En las canchas de los partidos del Torneo Regional Federal, que empezó a mitad de octubre, los jugadores probarán una nueva pelota. La Kagiva C11 se convertirá en el balón oficial de los torneos del ascenso nacional de fútbol. Una diferencia imperceptible para los hinchas, pero muy importante para el país: es una pelota producida en suelo chaqueño que viene a sustituir nueve millones de dólares anuales de importaciones.
Argentina es uno de los países más futboleros del mundo y la demanda de pelotas no se queda atrás, con alrededor de tres millones anuales. La mayoría de ellas, el 90 por ciento, se importan de Pakistán y China. El 10 por ciento restante se producen en los talleres emplazados en la "capital nacional de la pelota de fútbol", tal como fue bautizada la ciudad cordobesa de Bell Ville por el senado de la Nación en 2017. Por su escala, no alcanzan a abastecer al mercado nacional.
Pero a partir de diciembre, en plena euforia mundial, comenzarán a producirse a gran escala las Kaviga en Puerto Vilelas, en suelo chaqueño. No solo serán pelotas de fútbol. También de vóley, básquet y fútbol de salón profesional. El empresario de las pelotas es Pedro Sebastián Bonnettini, un misionero que se mudó hace un año y medio con su familia a Chaco para instalar la planta. Con una inversión de 2 millones de dólares, asegura que ya en el primer año podrán llegar a producir seis mil pelotas por día para alcanzar al millón y medio anual y ahorrarle al país 9 millones de dólares en importaciones.
Bonnettini es deportista desde chico: "Jugué al fútbol de joven en Misiones. A nivel nacional también, pero no profesional. Soy del ambiente deportivo, y siendo de ese ambiente conocí la problemática de la falta de pelotas", cuenta en diálogo con PáginaI12. La marca Kaviga es una empresa familiar de origen brasileño. La fábrica está instalada desde 1989 en Vicentina, Brasil, y comercializa para grandes marcas como Topper. "El próximo proyecto es desarrollar el otro mercado importante de sudamérica, Argentina", asegura.
El negocio en Argentina ya sembró sus frutos. Tienen un contrato con la AFA para que Kaviga sea el balón oficial para todos los torneos que se encuentren bajo la órbita organizativa del Consejo Federal de Fútbol de AFA, es decir, los Torneos Federales A, B y C, vía de acceso a los campeonatos profesionales de la AFA, y las ligas regionales. “Es un producto de primera calidad. Hoy se está usando en Brasil en los torneos Paulista y Brasileirao. Es un producto probado y eso fue lo que tuvo en cuenta el Consejo Federal”, se entusiasma Bonnettini.
Además del acuerdo con el Consejo Federal de Fútbol de la AFA, que nuclea a 220 ligas y tiene 3.500 clubes afiliados, la empresa está en negociaciones para fabricar para grandes marcas de Argentina que ahora importan. Otro potencial cliente importante es YPF, que entrega las clásicas pelotas y promociones de los canjes de puntos. Hoy importa entre 800 mil y un millón de pelotas al año de Pakistán y China.
Cien por ciento nacional
¿Qué se necesita para hacer una pelota? Cámara, hilados, pegamento y la lámina exterior. "Todos los componentes, salvo las láminas de PU y las cámaras, son de producción nacional", asegura el empresario de las pelotas, como lo llaman sus colegas. "Incluso las láminas, que son un derivado del petróleo, se podrían hacer acá", redobla la apuesta, "es un material que antes hacía YPF y dejó de hacer. Hoy se importa desde Brasil pero estamos hablando de la posibilidad de desarrollarlo internamente, porque es un producto que tendría mercado, ya que se utiliza en varios rubros". Incluso la maquinaria de la fábrica es mayormente producida en el país.
La planta está en obra hace cuatro meses y se estima que comenzará a producir en diciembre de este año. En una primera etapa contratará a 250 empleados, con proyección de aumentarlos a 500 en los primeros cuatro meses de producción. Calculan que crearán 360 empleados indirectos con una característica particular: "Los modelos de pelota costurada se van a hacer por personas privadas de su libertad en cárceles chaqueñas. Son 360 presos, a quienes se les depositará un porcentaje del salario mínimo en una cuenta que tendrán disponible una vez que recuperen su libertad", explica el empresario. Es una política que también aplica la empresa en Brasil.
La inversión será de dos millones de dólares, un 50 por ciento de capital brasileño, un 30 por ciento argentino y un 20 por ciento del gobierno de Chaco. "Decidimos instalarnos en Chaco por la ayuda del gobierno. Yo soy de Misiones y nos mudamos con mi familia a Resistencia por los beneficios industriales de la provincia", explica Bonnettini, y agrega: "Nos ayudaron con el predio y la obra del predio, nos otorgan diez años de exención de impuestos provinciales, bonificación en los servicios públicos, reintegros en la inversión que hagamos para la instalación, nos ayudan por dos años con un monto para la instalación de los empleados. Es importantísimo el acompañamiento de la provincia en este camino".