Rául Jalil se refirió en su conferencia a la necesidad de cambiar la matriz energética y vinculó este proceso al desarrollo de las explotaciones mineras de litio. En esta línea, analizó el esquema geopolítico en el mundo y los desafíos que tienen por delante la Argentina y, en particular Catamarca, para adaptarse a los diversos cambios relacionados con esa sinergia.

La disertación llega en un contexto de tensión entre las provincias y parte del Gobierno Nacional por el manejo de la política de Argentina en relación con el litio.

La reacción de las provincias que integran la Mesa del Litio responde a un contexto que viene de lejos. En el caso de Catamarca es una de las provincias más relegadas en el esquema económico histórico de Argentina, en una región que como se sabe, fue la más perjudicada por el control de las políticas comerciales y de los recursos aduaneros que impuso Buenos Aires hace dos siglos.

En medio de la crisis energética, el litio pasa a ocupar un lugar estratégico y Argentina deviene como uno de los países con más reservas de este mineral. Pero es en el Noroeste: Jujuy, Salta y Catamarca donde se concentran las mayores reservas, calculadas entre un 65% y 80% a nivel mundial.

De representar prácticamente un rincón argentino a la orilla del Camino Real, Catamarca entra de golpe a estar en el mapa geopolítico del mundo. Llegan capitales chinos, surcoreanos, entre otros. Empresas como BMW, o la de bandera YPF, invierten en proyectos litíferos en la provincia.

En el contexto histórico de la política argentina, ¿qué confianza puede tener una provincia del Norte para ceder un recurso que la puede poner por primera vez como protagonista de su propia economía?

La primera estrategia de las tres provincias que forman el triángulo del litio argentino fue crear la Mesa del Litio y luego el Comité Regional del Litio, con el propósito de "fortalecer el bloque productivo con miras a estimular la ejecución de proyectos, facilitar inversiones”, pero también para “poner a resguardo los intereses comunes de las tres provincias". Entre ese resguardo entra el control del recurso con una visión federal, lo cual fue explicitado por la secretaria de Minería de la Nación, Fernanda Ávila: “Cualquier medida o esquema que se quiera diseñar en relación al litio y la gestión del litio tiene que tener como principales actores a las provincias”, dijo a Catamarca/12, la semana pasada, y reafirmó: “La plataforma para discutir estas medidas y las políticas públicas alrededor del litio ya está diseñada y es la Mesa del Litio”.

Si se da vuelta la mirada, la historia también ha dado motivos para que haya un manto de sospecha sobre los discursos de provincia sobre el federalismo. A veces usado solo como pretexto para sostener largos periodos de mandatos, sin que la intención sea realmente un esquema federal y de desarrollo regional.

En este entramado de mutuas desconfianzas, la Mesa del Litio puede verse como una señal superadora de ese federalismo mal entendido. De Morales, pasando por Sáenz y llegando a Jalil hay todo un repertorio de gestos que permiten al menos sostener un interés común: defender un contexto de oportunidad económica autónoma. De hecho Salta y Catamarca llegaron a un acuerdo para la explotación en los límites fronterizos que desde 1942 mantienen en pugna en el Salar del Hombre Muerto.

Este sentido de hacer un bloque regional, se ha visto fortalecido durante este Gobierno nacional. El recurso minero como agenda nacional ha sido uno de los motores de que la Nación preste atención a las provincias del Norte.

El bloque conformado por las diez provincias que conforman el Norte Grande ha logrado en la pospandemia discutir la asimetría en materia energética, y poner sobre la mesa temas de desarrollo económico en común.

Esta fue una de las cosas que destacó Jalil en su charla: “la importancia de coordinar políticas públicas que beneficien a las diez provincias de la región”. Así como el Corredor Bioceánico “es una inversión a futuro que apuntará a desarrollar las economías regionales a través de las exportaciones y apertura a nuevos mercados”.

La cuestión sin embargo no es tan sencilla. El corredor Bioceánico que es otra gran apuesta de Catamarca y de las provincias del Norte Grande, depende también de las relaciones con Chile. La lógica indica que recuperar el comercio con Chile es desde el punto de vista geográfico natural, pero depende de la situación política internacional. Chile hoy mantiene el Paso de San Francisco cerrado.

La pregunta es si el peso del litio como recurso estratégico a nivel internacional, puede llevar a modificar la práctica política y económica en una actividad tan sensible como es la minería, y abrir nuevas formas de entender el federalismo.