El fútbol, que siempre da revancha, se la dio a Racing. Después del campeonato increíblemente perdido en agonía y que tanta frustración había dejado, al equipo que dirige Fernando Gago le llegó el tiempo de una gran alegría. Racing superó 2-1 a Boca en un partido tenso, extenuante, de a ratos bien jugado, con muchas situaciones, con una definición agónica y con un final anticipado cuando Boca se quedó con seis jugadores por la expulsión de Benedetto, que se sumó a las que antes habían sufrido Villa, Varela, Advíncula y Fabra.
Lo más importante , lo que debería quedar como corolario es que Racing consiguió una Copa que se merecía, por su técnico, por su vocación de juego, por su amor propio y por su hinchada fiel. Pero eso sí, pasó de todo en Villa Mercedes, San Luis y hay que contarlo.
Tres goles: el primero, de Boca, fue muy lindo. La jugada arrancó en Briasco con una doble gambeta, siguió con un cambio de frente hacia la izquierda y un centro milimétrico de Fabra al pecho de Briasco, que se acomodó después de controlar y metió un zurdazo sobre el palo derecho de Arias que se estiró inútilmente.
El empate de Racing dejó la curiosidad de que incluyó una floja respuesta del siempre eficiente Rossi. El paraguayo Rojas recogió una pelota suelta y se animó a meter el zurdazo a más de 30 metros de distancia. El arquero de Boca voló, parecía que podía controlar, pero metió el manotazo y la pelota se introdujo mansamente.
El gol definitivo fue casi sobre el final del alargue. Con Boca metido todo atrás, en inferioridad numérica (nueve contra diez). A Racing no le quedaba mucho juego, pero insitía con los centros de Pillud o Piovi. El marcador de punta izquierda tiró el centro mil sobre el punto del penal, y Alcaraz le ganó en el salto a Sandez y clavó la pelota contra el palo izquierdo de Rossi, que esta vez sí, no tenía mucho para hacer.
Expulsados por docena: los dos primeros que vieron la roja fueron Villa y Carbonero. Se empujaron tontamente en un costado de la cancha, amagaron con pegarse y el árbitro con exceso y rigor los echó.
La segunda expulsión fue la de Varela, en ataque. Estaba en el borde del área, recogió un rebote y quiso pegarle al arco, pero se le cruzó en el camino Moreno y en vez de patear la pelota le dio al jugador de Racing. Todo Boca reclamó que no había sido intencional.
Fue clave esa expuslión en el partido, porque todo hasta ahí había sido parejo y Racing comenzó a manejar la pelota y los espacios. Los siguientes expulsados fueron Advíncula y Alcaraz. El de Racing por sacarse la camiseta después del gol, el de Boca por agredir al delantero de Racing. El festival de rojas siguió con Fabra, por una patada, y a Benedetto por el inequívoco gesto de que golpear el puño derecho cerrado sobre la palma de la mano izquierda.
Boca se quedó entonces con seis y el árbitro se vio obligado a dar por terminado el encuentro, cuando faltaban solo dos minutos para completar las dos horas de juego.
Habría que agregar para completar el cuadro de incidencias que fueron expulsados Ibarra, Zambrano y Diego Gonzalez, todos en el banco. Y que Miranda sufrió una lesión que parece seria.
Fuera del registro de incidencias y escándalos, hay que marcar que el encuentro tuvo buenos momentos; que Boca jugó bastante mejor de lo que lo venía haciendo en el primer tiempo y parte del segundo; que Racing tuvo altibajos, pero fue a buscar con decisión cuando la cancha se le inclinó a favor; que el partido no fue para nada picante en los 90 minutos iniciales; y a Tello se le fue de las manos; que Rossi estuvo por debajo de su nivel; que Fabra y Figal jugaron muy bien en Boca, que Hauche, Moreno y Piovi fueron valiosos en Racing, y que nadie merecía ese final de escándalo.
Gago seguirá siendo el entrenador de Racing y esa es una buena noticia para el fútbol.