La masa de focos activos que desde mediados de octubre devora el Oeste del departamento Orán amenaza ahora a las comunidades kollas que habitan el extremo norte de Orán, próximas al río Pescado. La zona amenazada es La Junta o La Cornisa, hogar de las comunidades Tinkunaku y San Andrés. El fuego también amenaza San Ignacio. Las tres se encuentran sobre la ruta provincial 18, camino a Isla de Cañas, en el vecino departamento Iruya.
Desde Defensa Civil de Orán, Daniel Guzmán, recordó el viernes por la tarde que su departamento dió aviso la semana pasada al gobierno de Salta. “No pudimos llegar a la comunidad de San Ignacio, porque nos encontramos con el fuego encima de la comunidad del Oculto”, por el río homónimo. “En estos momentos están todos los cerros ilumniados”, detalló”. “Por el cambio del viento, el fuego se dirigió hacia la comunidad”.
El viernes por la noche evacuaron una casa, mientras que otra familia se autoevacuó por la llegada del fuego. “Llegamos en el momento preciso para socorrer a las personas”, dijo Guzmán. “Pero somos muy pocos para combatir el fuego. No tenemos buena comunicación. Logré un enlace con el 911 para dar el alerta. Creo que en ese momento tomaron conciencia de lo que se estaba viviendo”, se quejó el efectivo.
El incendio, ya controlado, sobre el cerro 20 de Febrero en la capital salteña capturó toda la atención. Sin embargo, por la noche del viernes, este medio relevó que los brigadistas de Río Negro y Neuquén que se encontraban en Salta y viajarían a Valle Morado en Urundel (al sur de Orán) al día siguiente, cambiaron de destino y fueron asignados a los focos que afectaron a las comunidades kollas de Orán. El sábado no pudieron ingresar al territorio sobre la ruta 18 porque el fuego y el humo se lo impidieron.
Desde el Servicio Nacional de Manejo del Fuego informaron a Salta/12 que el lunes llegarán más brigadistas nacionales. “Calculamos que serán cien, la mitad para los incendios del norte del departamento Orán, la otra mitad para el sur”, explicó su coordinador, Lautaro Vázquez. “La provincia solicitó un avión hidrante y un helicóptero. Salta cuenta con dos helicópteros más”, informó el funcionario.
El sur del departamento también se encuentra afectado por los incendios forestales que no dan tregua. Se reactivaron, principalmente después de la excepción a la veda de pesca declarada en esa jurisdicción a mediados de octubre. “Nosotros vemos que el humo se encuentra muy cerca y esperamos que no llegue al territorio de la Reserva”, expresó con preocupación Soledad de Bustos desde la Reserva El Pantanoso en la vecina provincia de Jujuy.
Al norte y al nur de Orán, los focos ígneos avanzan debido a las altas temperaturas y el viento predominante del noreste. Desde el martes 2, las llamas alcanzan una “considerable magnitud”, informa la comuna de San Ramón de la Nueva Orán. Trabajan bomberos de la policía de la Provincia y Defensa Civil municipal. Ambos con la asistencia logística de Gendarmería Nacional.
“Se realizan trabajos preventivos para evitar el avance del fuego, atacando en diversos sectores y salvaguardando las comunidades”, informaron. Los partes indican que los focos ígneos se inciaron al costado de esa ruta provincial al norte del departamento que conduce a Isla de Cañas en el vecino Iruya. Las autoridades recomiendan a transeúntes y usuarios “tomar conciencia” porque “una mínima chispa o fogata” tornan incontrolable el fuego debido a los fuertes vientos predominantes y a la sequedad del ambiente.
Los incendios son de tal magnitud que el humo fue capturado por las imágenes satelitales que provee LandSat 8 en el sitio Earth Explorer. Compuesta con los focos activos desde finales de octubre, se tiene una idea del territorio que devoran las llamas en la Reserva de Biósfera de Yungas. Desde el extremo norte de la zona, en La Junta y La Cornisa (hogar de las comunidades kollas) hasta el extremo sur, muy cerca del límite con Jujuy, el fuego se mueve sobre 18.000 hectáreas. Tanto las comunidades que habitan la región, como la fauna y flora de la Reserva de Biósfera de Yungas, continúan en peligro.
Además del peligro para los habitantes de esta zona, el fuego viene destruyendo la flora autoctóna y provocando el desplazamiento de animales, cuando no sus muertes, según reportan los vecinos.