Es una gran noticia, porque el blues de Rosario vuelve a tener el escenario que merece. Yo Nací en Rosario: Festival de Blues recala hoy y mañana a las 21 en Sala Lavardén (Mendoza y Sarmiento), con las presencias de Los Bourbones, Honey Blues Band, Bonzo Morelli Trío (el día sábado); La Juke, La Bolsa, Caburoblus (el domingo).
El mentor, de un ánimo tan infatigable como su amor por la música, es el Negro Romero, cuyo programa Blues Mundano ya lleva 25 años en Radio UNR. “Durante los últimos 19 años no hubo festival de blues en Rosario, fuimos testigos de esa inexistencia así como de la existencia de más de 22 bandas que actualmente tocan blues y conforman una escena grandísima, con 200 músicos aproximadamente. El festival responde a una necesidad absolutamente genuina, y está teniendo la difusión que tiene porque se hace carne en la gente. Existe a partir de la organización de los músicos con la iniciativa del programa, y consideramos que es algo que tiene que seguir sucediendo, año a año, porque quienes participan representan una masa de músicos más grande, actualmente exportados al resto de los festivales de Argentina y el mundo. Queremos que exista un festival auténtico, que sea de acá y se llame como dice Caburo: Yo Nací en Rosario”, explica Negro Romero a Rosario/12.
El reconocimiento de los músicos coincide y es celebratorio, conforme al esfuerzo compartido. Como señala Marcelo Arce (Honey Blues Band), “es destacable que la organización surja de un programa de radio, que ha difundido toda la vida este género, cuando los músicos de blues no contamos en general con mucho apoyo ni somos un género de fiesta. En el festival no hay ningún músico o banda que no sea de acá, es blues local, cuyo prestigio se lo ganaron los propios músicos, al haber trabajado durante 40 años contra la corriente, por encima de las modas y de las discográficas”. Franco Capriati (La Juke) agrega: “Queremos que haya un festival de blues porque la ciudad se lo merece, entre los músicos y las bandas algunos tenemos 20 o 25 años de trayectoria y compromiso con este estilo y con la música en general. Me parece importante que el festival sea de mucha calidad musical, además de permitir ver lo que está pasando acá con la música y con el blues”.
Para Willy Echarte (Caburoblues), “la iniciativa del Negro Romero permitió llegar a la Sala Lavardén, y hay que agradecer también a la provincia, que la cedió; es destacable, porque se hizo desde un absoluto espíritu de camaradería. El Negro se encargó de convocar a las bandas y lo encaramos todos con buena onda, compartiendo equipos y grilla, sin vedetismo ni nada por el estilo. Nos conocemos desde hace muchos años, hay amistad y buena onda. Estaría bueno que en una próxima edición se pueda ampliar a más noches, porque hay gente que ha quedado afuera por una cuestión de tiempos”. En este sentido, Pupe Barberis (Caburoblues) destaca: “Estamos dando el puntapié inicial, y ojalá podamos abrir el juego también a bandas de afuera; yo participo en festivales de Junín, Pergamino, Cañada de Gómez, Paraná, y estaría bueno que bandas de otros lugares vengan a tocar”.
La trayectoria que acompaña a las bandas y los músicos es de un prestigio que reviste al festival mismo; lo que lleva a preguntarse sobre el blues rosarino y sus peculiaridades. Para Maximiliano Talamone (Los Bourbones), “el blues es una de las raíces de la música moderna y en cada sitio se nutrió de características propias, según la idiosincrasia del lugar. En cuanto al blues rosarino, hay que tener en cuenta cómo llegó el género hasta acá, a través de Pappo, Manal, Spinetta, quienes a su vez fueron influenciados por artistas británicos como Peter Green y Eric Clapton, así como ellos por el blues de Chicago. El blues rosarino tiene todos esos condimentos, más los que aportan los artistas locales”. Según Marcelo Arce, “al blues local lo hizo posible gente como Caburo. El blues rosarino es un emergente de esta sociedad; es decir, es la sociedad rosarina la que genera el blues. Si hay un programa radial que se sostiene desde hace 25 años es porque hay bandas que mantuvieron su estabilidad durante más de 20 años y porque hay gente que hace más de 40 años que toca blues. Acá existió la gran escuela de Fito Covelli, de Mario Olivera, y de tantos otros que han tocado y enseñado el blues a otras generaciones”.
Para Bonzo Morelli, “hay blues en Rosario porque en realidad es la Chicago argentina, como dijo Charly García. El blues es una expresión de raíz, es una música donde uno puede describir cosas. Hay un paralelo entre el blues y el folklore tradicional, e incluso con el tango en cuanto a la parte lírica. Rosario tiene esa particularidad de fijarse en lo que escribe. Además, el movimiento del blues fue bastante considerable y relevante en los ’90, pero en Argentina siempre hubo un movimiento, a veces más grande o más chico, que perduró”. De acuerdo con Franco Capriati, “dentro del rock nacional el color blusero estuvo siempre, así como en Los Gatos. El resurgimiento en los ’90 impactó en diferentes lugares y yo lo vivencié acá, en Rosario. Un día me entero que tocaba La Rocanblus, donde estaban Caburo, el Bonzo, (Javier) Actis, y el negro Reyna. Ahí escuché blues por primera vez en mi vida en castellano, en Rosario. Pienso en Tráfico, La Bolsa, La Ferroviaria. Creo que hay un blues a la rosarina, que se entrecruza con las raíces del rock nacional y del tango. El gran referente es Caburo, por sus letras y forma de contar lo que sucede, en donde Rosario está presente no sólo a nivel paisaje, sino en cuanto a idiosincrasia y cultura”.
Pupe Barberis refrenda lo dicho: “Me toca ser baterista de Caburo y no corresponde que lo diga yo, pero él es el mejor letrista que tiene la ciudad, sus letras son muy urbanas, crónicas reales y fáciles de entender”. Willy Echarte añade: “Rosario tiene un representante fundamental y es Caburo; con el Bonzo hicieron temas propios, de poesía muy linda. Creo que hay una onda blusera rosarina que hace hincapié en esa forma de escribir. A veces vamos a tocar en festivales de Buenos Aires, y ellos lo encaran de otra manera. A Caburo lo veo como descendiente de una línea que viene de Manal, con ese tipo de poesía. Creo que somos muchos los que empezamos a tocar blues a partir de verlos a ellos”.