El presidente de Chile, Gabriel Boric, presentó un proyecto de reforma previsional, una de sus principales promesas electorales, con el que espera poner fin a las cuestionadas administradoras de fondos de pensiones (AFP) privadas a través de la creación de "un sistema previsional mixto que contempla Estado, empleadores y trabajadores". En cadena nacional, el mandatario anunció que su propuesta contempla un aumento de la cotización del 10 al 16 por ciento a cargo del empleador y la posibilidad de que el Estado gestione los fondos.
Como era de esperarse, la oposición salió rápidamente a plantear sus dudas frente a la reforma mientras que el Ejecutivo pidió avanzar con el debate del proyecto. Analistas consideran que el gobierno aún no tiene los votos necesarios para aprobar la iniciativa en el Senado y en Diputados, por lo que lograr el consenso entre los partidos políticos será clave para que el proyecto avance.
El fin de las AFP
"Las AFP, en esta reforma, se terminan. Existirán nuevos gestores de inversión privados con el objeto exclusivo de invertir fondos previsionales y, además, existirá una alternativa pública, lo que permitirá promover la competencia con la entrada de nuevos actores", dijo Boric en su mensaje a la nación. "La reforma de pensiones comprometida por nuestro gobierno mejorará sustantivamente las pensiones de todas las personas", amplió el presidente.
Boric opinó que el actual es un "sistema en crisis" que entrega "pensiones que no alcanzan", en el que un 72 por ciento de las pensiones son inferiores al salario mínimo. "El gran objetivo con esta reforma es subir el monto de las pensiones en cuanto esta sea ley", subrayó el mandatario de izquierda en un llamado al Congreso, en el que no tiene mayoría, para que apruebe la iniciativa.
El nuevo monto mensual que recibirán los jubilados si se aprueba la reforma se compone de tres pilares, señaló Boric, uno de los cuales es que se "mantiene el sistema de capitalización individual mediante los aportes obligatorios que pertenecen a cada trabajador". Los restantes son "el aporte proveniente del seguro social, de seis por ciento, a cargo de los empleadores", y "el aporte que hace el Estado mediante la pensión garantizada universal, que será aumentado a 250 mil pesos chilenos (264 dólares)".
Dudas opositoras
Desde la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), el senador Iván Moreira valoró en su cuenta de Twitter que "el gobierno reconozca que los fondos son de los trabajadores" aunque apuntó sus dudas "especialmente en cuanto a las comisiones, el destino del seis por ciento adicional, porque el alma nacional y las encuestas indican que ese seis por ciento vaya a las cuentas individuales".
Por otra parte la diputada de Renovación Nacional (RN), Ximena Ossandón, afirmó a la señal Meganoticias que desde el gobierno existen "ciertos mensajes políticos, tales como el fin de las AFP, sin mirar si perjudica o no al trabajador". Sobre el anuncio también se pronunció la senadora y presidenta del nuevo partido Demócratas, Ximena Rincón, quien expresó su deseo de que se cumpla con la promesa de "poner en el centro a las personas", y agregó que es indispensable "ponderar qué aspectos técnicos propuestos se traducen en beneficios para Chile".
Corregir las desigualdades
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, buscó este jueves despejar dudas y valoró que el seguro social "va a financiar las correcciones a las desigualdades que genera el sistema en razón de género o de la manera en que ha transcurrido la vida laboral de la persona". En ese sentido, Marcel explicó que en caso de género "se va a corregir el diferencial que se produce en la renta vitalicia entre hombres y mujeres por tener expectativas de vida distintas".
Respecto a las dudas sobre la viabilidad del proyecto, Marcel sostuvo ante la prensa que "el seguro social va a acumular reservas para asegurar que estos beneficios sean capaces de mantenerse en el largo plazo". Finalmente, el funcionario se refirió a los cuestionamientos de la oposición sobre el fin de las AFP y señaló que esas administradoras dejarán de operar como se conocen actualmente, pero "eso no significa que no vayan a existir administradores privados de inversiones".
Un sistema resistido
El sistema previsional vigente fue creado en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet, por el entonces ministro de Trabajo, José Piñera, hermano del expresidente Sebastián Piñera. Este sistema establece que las AFP son las encargadas de recaudar y administrar el ahorro previsional de los trabajadores bajo un sistema de capitalización individual.
Las AFP obtienen beneficios millonarios tras invertir esos ahorros en los mercados, que suman cerca del ocho por ciento del PBI chileno. Los pedidos de la ciudadanía respecto a este tema se hicieron más fuertes con el estallido social de 2019, donde millones de personas salieron a protestar a las calles con consignas de mayor justicia social para Chile.