Andrea Huenchupán se define como una persona que hace lo imposible por lograr las cosas que se mentaliza. Y su historia la respalda. Después de varios años de pelearla, se convirtió en la primera jugadora transgénero de futsal en ser habiltiada por la Asociación del Futbol Argentino (AFA).
Por AM750, Andrea cuenta su historia. Relata que empezó a transicionar después de separarse de su expareja, con quien tuvo una hija, que el fútbol atravesó cada momento de su vida, que el cambio de género le resultó natural, que no le costó, que no se sintió discriminada, aunque siempre tuvo en claro una actitud: ir tras sus sueños sin temores.
Eso es lo que le dice a todas las personas que están atravesando ahora el proceso que ella vivió los últimos años: “Sean una misma, o uno mismo. Vayan por sus deseos. No estén pendientes de lo que se pueda decir. No sirve de nada resguardarse”.
Cambio de género, picadito y vestuarios
Andrea relata que la transición no le resultó muy difícil. Sí aclara que fue una decisión muchas veces postergada. “No quería incomodar a mi hija ni a mi expareja”, cuenta. Pero explica que siempre fue de vestirse "de forma ambigua”, y que fue completamente natural que la gente comenzara a llamarla con pronombres femeninos.
Hoy en día, dice, vive su transición de forma “supernatural”. “No me tocó vivir situaciones de agresión o que me hayan discriminado como oí en algunas chicas que cuentan sus historias. Creo que mi personalidad me ayudó a salir adelante y vivir el cambio con naturalidad”, relata.
Y esta naturalidad tiene mucho que ver con su vínculo con el fútbol. Porque siempre estuvo acompañada de sus amigas de toda la vida y sus amigos nunca dejaron de invitarla a jugar unos partidos amistosos para divertirse un rato. Pero, claro, hubo situaciones incómodas que tuvo que superar.
“Yo con mis cambios ya era como que me iba a incomodar. Estuve jugando disimuladamente, porque nadie más que mi amigo sabía de mis cambios. Al estar en un vestuario con mis compañeros esperaba a cambiarme al final. Pasaba por una situación de incomodidad. Más allá de jugar y divertirme, eso no me estaba haciendo bien”, comentó.
Los primeros pasos profesionales
Esto llevó a Andrea a buscar dar los primeros pasos en el fútbol profesional femenino. Empezó a anotarse, primero en torneos mixtos. Recuerda que a pesar de tener algunas normativas específicas, eran muy divertidos y competitivos.
En este clima estaba cuando fue a golpear la puerta del club Centro Asturiano. Ahí hizo una prueba, le dijeron que les interesaba que juegue en el equipo, pero que la temporada de pases ya estaba cerrada. Ahí se quedó entrenando y, al año siguiente, debutó en el equipo y se convirtió en la goleadora.
“Me sentí muy bien. Era remover la historia de prepararme, vestirme, salir a jugar. Decidí operarme de los ligamentos y tirarme para la competencia”, cuenta sobre la decisión de probarse en Los Andes. “Quiero vivir tres, cuatro años más de esta alta competencia. Esto lo hago más por un gusto personal”, concluye.