La carrera de Kyrie Irving se ha caracterizado por sus ascensos meteóricos. Tras sólo un año de estadía en la universidad de Duke el habilidosísimo base fue elegido con 19 años en el primer puesto del Draft 2011 por los Cleveland Cavaliers para comandar a la franquicia post salida de LeBron James. En su segunda temporada de profesional lo seleccionaron para el All Star y tres años después, en 2016, ya era campeón de la NBA, marcando el tiro ganador de una serie histórica ante los Golden State Warriors, con "El Rey" de nuevo en Cleveland. Como si fuera poco, a los meses se estaba colgando la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río. Todo con 24 años.
Seis temporadas después, a sus 30 y ya considerado un veterano, lo del estadounidense nacido en Australia sigue siendo meteórico, pero en materia de escándalos. Su actividad extracurricular fue noticia cuando salió a defender la teoría de que la Tierra es plana, un apartado más cómico que otra cosa más aún teniendo en cuenta lo que vendría después. Es que tras la reanudación de la NBA luego del parate pandémico, Irving fue "tendencia" por su negativa a vacunarse, algo que sostiene hasta hoy.
Su postura fue tan férrea que le costó mucho a su actual equipo, los Brookyln Nets, la temporada pasada. Como el estado de Nueva York exigía carnet de vacunación para realizar prácticas deportivas en su territorio, Irving sólo pudo jugar de visitante durante gran parte de la 2021/22, totalizando 29 partidos de un total de 82 y dejando varios de sus 35 millones de dólares anuales de salario en el camino.
Terraplanista, antivacuna y ¿antisemita?
El terraplanismo y la postura antivacuna parecían quedar en el olvido con el inicio de una nueva temporada, sin embargo, con apenas ocho partidos jugados Irving volvió a quedar en el foco de la tormenta en unos Nets a los que le sobran problemas, y esta vez por una cuestión mucho más grave que las anteriores.
Irving compartió el fin de semana pasado en Twitter el link para ver una película acusada de antisemita y la cosa no pasó desapercibida. Claro, con 4,5 millones de seguidores en su cuenta, difícil que así fuera. "Hebrews to Negroes: Wake Up Black America", es el nombre del film lanzado en 2018 y basado en el libro del mismo título, donde se señalan elementos de una "conspiración judía internacional". Además, según la revista Rolling Stone, la pieza incluye numerosas sentencias antisemitas como "muchos judíos famosos" han "admitido" que rezan a "Satán o Lucifer".
Lo que pudo ser un habitual "me hackearon la cuenta" acompañado de un perdón escaló con el correr de las horas y los días ante la negativa de Irving a pedir disculpas, justo al poco tiempo de una polémica similar con el rapero Kanye West.
Tras la crítica generalizada, el primero en tomar el guante fue el dueño de los Nets, el taiwanés Joe Tsai, quien afirmó sentirse "decepcionado" por el tuit del jugador. Luego, la franquicia lanzó un comunicado condenando la promoción de "cualquier forma de discurso de odio" mientras que la NBA fue en la misma sintonía.
Irving profundizó: "Tengo un ejército"
Más tarde fue el turno del propio Irving de dar explicaciones. "Soy omnista y no quería faltar al respeto a la fe religiosa de nadie. La etiqueta de 'antisemita' que se me está dando no está justificada y no refleja la realidad en la que vivo a diario", escribió en Twitter en la previa de un partido que terminó en derrota de local con algunos abucheos al base y presencia de hinchas con remeras de "lucha contra el antisemitismo". Un encuentro que también derivó en el despido del entrenador Steve Nash y luego encontró a Irving confrontando a un periodista.
"No me deshumanices. Soy un ser humano, puedo escribir lo que quiero", afirmó. "No voy a retroceder en nada de lo que creo. Sólo me voy a hacer más fuerte porque no estoy solo. Tengo a todo un ejército alrededor mío. ¿Hice algo ilegal? ¿Lastimé a alguien? ¿Salí a decir que odio a un grupo específico de gente?", agregó el base en forma de nafta discursiva.
Las disculpas finales -alerta spoiler- de Irving que llegaron este jueves por la noche necesitaron de aún más etapas previas. Primero, la donación de los Nets y del jugador de un millón de dólares a organizaciones que trabajan contra el odio y la intolerancia. Segundo y a primera hora del jueves, la palabra del comisionado de la NBA, Adam Silver, quien declaró estar "decepcionado de que (Irving) no haya ofrecido una disculpa incondicional" y afirmó que se iba a reunir personalmente con el jugador. Tercero y por último, la decisión de los Nets de suspender al jugador por cinco partidos sin goce de sueldo: "Nos dejó consternados que, cuando tuvo una oportunidad ante los medios, Kyrie rechazó decir de manera inequívoca que no tiene creencias antisemitas y que tampoco reconoció el material especialmente odioso de la película", explicaron.
El necesario pedido de disculpas
Así las cosas, con abucheos, retos del "jefe" de la NBA y suspensión de su equipo de por medio, Irving ofreció sus disculpas: "A todas las familias y comunidades judías que están dolidas y afectadas por mi publicación, lamento profundamente haberos causado dolor y pido perdón", escribió en una historia de su cuenta de Instagram.
"Inicialmente reaccioné por la emoción de ser injustamente etiquetado como antisemita, en lugar de centrarme en el proceso de curación de mis hermanos y hermanas judíos que estaban heridos por los comentarios de odio hechos en el documental", agregó el base.
Mientras, los Nets están realizando un pésimo inicio de campaña (dos triunfos y seis derrotas) a pesar de contar con varios pesos pesados como Kevin Durant, el propio Irving o Ben Simmons. Ante la salida de Nash, Brooklyn planea contratar como entrenador a Ime Udoka, recientemente cesanteado por los Boston Celtics por violar el código interno de la franquicia y mantener una relación extramatrimonial con una empleada. Lo que se dice, de polémica en polémica.