La relación entre Bolivia y Chile está marcada por el reclamo histórico de La Paz a Santiago por una salida soberana al mar. Para Bolivia, se trata de un tema central y por eso en 2013 interpuso una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La Haya para obligar a Chile a negociar un acceso soberano al mar.
La decisión del tribunal internacional llegó en 2018 y fue favorable para Chile al dictaminar que Santiago no tiene obligación de negociar una salida al océano Pacífico para Bolivia. Pero la CIJ también indicó que, aunque no existe una obligación esto no impide que los países vecinos continúen por el camino del diálogo.
El reclamo de Bolivia
Desde la decisión de la CIJ hasta la actualidad Bolivia mantiene su pedido de diálogo con Chile. “Lo que sostuvo Bolivia en el Libro del Mar y en el pedido a La Haya es una revisión a lo que se estipuló en el tratado de 1904”, explica Agustina Garino, integrante del Área de Relaciones Internacionales de FLACSO e investigadora del CONICET.
En 1904 Bolivia y Chile firmaron un tratado de paz que marcaba el fin de la Guerra del Pacífico (1879-1884). El tratado determinaba las fronteras entre los países y para Bolivia significó la pérdida de 400 kilómetros de costa y 120 mil kilómetros cuadrados de su territorio.
El Libro del Mar es un texto de 128 páginas, publicado en 2014 por el gobierno de Evo Morales Aymá, que reúne los argumentos del reclamo marítimo que hace Bolivia a Chile. El documento también recopila las diversas instancias de diálogo que mantuvieron ambos países y en las que incluso los dos gobiernos llegaron a negociar una salida sin compensación territorial.
“Bolivia no pide una porción de territorio específico sino que pide una salida al mar... No pide los 400 kilómetros de costa que perdió ni los 120 mil kilómetros cuadrados, eso siempre está en el discurso porque se tiene que recordar la Guerra del Pacífico y todo el territorio perdido”, refuerza Garino.
La investigadora sostiene que el reclamo boliviano actual tiene que ver más con las condiciones del Tratado de 1904. "No pide específicamente una porción de territorio sino una salida al mar donde ellos puedan ser plenamente soberanos en cuestiones financieras y tributarias”, precisa.
La posición de Chile
Para Chile, la posibilidad de rever el tratado de paz de 1904 podría llegar a traer consecuencias a largo plazo. “Chile lo que dijo frente a la CIJ es que no se puede renegociar el acuerdo de 1904 porque es algo que las dos partes dispusieron. Y si un tratado de paz se vuelve a renegociar se estaría incumpliendo o vetando el pacto de Bogotá de 1948 que es jurisprudencia para todo lo que tiene que ver con tratados internacionales y tratados de paz”, sostiene Agustina Garino.
Para Bolivia, en cambio, el reclamo por la salida al mar es constitucional. Como lo indica la Carta Magna de 2009: “el Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo”. Además, el texto precisa que la solución al “diferendo marítimo” a través de medios pacíficos es uno de los objetivos “permanentes e irrenunciables” para el país.
¿Cómo son las relaciones diplomáticas entre los dos países?
El reclamo de Bolivia por su soberanía marítima y la negativa de Chile a establecer un diálogo impactaron en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Desde 1978 estas naciones no tienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores, únicamente cuentan con representaciones consulares en cada país.
“La declaración de que no haya un embajador o un encargado de negocios muestra que las relaciones en algún punto están quebradas y el puntapié para ese quiebre tiene que ver con la salida al mar”, indica la investigadora. Pese a esto, los países mantienen los consulados “porque son países limítrofes donde hay mucha cuestión transfronteriza para ver”.
En septiembre, el ministro de gobierno de Bolivia, Eduardo Del Castillo, y el cónsul general de Chile en Bolivia, Fernando Velasco, tuvieron un encuentro en La Paz analizar cómo combatir la trata de personas y otros delitos que afectan la frontera que comparten.
Arce y Boric, una nueva etapa
Cuando Gabriel Boric, presidente de Chile, fue electo en 2021, el mandatario de Bolivia, Luis Arce, le aseguró que su triunfo fortalecía "la integración latinoamericana". El primer encuentro entre ambos presidentes ocurrió el pasado 11 de marzo durante la investidura del mandatario de Chile.
En ese diálogo, Boric aseguró que la reanudación de las relaciones diplomáticas era un punto de llegada y que le gustaría avanzar hacia ese objetivo. Aunque remarcó que Chile no iba a modificar su postura sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia en 2018.
“Chile no negocia su soberanía, como me imagino no hace ningún país”, puntualizó el presidente chileno en esta oportunidad. Otra postura tenía, en cambio, años atrás cuando Bolivia presentaba la demanda contra Santiago por su salida al mar y el entonces dirigente estudiantil se mostraba a favor del reclamo.
Para la especialista en relaciones internacionales, Chile “mantiene el mismo discurso estatal que ha tenido desde 1904 y 1978 en adelante: sostiene que no se renegocia y que no se tiene por qué renegociar”.
Durante el último Día del Mar en Bolivia, celebrado cada 23 de marzo, el presidente Luis Arce aprovechó la ocasión para remarcar que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Chile “sólo se podrá dar en el marco de la solución al tema marítimo pendiente”.
Arce también recordó que pese a que el fallo de la Corte Internacional de Justicia determinó que Chile no tiene obligación de negociar una salida al mar con Bolivia, el juicio en La Haya “abrió un nuevo escenario en el diálogo bilateral en el que el ciclo de enfrentamiento se ha cerrado y abre una fase de acercamiento basado en la integración”.
El mandatario añadió que Chile es “consciente de que el encierro boliviano es una de sus faltas internacionales más graves”. También aseguró que su gobierno está desarrollando vías alternativas para que sus exportaciones no dependan de los puertos del norte chileno por donde se mueve el 90% de las importaciones y exportaciones de Bolivia.
Hoja de ruta y diálogo actual
En julio de 2022, las cancillerías de Bolivia y Chile reivindicaron su compromiso con la reactivación de la Hoja de Ruta establecida en la capital boliviana el año pasado. El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Rogelio Mayta, y su par chilena, Antonia Urrejola, se reunieron en Paraguay en el marco de la reciente cumbre del Mercosur.
Durante la última Asamblea General de la ONU, celebrada en septiembre, el presidente Luis Arce volvió a plantear el reclamo. "Debemos recordar a la comunidad internacional que Bolivia nació con mar, pero actualmente es un país enclaustrado, obligado por las circunstancias del pasado a enfrentar múltiples barreras en el transporte, comunicación y comercio”, afirmó Arce.
Recientemente el expresidente de Bolivia, Evo Morales, pidió al mandatario chileno Gabriel Boric que condene la Guerra del Pacífico luego de que éste condenara la invasión de Rusia a Ucrania. “Tengo confianza de que asumirá la misma posición con relación a la invasión de 1879 y reafirmará su propuesta de mar para Bolivia", señaló Morales.
Según la ONU, los países sin salida al mar enfrentan altos costos de comercio y transporte. Además, las exportaciones e importaciones pueden sufrir demoras en las fronteras y dificultades relacionadas a las regulaciones y los procedimientos aduaneros.
El organismo internacional estima que el nivel de desarrollo de los países sin litoral como Bolivia es un 20% más bajo de lo que sería si tuvieran algún acceso al mar.