La letra chica del contrato por los derechos televisivos del fútbol genera discordias. No hay acuerdo por la fecha de los clásicos y los horarios entre la AFA y las compañías Fox y Turner, pero también se vislumbran problemas entre los propios clubes. Un ejemplo es el siguiente conflicto que se avecina: si al club A lo pasaran por TV a las 11 de la mañana no va a tener el mismo rating que el club B, al que transmitirán a las 17 o a las 19. Como un porcentaje del dinero a repartir se distribuirá en base a los índices de audiencia, hay dirigentes que ya abren el paraguas. La otra cuestión por resolver es política. El gobierno nacional mantendrá el programa Fútbol para Todos hasta el 31 de octubre. La gratuidad para ver los partidos durante agosto, septiembre y el mes de los comicios parlamentarios, tiene un claro objetivo electoral. En noviembre, una vez que caiga el FPT, los amparos judiciales se reproducirán por todo el país. ¿Qué pasará desde ese momento? El resultado de la votación posiblemente influirá.
“Es una pena que los dirigentes de los clubes no comprendan que la televisión determine los horarios de los partidos. Así es cómo el fútbol se maneja en el mundo. Pero acá se oponen a ciertos horarios, como jugar al mediodía. Tienen que hacer el esfuerzo, porque no pueden perder de vista que está de por medio la venta de los derechos al exterior”, le dice Horacio Gennari a PáginaI12, un consultor que trabajó para Turner en las negociaciones con la AFA. El presidente de Lanús, Nicolás Russo, da su perspectiva desde el otro lado del mostrador: “A mí no me molestaría jugar a las 11 de un domingo, pero si a las 14 o un sábado a la mañana. Este año el reparto del dinero se hará igual que como hasta ahora, pero cuando se distribuya la mitad en base al rating y los méritos deportivos, ahí vendrá el problema. ¿Quién va a aceptar jugar en los horarios de menos audiencia?”.
El reparto de los 4200 millones de pesos por temporada que se comprometieron a pagar Turner y Fox, se distribuirá de acuerdo a tres criterios: un 50 por ciento será fijo e igual para los 28 clubes que disputarán la Superliga. La mitad restante se abonará como dijo Russo. Un 25 por ciento por méritos deportivos y el otro 25 en base al rating. Como el incremento en el monto del contrato fue notable, estos dos porcentajes flotantes adquieren una relevancia mayor.
El 80 por ciento de lo que desembolsen las dos multinacionales estadounidenses irá a la tesorería de la Superliga. El 20 por ciento que falta lo cobrará la AFA para el sostenimiento de su estructura y los demás torneos que organiza. La pretensión de Turner y Fox es que los catorce partidos de cada fecha se jueguen así: dos el viernes a las 19 y 21; cinco el sábado a las 11, 13, 15, 17 y 19; cinco el domingo con la misma grilla horaria y el lunes a las 19 y 21 se completaría el programa. La diferencia con los dirigentes es que estos últimos pretenden superponer algunos partidos. Además, todavía se discute la fecha destinada a los clásicos, que agregaría una jornada al calendario futbolístico y al contrato firmado entre las partes. Pasaría de 27 a 28 si se impone la postura de las empresas.
Hay algo más y es la postura del gobierno de alargar por tres meses la gratuidad del FPT. Se trata de un híbrido, a mitad de camino entre la convicción política de arrebatar un derecho y la conveniencia electoral. Cuando estaba en campaña para las presidenciales de 2015, el candidato Macri declaró por televisión: “El Fútbol para Todos va a seguir, pero sin política. No vamos a tener que estar en el entretiempo o en el medio del partido de Boca viendo ‘no te vayas porque viene 678, Aníbal Fernández…’ ¿Por qué yo me tengo que intoxicar si estoy en un momento lindo, viendo a Boca? ¿Por qué me tienen que meter la política en el medio? El fútbol nunca fue un lugar de la política, y sí de encuentro, independientemente del partido político que estuvieses, de la religión o el laburo”.
El presidente de la Nación mintió dos veces en aquella campaña del 2015. Cuando prometió que el FPT continuaría y cuando dijo que la política no tendría lugar en el programa oficial vigente desde agosto de 2009. Durante el entretiempo del último superclásico (River se lo ganó a Boca 3 a 1 en la Bombonera) la TV mandó un aviso semejante a los que se veían durante el gobierno de Cristina Kirchner. El spot donde aparecían representados médicos, obreros, estudiantes y amas de casa, decía: “Una ruta es para siempre. Un puente es para siempre. Una red de agua es para siempre. No es sólo para hoy. Eso es lo primero que tenemos que hacer” y las caras de los personajes se superponían con imágenes de las obras en marcha.