Su único error frente al presidente Mauricio Macri fue no calcular el escándalo público y judicial que provocó haber aprobado la propuesta del Correo Argentino SA de abonar en cómodas cuotas y con una quita extaordinaria –de alrededor de 70 mil millones de pesos- la deuda que mantenía la empresa de la familia del Presidente con el Estado Nacional.
Aguad había debutado como ministro sorprendiéndose por las perspectivas de Internet (“es la tecnología que se viene”, dijo) y asegurando que "usted se va a sacar una fotografía en La Rioja y se la va a poder analizar un hombre en Boston", algo que sucede hace años. Antes de retirarse del ministerio de Comunicaciones, al que llegó con nulo conocimiento en la materia, dijo que la fusión entre Telecom y Cablevisión, que potenciará la posición dominante de Clarín en el mercado, es “buena para el país”.
El “Milico” será premiado una vez más por el presidente Macri, por quien hizo campaña en su Córdoba natal, distrito donde el actual mandatario consiguió el mayor porcentaje de votos en el balottagge de 2015. Ahora estará a cargo del ministerio de Defensa, lugar desde el cual podrá explotar sus antiguos lazos con los sectores más conservadores y reaccionarios del país. Es probable que el ámbito castrense esté de parabienes.
Aguad es abogado, cordobés, tiene 67 años y milita en la Unión Cívica Radical (UCR). Inició su carrera política como secretario de Gobierno de la Municipalidad de Córdoba, entonces gobernada por Ramón Mestre. Cuando Mestre llegó a la gobernación en 1995, lo acompañó como ministro de Asuntos Institucionales y Desarrollo Social, desde donde coordinó la represión a la protesta desatada tras una quita del 30 por ciento al sueldo de los empleados estatales y de los jubilados, y una reducción del horario laboral del 40 por ciento.
Fue entonces cuando Aguad se ganó el apodo de “Milico”, sobre todo por su cercanía con el genocida Luciano Benjamín Menéndez y el jefe de Inteligencia de la policía provincial, Carlos “Tucán” Yanicelli, acusado de cometer delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar. Durante el juicio en que fue condenado a perpetua (junto con Menéndez y Jorge Rafael Videl) varios testigos declararon que Aguad había garantizado su continuidad en los altos mandos de la fuerza.
Pocos años después de su incursión en la gobernación de Córdoba, acompañó a Mestre como interventor en la provincia de Corrientes, donde había sido designado por el presidente Fernando de la Rúa, en 1999. Asumieron el 20 de diciembre y tres días después ordenaron una feroz represión a piqueteros que cortaban el puente General Belgrano, que une esa provincia con Chaco, en protesta por varios meses de atraso en el pago de los sueldos a los empleados públicos. Dos jóvenes fueron asesinados por Gendarmería Nacional.
De su paso por Corrientes también le quedó un procesamiento por la desaparición de 60 millones de dólares, que el Banco Nación le había otorgado como préstamo a la Municipalidad de Corrientes, que estaba bajo su supervisión como interventor. Aguad fue procesado en 2009 por la justicia correntina y la causa llegó hasta el Superior Tribunal de Justicia de esa provincia, que ratificó la responsabilidad del próximo ministro de Defensa. Sin embargo, en mayo de 2014, la Corte Suprema declaró la prescripción de la causa.
Luego de su escandaloso paso por distintos Ejecutivos, el "Milico" se refugió en el Poder Legislativo, donde hizo uso de sus fueros para no rendir cuentas sobre la causa que le pisaba los talones en Corrientes. Hizo un intento, antes, por ser gobernador de Córdoba, pero perdió frente a José Manuel De la Sota. En 2005 fue electo diputado nacional por la UCR, presidió el bloque partidario entre 2007 y 2009. Luego ocupó vicepresidencia primera de la Cámara de Diputados de la Nación y un sillón en el Consejo de la Magistratura.
Montado sobre el apoyo que le había brindado al campo durante el conflicto por la Resolución 125, Aguad se erigió como uno de los referentes del antikirchnerismo fanático. En 2011 intentó nuevamente convertirse en gobernador de su provincia, pero volvió a fracasar.
En 2015, Macri lo premió con el cargo de ministro de Comunicaciones, que ahora cambiará por Defensa.