Varios países latinoamericanos mantuvieron una reunión junto a representantes de Estados Unidos para establecer una serie de rutas formales que permitan a los migrantes desplazarse de manera segura sin poner en riesgo sus vidas, ya sea en manos de los traficantes de personas o al intentar cruzar peligrosos caminos y ríos.
La iniciativa surgió tras una reunión entre una delegación de Estados Unidos con representantes de las direcciones de Migración de Costa Rica, Colombia y Panamá, que actuó como anfitrión.
"Fueron evaluadas varias propuestas en esta reunión", señaló la directora encargada del Servicio Nacional de Migración de Panamá, María Isabel Saravia.
"Lo más importante es que los Estados presentes estuvieron de acuerdo en el establecimiento de rutas seguras y formales que ayuden a combatir el tráfico ilícito de migrantes, la trata de personas y, sobretodo, salvaguardar la seguridad", agregó.
En la reunión, a puerta cerrada y sin conferencia de prensa, participó, además de Saravia, la directora de Migración y Extranjería de Costa Rica, Marlen Luna, y su homólogo colombiano, Carlos García.
Crisis regional
Según Saravia, en la cita se lograron establecer siete puntos para la elaboración de una hoja de ruta, para enfrentar la migración irregular, que volverá a ser discutida en los próximos días.
"Se reconoció la existencia de una crisis a nivel regional en la que los cuatro países estamos involucrados", dijo Saravia más tarde en una entrevista.
La reunión se produjo en medio de la crisis migratoria que atraviesa Panamá, donde más de 200.000 personas, principalmente venezolanos, cruzaron este año la inhóspita selva del Darién.
La jungla panameña, fronteriza con Colombia, se convirtió en un corredor para la migración irregular que busca cruzar América Central hacia Estados Unidos.
Sin embargo, cientos de venezolanos quedaron varados en Panamá después de que Washington anunciara el pasado mes que no aceptaría migrantes de ese país que hayan atravesado ilegalmente Panamá y México.