Desde Brasil
Con las calles aún empapeladas con los afiches de la campaña electoral que permitió a Luis Inázio Lula Da Silva ser reelegido por tercera vez como presidente de Brasil, las ciudades brasileñas de Maringá y Curitiba recibirán este jueves y viernes a empresarios pyme argentinos para participar junto con sus colegas brasileños del encuentro “Mercosur Pos-Pandemia, la construcción de un nuevo marco en las relaciones binacionales Brasil-Argentina”. El objetivo es discutir el Mercosur desde una lógica empresaria para luego elevar propuestas políticas y generar lazos comerciales entre pymes de ambos países a través de la acción directa.
Una comitiva de quince empresarios pyme argentinos volaron a Brasil para compartir con sus pares brasileños dos jornadas de debate sobre las oportunidades, amenazas y desafíos comunes frente a los condicionantes impuestos por el escenario post- covid y la guerra entre Rusia y Ucrania. Se llevará a cabo el jueves dos y viernes tres de noviembre en las ciudades de Maringá y Curitiba, respectivamente.
El encuentro forma parte de la intención de la dirigencia de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) de generar acciones directas para "facilitar el acceso de las pequeñas y medianas empresas al mercado externo, que no solo puedan ingresar sino también que persistan", explicó a PáginaI12 el secretario general de la entidad Ricardo Diab. Los empresarios apuestan al Mercosur como herramienta fundamental para poder llegar al resto del mundo.
Es el segundo encuentro que realizan con este espíritu: el primero fue en Uruguay, a fines de septiembre. "Pero Brasil es distinto porque es otra escala y particularmente el sur de Brasil está más abierto a nuestra economía. Somos economías complementarias, por ejemplo la genética de algunos tipos de algodón de Brasil salen del norte argentino", asegura en diálogo con este diario el presidente de CAME Alfredo González. El dirigente resalta la estrecha relación que hay entre el norte argentino y el sur de Brasil, que no presenta los obstáculos para acceder a los mercados como la gigante San Pablo. El próximo paso será Paraguay.
Los anfitriones del encuentro serán la Federación de Industrias del Estado de Paraná (Fiep), la Federación de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo de Paraná (Fecomércio PR) que representan a más de 500 mil pymes del comercio, los servicios y el turismo del Estado de Paraná; la Organización de las Cooperativas del Estado de Paraná y el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae). Por parte del gobierno, la otra pata que la entidad considera fundamental para traccionar las relaciones bilaterales, participarán el embajador argentino en Brasil Daniel Scioli, el gobernador del Estado de Paraná Ratinho Junior, y el alcalde de Curitiba Rafael Valdomiro Greca de Macedo. Ambos son afiliados del Partido Social Democrático y actualmente cercanos a Jair Bolsonaro.
El motivo del encuentro, cuyo nombre hace foco específico en la reconstrucción de las relaciones bilaterales post covid, se resignifica ante la victoria electoral de Lula, mandatario que no solo tuvo un papel muy activo en la consolidación del Mercosur sino también en la construcción de otros bloques regionales como la Unasur, la Celac y los Brics. Los dirigentes de CAME, sin embargo, aseguran que "la relación comercial no cambia con el nombre del presidente, porque Brasil siempre sigue funcionando", aunque sí admiten que "cuando las relaciones políticas están mal entre ambos países, eso dificulta las negociaciones comerciales".
“Brasil es un país grande y no puede estar relegado al nivel de paria que se encuentra actualmente”, resumió Lula en su primer discurso tras ser reelecto presidente. Con la marca del ministro de Economía de Jair Bolsonaro Paulo Guedes, Brasil contribuyó a la desintegración económica del Mercosur. Promovió la rebaja del arancel externo común sin antecedentes en la historia económica mundial. Junto con el Uruguay de Luis Lacalle Pou avanzaron con el acuerdo comercial con la Unión Europea que, por sus características, reivindica las relaciones centro-periferia permitiendo la entrada de productos industrializados y facilitando la salida de productos primarios basados en la extracción de los recursos naturales latinoamericanos. Merece la pena aclarar que este acuerdo, aunque firmado, aún no está vigente. Desde la UE no lo ratifican por conflictos internos dentro del bloque, sobre todo en Francia, productor agrícola que se vio amenazado por la entrada de productos primarios con menor arancel.