Linda Cassagnes cumple 107 años el mes que viene y es la artista plástica en actividad más longeva del mundo. Hace algunos días terminó una pintura y, cuentan sus allegados, ya trabaja en la siguiente. Quienes la conocen aseguran que es incansable en su arte. En el anexo de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional (Av. Rivadavia 1841) acaba de inaugurar una muestra de sus cuadros: Mujeres infinitas VI – del Dante, máscaras y juglares..., por iniciativa de la diputada nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Gisela Marziotta (Frente de Todos). La muestra se extenderá, con entrada libre y gratuita, hasta el 11 de noviembre.
“Esta es sólo una mínima parte de lo que hizo en su vida, ¡tiene un atelier con más de 400 obras!”, contó la diputada y vicepresidenta primera de la Comisión de Cultura durante el acto de inauguración de la muestra. “Imaginen todo lo que tiene dentro que sigue pintando. De noche, casi obsesivamente, claramente disfruta de la vida”, destacó. En sus décadas vinculada a las artes visuales, Cassagnes pasó por múltiples estilos. En la muestra del anexo de Diputados se aprecian trazas del simbolismo, del fantástico y algunos coqueteos con el cubismo. Las obras de esta exposición están inspiradas en los cuentos que su padre le leía en su Venecia natal, antes de emigrar a la Argentina. Muchas de las pinturas abrevan en las típicas máscaras venecianas, que aún constituyen una parte importante de su identidad.
En la inauguración también anunciaron la presentación de un proyecto para declarar a Cassagnes “personalidad destacada de la cultura” y se entregó un reconocimiento del cuerpo legislativo por su continuo trabajo en las artes visuales. Como un pequeño problema de salud le impidió a Cassagnes asistir, uno de sus nietos recibió visiblemente emocionado la placa y la copia del proyecto de ley que la homenajea. La inauguración estaba repleta de allegados y colegas de la artista y muchos comentaban la febril actividad social que mantiene, aun si la pandemia aplacó parte de su movilidad.
Cassagnes nació en Venecia, Italia, y tuvo que emigrar prontamente a la Argentina escapando del fascismo. En el país se afincó en Santa Fe, aunque eventualmente sus inquietudes artísticas la llevaron a Buenos Aires. Hoy vive y trabaja en Mataderos. Fue en ese distrito donde Marziotta se encontró con su obra. “Yo no la conocía –confesó la diputada-, como imagino que muchos tampoco, por eso esta muestra y la declaración de personalidad destacada de la cultura es para que su figura, como se dice ahora, se viralice”.
“Yo creo en la militancia territorial por cosas como esta, no estar detrás de un escritorio, sino ir al territorio, así fui a Mataderos y un vecino, compañero, me dio esta revista del barrio, con una nota a Linda en tapa, la leí y quedé impactada”, contó. “¡Una señora de 106 años que sigue pintando y además con este concepto!”, destacó. Al lunes siguiente, llegó a su despacho para comenzar a pensar la muestra.
“Ella pintó de chiquita pero frenó muchos años porque se casó con un hombre que no la dejaba pintar”, contó Marziotta. “Era feminista sin saber que lo era. Imagínense, siendo madre de tres niños se se divorció en los años ’50, cuando hacer eso era un horror. Pero entonces encontró un compañero que la acompañó a desarrollarse y ya de grande empezó toda esta producción”, celebró la diputada, quien agregó que en el recorrido de Cassagnes puede verse “perspectiva de género” y que su derrotero es inspirador para el camino que las luchas de género tienen por delante.
Durante el acto de inauguración también habló Víctor Fernández, director del Museo Benito Quinquela Martín, quien además prologó el catálogo razonado de la artista (cuyas obras pueden encontrarse en colecciones de Estados Unidos, Canadá, varios países de Europa, Brasil y Uruguay, además de distintas instituciones nacionales). Fernández destacó a los responsables del cuerpo legislativo por la muestra y a Gisela Marziotta por retomar la figura de Cassagnes: “gracias por abrigar con tanto afecto la obra de Linda y albergar en ella no sólo a su arte, sino a todo el ciclo de exposiciones en esta sala”, manifestó en referencia al ciclo Mujeres Infinitas. También destacó el rol de la familia de la artista, que la alienta a seguir produciendo obra.
Sobre la artista, Fernández consideró que “su vida es la de tantos otros compatriotas, la de una migrante que en su encuentro con los criollos nos dio la identidad”. Además, señaló especialmente el vínculo de la obra de la artista con su padre. “No hay mejor definición de patrimonio que la que da Linda en estos cuadros inspirados por su padre. Eso es el patrimonio: una infinita cadena de abrazos, de relatos que nos vuelven humanos, porque no hay patrimonio donde no hay afecto, y no podemos amar lo que no conocemos”.
Finalmente, Fernández también puso de relieve la vida “inspiradora” de la artista para sobreponerse a las dificultades que encontró en su vida, a las que también Marziotta se había referido. “Ella no eligió caminos fáciles", aseguró el director del Museo. "No es fácil ahora ser migrante y no lo era antes, tampoco ser artista, ni mujer. Ella era las tres cosas. Sobre esas dificultades y con sus convicciones nos deja un legado, la enseñanza de seguir trabajando todos los días para que a las generaciones que vienen no les resulte tan difícil ser inmigrantes, artistas ni mujeres”.