo momento les comparte su punto de vista e información. “Madre y padre te dan consejos acerca de la noche, cómo estar seguros”, sigue Maximo, demostrando que esta familia no tiene que ver sólo con técnicas del ballroom sino con el hacer un amoroso cotidiano. Isabella cuenta que llegar de Atlanta a Nueva York es algo abrumador y que este espacio fue la contención que necesitaba. Pero quienes pisamos la escena sabemos que los ballrooms tampoco son un retiro espiritual, ahí las emociones están a flor de piel y todo siempre está listo para estallar. “Cuando entrás por primera vez a un ball te asusta un poco”, cuenta Maxi y detalla la primera vez que vio a la princesa Angie X: “malvadamente hermosa”, y al escuchar esto ella sonríe con esa expresión y encanto que evidencia porque una de sus categorías de competencia es ‘Face’ (rostro). Ella habita la escena desde sus 15 años, al entrar la madre de ese entonces le dijo que le recordaba mucho a la primera Angie y así fue bautizada.

Las figuras legendarias e icónicas que comenzaron esta movida tienen voz e imagen para nosotres en este sur gracias al documental Paris is Burning. Estrenado en 1991 este documento histórico dirigido por Jennie Livingston sigue la realidad no solo de las competencias sino de las vidas que fueron construyendo todo lo que hoy continuamos. Acá escuchamos a madre Pepper Labeija, tenemos el honor de ver batallar a Willi Ninja, nos dolemos frente al crimen de odio de Venus Xtravaganza, nos sumergimos en ese momento, esa realidad y los hilos del tiempo tensan similitudes y diferencias. Entre todes también se destaca alguien más: es José Xtravaganza. Volviendo a este 2022 estamos ante una persona que lleva en la piel, en sus ojos, en la sonrisa y el alma las historias de quienes nos precedieron, pero también en estos días vamos a aprender que estamos frente a alguien que abraza los cambios y las nuevas maneras de hacer ballroom.

Una forma de rebelión

Padre José tiene brazos y piernas que marcan con precisión movimientos hipnóticos, pero también tiene una piel dura para protegerse él y a los suyos: “las habilidades de danza y performance van de la mano con el activismo. Soy de una generación sin los derechos que tiene nuestra comunidad hoy”, y cuenta que en ese momento había que ser ‘fearless and rebellious’ (no tener miedo y ser rebelde). Hoy sus hijes sostienen estos atributos.

Madre Gisele puede hacer temblar el aire con una sola mirada. Escucha atenta y con milimétricos gestos se da a entender con calma y majestuosidad. “Hay una guerra contra nuestras existencias, hoy más que nunca voguing es activismo porque es una celebración de quién sos, una forma de rebelión”. Es que cada disciplina tiene una historia y un significado político, el hilo rojo del destino acá se vuelve arco iris y une luchas, orgullos, modos de supervivencia, cuidado, todo en cuerpos que danzan, desfilan, se expresan y pisan fuerte. Lo que sucede en la escena ballroom moviliza las placas tectónicas de la cultura al punto tal de ser la base de muchas cosas que hoy conocemos. “Lo que vemos en la cultura pop viene de nosotros”, detalla Maxi quien suma con orgullo y justicia que esa primera explosión fue creada por ‘femme queens’, mujeres trans, y eso no puede ni debe ser borrado. Isabella ilumina cada lugar por dónde se mueve, su talento y carisma son tan inmensos como su voz a la hora de compartir que al ser mujer cis agradece la inspiración que le generan sus compañeras trans, y suma lo agradecida que está de poder compartir con todas. Sus palabras abren caminos e invitan. Saben que esto no es solamente una técnica o una manera de realizar tal movimiento: esto es activismo.

Express yourself

“Es una forma de expresarte”, dice José y enfatiza en cómo cada persona construye sus propios movimientos. Todo esto nace de y para gente que estaba por fuera de los circuitos de estudio, entrenamiento profesional y escuelas con técnica precisa. “En un mundo dónde no somos aceptados creamos esta forma de expresión”, dice. Esto lo entendimos en el cuerpo quienes asistimos a su clase el día domingo 30 en la terraza de la ballena del Centro Cultural Kirchner, ahí José Xtravaganza -es decir: el mismo que puso a bailar a Madonna- nos guió a través de un vogue que tenía una raíz en su propuesta pero nos permitía decorarlo con lo que nuestra energía emane. El estilo de vogue conocido como Old Way es el viejo camino, ese primero que se inspira en los movimientos militares, ninja y egipcios. Vogue es una manera de escribir la historia con nuestras poses y José brindó los elementos para que cada une pueda contar la suya. “Venir a compartir con ustedes es algo sagrado. Me inspira mucho”, me había dicho en nuestro primer encuentro, pero ahora fiel a lo que propone esto lo expresa su cuerpo, son las lágrimas de un pionero que riegan nuestras expectativas al compartirnos. Se emociona y ahora las manos golpean el pecho hasta sacar su corazón a la pista. Es que la humildad y la generosidad también son una coreografía para regalar a quienes amamos.

“A dónde vamos hay una conexión con nuestra comunidad. Es hermoso ver como en Francia, Argentina, Chile, Perú las comunidades son las mismas y peleamos por lo mismo: ser vistas y reconocidas. Que seamos gays no significa que no tengamos talento, que no tengamos nada que ofrecer, que no podamos ser una madre, un hermano, un padre para alguien”, dice con un statement (declaración) que define el momento.

José narra que ese pequeño grupo en el Harlem que inició esto debía realizar sus eventos a las 3 o 4 de la mañana para evitar que la gente odiante ataque a las diversidades que se lucían con trajes y actitud. Lo dice hoy sentado en la residencia del embajador de Estados Unidos dónde un gran equipo de esta casa realizó las gestiones para que norte y sur se encuentren para seguir creciendo. Y se ríe con una satisfacción que es testigo de tanto que ha visto y recorrido. Lo hace frente a madre e hijxs de esta casa nacida de latinxs que hoy está en Argentina expandiéndose. Para Xtravaganza ahora Argentina también es casa y familia.

Mi casa suburbana

Es sábado y aunque el Harlem queda lejos el barrio de Abasto con sus particularidades puede evocarlo. En el Centro Cultural El Maquinal las Houses de Misericordia y Berkins (si, por Lohana, ¡Presente!) realizan el primer Maxi Ballroom del país con nueve categorías. La velada monstruosa se desarrolla con un ambiente de halloween sudaka y orgulloso cuando las visitas internacionales son invocadas. La Mc de la noche es madrina Plutonia Berkins y en el chanteo están madre Laurent Tropikalia y Manu Juiciy Couture, y junto a les organizadorxs invitan a Máximo Xtravaganza a tomar parte de la voz, le convidan el micrófono y un nuevo tono se suma al aquelarre. La runway (pasarela) se llena de brazos cruzados en X para celebrarles mientras muestran cada una de sus armas para batallar.

Aquí no hay nada unilateral sino que todo se marida y los sabores crean mezclas maravillosas. En la puerta la princesa Angie felicita a Puti Banks quien acaba de darlo todo y ganar un Grand Prix, madre Gisele charla con otras madres y en la puerta José es parte de esa marea que va y viene de la vereda a la pista durante toda la noche: “Es físico, estamos acá los dos, es muy bonito poder conectar. Somos iguales, somos lo mismo”, y los abrazos son amorosos para convencer al tacto de que estamos acá, en el mismo plano. Quienes hemos aprendido (o al menos intentado) muchas de las magias que ellxs comparten viendo en repetición un video de YouTube, quienes hemos leído sus historias o hemos visto en documentales una vida de construcción, ahora podemos mostrarles lo que estamos haciendo, lo que estamos creando, y la devolución es alentadora: “nos inspiran”.

Haciendo escuela

Es lunes 31 y en la Universidad Nacional de las Artes las Xtravaganza demuestran que no solo pueden batallar con los movimiento sino que sus ideas también son armas. “La derecha nos está golpeando porque estamos creciendo en nuestros derechos”, dice madre Gisele, y ante esto propone algo poderoso: “Creo que tenemos que estar más unidos”, y enfatiza en el hecho de ser y tenernos como familia. “Soltar nuestras diferencias y unirnos más”. Durante la charla los temas identitarios van a tejerse para pensar y repensar la manera de abordar las categorías y la escena. SocioBallroom -la rama de trabajo social en la escena local- transmite el encuentro por instagram y lo deja colgado para que la voz se multiplique y llegue.

Una de las preguntas la hizo Armando A. Bruno, travo de género fluído y padre de la House of Knights, sobre referentes de transmasculinidades y expresó lo solo que se siente a veces en la escena. “No te sientas así, esta es tu escena”, le dijo Angie, luego madre Gisele aportó la cantidad de transmasculinidades que están caminando allá y el abrazo se completó con las palabras de padre José: “No temas, es tu tiempo. No me gusta que te sientas tan solo porque de ti aprendo yo, tú me enseñas a mí”. Durante la charla algo quedó muy en claro: ellxs no vinieron a decirnos como hacer las cosas sino a dejar algo y llevarse otras cosas. “Su escena no tiene que ser la escena de Nueva York”, dijo Máximo (PERIOD) y su padre lo mira con gratitud para luego contarnos: “me ha enseñado y yo escucho”. Mientras el debate seguía en torno a incorporar categorías para personas no binarias José dijo: “Ustedes pongan el ejemplo, así empieza esa tradición y le enseñan a las demás partes del mundo”. Esta visita es un voto de confianza y le teje alas a las voluntades locales.

 

Fin de fiesta

Ballroom es una experiencia colectiva, a veces puede parecer intimidante con tantas reglas, pasos a tener en cuenta, enfrentamientos, trofeos, el hecho de que “Cada persona en la sala se cree que es la más linda, y lo es”, explica Maxi y recrea las miradas por encima del hombro que suele haber, “hay terapia en ese hombro”, suelta para ser acompañado por la carcajada colectiva de quien alguna vez se sintió -supo que es- la persona más hermosa del mundo y miró desde ahí. Entonces para qué más y más gente se acerque, sea para participar o solo mirar, la recomendación es: mostrarse. “Tenemos que mostrarle al mundo quiénes somos. Es una inspiración”, dice madre Giselle con la palabra hecha un rayo preciso e impactante.

Para marcar el final de una batalla en cualquier categoría le chanter inicia un conteo de tres tiempos. Es una noche helada en Buenos Aires pero en la residencia del embajador de Estados Unidos el calor lo pone la última noche juntxs. “En tres, tres, tres…”: se arma una pasarela y las casas locales presentes demuestran porque esta es una escena que no para de crecer, “en dos, dos, dos…”, entre canapé y delicia la charla y el teje va soñando -planificando- las futuras visitas, “en uno, uno…”, ahora es tiempo de saludarse varias veces para que el adiós duela menos, “mantén tu pose ahí”: esta noche la escena latina se va a dormir sabiendo que algo nuevo comenzó, que ya nada será lo mismo, que el crecimiento no sólo atravesó fronteras sino que se abrazó, lloró, convidó y sembró nuevas historias. STRIKE A POSE.