Luego de haber quedado en libertad por los largos beneficios que la semana pasada otorgó la Cámara Federal porteña a varios involucrados en el atentado contra Cristina Kirchner, Agustina Díaz intentó públicamente a desmarcarse de su amiga Brenda Uliarte. La calificó como una “delirante” que “detestaba el peronismo”, y le soltó la mano: "Que se aguante las consecuencias" de haber hecho lo que hizo.
Díaz estuvo detenida durante dos meses producto de los vínculos que se establecieron entre ella y Uliarte a través de conversaciones y cruces de mensajes por teléfono en los que se habló explícitamente de atentar contra CFK. Uliarte le contaba a ella pormenores de su plan, pero la decisión de la Sala I fue revocar su rol de encubridora y la dejó libre.
Había sido detenida a mediados de septiembre como partícipe secundaria y, pese a las conversaciones que la comprometen, siempre dijo que no tuvo nada que ver con el intento de magnicidio y, es más, dijo que nunca le creyó a Uliarte de que planeaba matar a Cristina.
Abona la teoría de los "loquitos", fantasiosos y delirantes
"Brenda fue parte de mi vida durante varios años. Era posesiva conmigo. Durante este último tiempo ella comenzó a ir a marchas, tirar estados (en redes sociales) criticando al Gobierno. Era raro, porque ella cuando se trataba de política no hablaba mucho. Detestaba al peronismo y nada más", relató.
Contó que como su amiga era una persona “fantasiosa” y “delirante”, ella no le prestaba mucha atención cuando le manifestaba que tenía pensado cometer un atentado. Pero cuando esto sucedió se sorprendió porque, agregó, “nunca creí que pudiera llegar a ser real”.
En sus charlas con ella “intentaba que bajara un poco los humos de esa fantasía, yo quería traerla un poco a la realidad. Eran delirios suyos", insistió durante la entrevista por El Trece, en la que prefirió no mostrar su rostro. Respondió las preguntas pero no se dejó ver porque dijo tener miedo de que le “pudiera pasar algo”. “Uno nunca conoce las mentes de las personas”, agregó.
"Que se aguante las consecuencias"
Según consta en la causa, uno de los mensajes que le escribió Díaz a Uliarte en un chat decía: "Quién no va a querer meterle un tiro a esa vieja chorra", por CFK.
Sin embargo, para Díaz las conversaciones que solían mantener “eran amistosas, de amigas”. Y el grado de confianza entre ambas era tal que “con otras chicas no hablo de eso”. “Siempre supe que yo no había hecho nada. Nunca creí que iba a llegar al punto de que me arrestarían y me encerrarían, por casi dos meses", aseveró.
Luego expresó su enojo por haber vinculada y sospechada del intento de asesinato a la vicepresidenta y comenzó a cuestionar a su amiga íntima. "Hoy tengo mucho pero mucho enojo con ella”.
Es que “de un día para otro mi vida estuvo completamente expuesta para todo el mundo. Yo lo único que hacía era estudiar, ir al gimnasio, cuidar de mis ocho gatos. No puedo estar pagando por acciones ajenas, yo estuve pagando por acciones que no cometí, que yo nunca hice", relató.
"Justicia y verdad es lo único que yo espero. Y cada uno tiene que pagar por sus acciones -sentenció. Ella ya es grande, no es una nena. Sabe las cosas que son malas. Y si aun así va y las hace, que se aguante las consecuencias".