En 2022 la Argentina logrará bajar la tasa de pobreza en comparación con 2021, pero seguirá siendo superior a la de 2019. Así se desprende del Estimador Mensual de Pobreza y Estructura de Segmentación Social que presentó esta semana el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) y la Universidad Metropolitana para Educación y el Trabajo (UMET).

En resumen, el informe estima que el crecimiento de este año no logrará revertir por completo el impacto de la pandemia en la tasa de pobreza. En diálogo con AM750, la economista e investigadora del Instituto Estadístico de los Trabajadores de la UMET Ana Paula Di Giovambattista aseguró que "se corrobora en términos estadísticos que la reducción de la pobreza es una condición necesaria para que crezca sostenidamente la economía".

Según la investigadora, del análisis se desprende que, incluso en la medición más optimista, "casi cuatro de cada diez personas serían pobres en Argentina en 2022" si los números de crecimiento se mantienen estables en relación al 2021. Sobre este punto, aclaró que esto significa "una retracción a los niveles de pobreza que tenía el país en el período 2006-2007". 

Y agregó: "Desde el 2017 en adelante tuvo lugar un proceso de achatamiento de la pirámide social, es decir, que la población va concentrándose crecientemente o bien en el segmento de pobres o bien en el segmento que le sigue de ingresos medio bajos". 

En ese contexto, la economista explicó que la evidencia marca que la pérdida de poder adquisitivo de los salarios no impactó de igual manera en todos los sectores: "Si bien en términos generalizados todos hemos perdido poder de compra entre 2017 y 2019, lo cierto es que la magnitud de esa pérdida no fue igual para las distintas poblaciones". 

Por último, tomó en consideración a los sectores pobres y de ingresos medios bajos y dijo: "A partir del segundo semestre de 2017 todo ese grupo era representaba el 59% de la población y, para el último semestre de fines de 2021 e inicio de 2022 -sin tomar la aceleración inflacionaria de los últimos meses- esa proporción pasó al 59% al 71%".