Con la victoria de Lula da Silva en las elecciones en Brasil este domingo todas las miradas quedaron posadas sobre el rol económico que comenzará a jugar el gigante sudamericano tras el regreso del Partido de los Trabajadores al Gobierno. Consultados por Página/12, especialistas adelantaron cuál es el panorama político, social y económico que se abre en la región y especialmente para la Argentina, uno de los principales socios comerciales del país vecino.
¿Se aproxima un viento de cola en la economía?
La influencia de la economía brasileña sobre la argentina es innegable. Según datos del INDEC, en septiembre del 2022 Argentina exportó productos por un total de 1.227 millones de dólares e importó el equivalente a 1.515 millones de dólares.
Esto hace que en los períodos en los que Brasil creció en términos económicos con más fuerza, el impacto fue seguido, en menor escala, en la Argentina.
Uno de los periodos donde esto se vio con mayor intensidad fue, justamente, durante el último gobierno de Lula, según aputna el economista de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y doctor en desarrollo económico (UNQui), Hernán Roitbarg. Sin embargo, el también becario posdoctoral del Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNL-CONICET (IHUCSO) explicó que en la actualidad, con Jair Bolsonaro, la dinámica es diferente.
“El contexto de Brasil presenta una trayectoria diferente. Si bien todavía no se tienen certezas sobre el equipo económico, existe menor espacio político para replicar el crecimiento acelerado de la primera década de los 2000”, explica. Roitbarg aclara a Página/12 que, no obstante, si Brasil logra mayor crecimiento, “se espera un efecto positivo debido a la gran integración comercial y productiva del país”.
Otro punto: el tipo de intercambio
Por su lado, el director del área de economía de Fundar y profesor de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), Guido Zack, explicó que el intercambio comercial con Brasil no es solo importante por su cantidad, sino por el tipo de mercadería que se vende.
“China le compite un poquito a Brasil en valores de importación y exportación. Pero si uno mira la canasta que Argentina le exporta, ve que tiene un componente mucho mayor de bienes de mayor valor agregado, calidad y diferenciación”, dijo.
Negociaciones con miradas regionales
Zack destaca además un tema que toca de costado a lo estrictamente productivo, que tiene que ver con la afinidad política y la representación en los foros globales y organismos internacionales.
“Siempre, por más que el poder de negociación que tiene Argentina y América Latina en general es reducido, si se va en conjunto es mejor que si se va de manera atomizada y cada país por su cuenta”, apuntó el doctor en análisis económico.
Esto, por ejemplo, podría haber representado un mayor apoyo en lo que fueron las negociaciones con el FMI, o en la propuesta del Presidente Alberto Fernández de avanzar con un canje de deuda por acción ambiental.
Una moneda del Mercosur: la agenda compartida
El hecho de que el propio Lula da Silva asegurara durante la campaña electoral intención de crear una moneda única regional no es un dato menor para los especialistas. Por AM750, la exministra de Economía Felisa Miceli explicó que con la llegada de Lula “hay una integración regional muy posible, con proyectos como el Banco del Sur, la moneda común y el fondo de estabilización de reservas”.
Y señaló: “Puede haber un muy buen acoplamiento financiero con Argentina para ayudarnos a superar esta situación crítica a nivel financiero”.
“No podemos esperar una salvación”
Pese a estos proyectos que tendrían un fuerte impacto positivo en la región en general y en particular en Argentina, Zack explica que “no se puede esperar ni de cerca la salvación de la economía argentina”.
“Argentina tiene problemas económicos propios que tenemos que resolver los argentinos. Nadie va a venir de afuera a resolverlos. No pensamos que con esto resolvamos ni el problema de la inflación ni el problema del estancamiento”, añadió.
La agenda común y los tiempos políticos
Zack matizó el impacto de determinados elementos que están en la agenda compartida entre ambos gobiernos en los tiempos propios de la política para llegar a consensos.
“La creación de una moneda común es una propuesta interesante, pero no sería tan sencillo de aplicar. Tengamos en cuenta que la Unión Europea creó una moneda común después de cinco décadas de negociaciones”, sostuvo.
Y expresó: “No pensemos que ahora con Lula hacemos una moneda común con Brasil y de un día para el otro eliminamos la inflación en Argentina. Eso no va a suceder de un año a otro, y tampoco en un período de cuatro o cinco años”.
“Se requieren políticas de largo alcance”
Roitbarg también focalizó en los tiempos necesarios para ver impactos positivos y lo llevó a un nivel más amplio, vinculando la agenda común en el marco de una nueva ola de gobiernos de centroizquierda en la región.
“Si bien la afinidad política entre los gobiernos de la región podría facilitar la coordinación de medidas que promuevan el intercambio, existen dificultades a la integración que solo pueden resolverse a mediano y largo plazo”, expresó.
Y puso un ejemplo: “La configuración espacial en la región exige mejoras en infraestructura y logística, cuyas inversiones requieren de tiempos prolongados para observar sus efectos”.
“Si bien se puede avanzar en acuerdos y los mismos son importantes para generar mejores condiciones de empleo e ingresos por medio del comercio regional de manufacturas, se requieren políticas de largo alcance y períodos de crecimiento sostenidos en la región, cuestiones que por ahora no parecen estar garantizadas por la inestabilidad política”, concluyó.
Elecciones en Brasil: la agenda ambiental
Así como algunas innovadoras propuestas económicas con miradas regionales, Lula en campaña prometió avanzar con un giro drástico en lo que respecta a las políticas ambientales.
Cabe recordar que el gobierno de Bolsonaro fue particularmente criticado por la feroz política de explotación de la Amazonia, el bosque tropical más grande del mundo y que ocupa una gran parte del territorio brasileño.
“El mundo va hacia un lugar en el cual el comercio internacional va a estar cada vez más supeditado al cuidado ambiental y, por lo tanto, si no abordamos estos problemas, vamos a ir quedando afuera de determinados mercados, en particular el europeo”, comentó Zack sobre el tema.
“Con lo cual, que Lula venga con una agenda ambiental es superbienvenido y eso ojalá que pueda afianzar la agenda ambiental que ya tiene Argentina y profundizarla”, añadió sobre este punto.
En este mismo sentido, se expresó la secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible, Cecilia Nicolini, quien aseguró por AM750 que "las políticas ambientales van a ser una de las prioridades de la relación con Brasil".
Justicia y Derechos Humanos
Otra agenda que posiblemente compartirán Argentina y Brasil después de la asunción de Lula, en enero próximo, tiene que ver con la agenda de justicia y Derechos Humanos.
“El triunfo de Lula es un alivio en el tema de los Derechos Humanos y el autoritarismo que tenía, y que todavía tiene, Bolsonaro como persona y su gobierno”, comentó Zack.
Esto no es algo menor si se tiene en cuenta, nuevamente, la mirada regional sobre los conflictos cada vez más latentes en el mundo y el poder de una mirada regional unificada en defensa de la democracia y los Derechos Humanos.
Otros puntos de la agenda bilateral
Además, ya se habla de conversaciones entre funcionarios argentinos y brasileños en diversos temas relacionados a una agenda compartida.
Entre ellos, se destaca la posible compra de un submarino a Brasil, negociaciones respecto a la circulación aeronáutica, la construcción conjunta de un reactor nuclear y la puesta en órbita de dos satélites, uno del lado brasileño y otro del argentino, para hacer estudios oceanográficos y costeros.