Lucy tiene 27 años y dos hijas de 2 y 7 años. Vive en Andalgalá, Catamarca y pide ayuda a la sociedad para que su agresor, quien quedó libre hace una semana, no pueda acercarse a ella o a las niñas para matarlas. “No quiero ser un número más y terminar muerta”, pidió angustiada.
Fue en diciembre de 2020 cuando se animó a denunciar por primera vez a su pareja, Fabricio Allione con quien convivió 12 años. Recuerda que era el otro día de navidad y tenía a su beba de tres meses en brazos cuando él comenzó a golpearla. Tuvo hematomas y perdió piezas dentarias. El agresor estuvo 15 días preso y fue imputado por lesiones graves agravadas por violencia de género.
“La violencia fue desde siempre. Él comenzó a consumir y cuando volvía a casa, a veces después de algunos días, desconocía a todos y me golpeaba. Mi hijo nació sietemesino por los golpes. Con la segunda, casi pierdo la vida porque él me pegaba constantemente y por esa razón no puedo tener más hijos”, contó Lucy.
“Nunca dije que él me pegaba, decía que me había caído en la casa o en el trabajo. No sé, temía que la sociedad me señale, y también a su familia. Pero aquella vez vi mi cara destrozada sin dientes y tomé valor. Tantas veces lloré pidiendo fuerzas a Dios, quería que eso se acabe de una vez por mí y por mis hijos”, explicó.
La denuncia y separación no fue un impedimento ni control para que Allione continuara hostigándola. Lucy recuerda que al menos 6 veces incumplió las medidas perimetrales impuestas por la Justicia y que en algunas de esas veces, al ver que estaba un día preso, decidió no denunciar por la frustración y el miedo a que volviera.
Sin embargo, para el día del padre de este año, el agresor trepó hasta el departamento en un primer piso donde ella se mudó para resguardarse y frente a sus hijos la amenazó de muerte con un cuchillo. “Me lo puso en el cuello. Yo pensé que me mataba. Él me pedía que volviéramos y yo traté de convérselo de que así sería para calmarlo. Esa vez volví a denunciarlo y el nuevo fiscal me dijo que me quede tranquila que iba a actuar”, relató.
Así, Allione estuvo tres meses con prisión preventiva en el Servicio Penitenciario. Sin embargo y el nuevo miedo de Lucy es que, aunque la causa fue elevada a juicio, y le pusieron una pulsera electrónica, él está libre nuevamente. “Si incumplió tantas veces, no creo que este aparato ayude. No quiero ser un número más y terminar muerta como pasó con esa chica que mataron hace poco – Anyelén Gallo Arias- o esa otra que luego de cumplir 8 meses de condena el tipo salió y quiso matarla otra vez”, explicó.
Allione fijó domicilio en la localidad de Chumbicha. “Andalgalá está a dos horas de viaje. Le pido a la sociedad que esté atenta y que si lo llegan a ver me avisen a mí o la policía. Yo ya no puedo más vivir así, necesito tranquilidad para mis hijos también”, concluyó.