El suicidio es un problema de salud pública; “es una problemática compleja y en tiempos complejos atravesados por un conjunto de variables que influyen y determinan esa conducta”, explicó Viviana Stimermann, a cargo de la coordinación de Adolescencias del Ministerio de Salud de La Rioja.
Según la OPS (Organización Panamericana de la Salud) el tercer informe regional sobre la mortalidad por suicidio, publicado en marzo de 2021, indicó que este problema sigue siendo una prioridad de salud pública en la Región de las Américas. Más aún cuando desde que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés.
La psicóloga explicó en Radio La Red que se trata del "sufrimiento o el padecimiento que está enfrentando una persona, ante una determinada situación, y no encuentra otra alternativa que terminar con su propia vida y lesionarse al fin de aliviar ese sufrimiento”. “No encuentra otro canal, nadie busca suicidarse sino que tiene que ver con un sufrimiento que se hace intolerable”, afirmó.
En el caso de las adolescencias Stimermann afirmó que hay que tener en cuenta las vivencias propias y también el contexto que puede ser un lugar previsible y seguro o no. “En el proceso de construcción de su identidad trae como propios sus vivencias familiares e individuales y no sé si ofrecemos un contexto de tanta previsibilidad y seguridad, más bien hay aspectos estructurales que habla de lo contrario”, expresó y agregó que un adolescente “necesita de un marco de seguridad porque hay un contexto que colabora para tener un proyecto de vida o puede ser un limitante que puede actuar desde los social, institucional”. “Hay que prestar atención porque vivimos el día sobrepasados por lo cotidiano y tenemos poco tiempo no dedicamos a prestar atención a quien está al lado”.
Recomendó en este sentido, “cuidar las emociones y enseñar a tolerar las frustraciones porque son parte de la vida”. “Queremos todo ya sin que se requiera de mucho esfuerzo” y agregó que “hay situaciones que es necesario pensarla desde la perspectiva de género porque generan muchísimo sufrimiento y estigma” en relación a las adolescencias diversas y por ellos es necesario “fomentar el diálogo y cuidar las emociones”.
Entre las conductas que deben encender alertas están la negación de participar en “actividades que antes eran reconfortantes”. “Las actividades deportivas que antes hacía no las hace más; otra es el tiempo que pasa en su habitación y puede estar en un estado de letargo y no quiere comer, no quiere bañarse”. Para Stimermann es fundamental en la prevención “escuchar preguntar cómo se sienten las personas a diario y en caso de necesitar ayuda buscar la de profesionales. Busque ayude con profesionales sobre lo que le pasa.
Consideró además que es importante el rol de los medios de comunicación para no generar psicosis colectiva y concientizar sobre una “problemática que es de la sociedad no solo de salud”. “Si hay un intento de suicidio hay un derecho que ha sido vulnerado”, expresó.