Hace cinco años que la peruana Miryam Quiñones vive en Madrid, pero antes vivió seis años en Buenos Aires. En ese trayecto marcado por viajes y geografías, sin embargo, su Perú natal nunca dejó de estar muy cercano: es a la música, a los compositores y poetas de su país, a los que ha dedicado su carrera de cantante. "Son canciones tan bonitas que no hay forma de que no gusten: simplemente necesitan ser escuchadas. Y si yo tengo la oportunidad de viajar, conocer a otros músicos, compartir, mi pequeño aporte es llevar con mi voz las obras de los grandes compositores peruanos de ayer y de hoy. Que solo necesitan esa oportunidad de escucha", asegura en diálogo con Página/12.
Luego de participar en el Festival Sonamos Latinoamérica que se hizo en Rosario --con el apoyo de Ibermúsicas, tras haber quedado seleccionada en este programa--, Quiñones tiene dos fechas en Buenos Aires: este martes 8 de noviembre a las 19 en el Museo del Libro y de la Lengua (Las Heras 2555), y el próximo viernes 11 de noviembre, a las 17, en el Palacio El Victorial (Piedras 722). Ambos conciertos son con ingreso libre y gratuito.
La primera fecha desplegará un recital de poesía peruana musicalizada, en la que habrá un espacio especial para conmemorar el centenario de la publicación de Trilce, uno de los poemarios más importantes de César Vallejo. Junto a una selección de algunos de los poetas más representativos del último siglo en el Perú --Manuel Scorza, Juan Gonzalo Rose, Javier Heraud, Carlos Oquendo de Amat, entre otros--, casi todos musicalizados también por artistas peruanos.
La del 11 de noviembre, en tanto, será una fecha dedicada a su amigo Vicente Feliú, fallecido el año pasado: "es el día de su cumpleaños, y de alguna manera teníamos que estar cerca, junto a otros queridos amigos", dice la intérprete. Fue junto a Feliú, y también Silvio Rodríguez y Augusto Blanca, que Quiñones grabó, entre Argentina y Chile, su primer disco, Con el alma en vilo. A los que se sumaron referentes argentinos: Jorge Fandermole, Teresa Parodi y el tucumano Alberto Rojo.
Su segundo disco también fue compartido con Feliú, un homenaje a Javier Heraud, el joven poeta asesinado a los 21años, a quien Chabuca Granda dedicó todo un ciclo de canciones. Algunas están en ese disco, Las flores nuevas de Javier, y hay otras que Feliú compuso especialmente en memoria de Heraud.
Entre todo lo que Quiñones encaró recientemente, hay algo que la tiene especialmente entusiasmada y que también parte de Chabuca Granda: la grabación de "Baguala por la Argentina", una poesía que Chabuca dedicó a la causa de la soberanía de las islas Malvinas, y a la que León Gieco le puso música. La grabaron juntos, junto a una cantidad de músicos y músicas y hasta un coro de niñes, y ya circula por las redes un bellísimo video de la versión.
--¿Cómo surgió esa versión, hecha a la distancia?
--Es una historia muy loca. A raíz de la pandemia, empecé a hacer ¡por hacer algo! videos en colaboración con otros cantores, siempre dentro del proyecto de difusión de la canción de autor peruano. Así hicimos canciones conjuntas a distancia con Marta Gómez, Liuba maria Hevia, Georgina Hassan, Osvaldo Burucuá, Carmina Cannavino... Gracias a una amiga en común, María Teresa Di Falco, me contacté con León. El recordó que hacía 40 años había escuchado en televisión a Chabuca cantando algo dedicado a Malvinas. Yo nunca lo había escuchado. Y como conozco a Teresa Fuller, la hija de Chabuca, le pregunté. Ella se puso a buscar y encontró la letra, pero no la música. Así que León la musicalizó. Luego se entusiasmó y sumó mucho a la canción, al video. Ha sido sumamente generoso.
-- Y el homenaje a Feliú, ¿cómo lo pensó?
--Con Vicente a lo largo de los años desarrollamos una relación de amistad y cariño muy bonita. El es un referente no sólo a nivel musical, también humano, era una persona muy cabal muy y coherente en su pensar, su decir y su vivir. Cuando se nos fue de una forma tan inesperada, fue un mazazo para todos. Hoy siento que la mejor manera de mantener viva su memoria es cantando sus canciones, y lo hago junto a otros queridos amigos. Es un homenaje que espero poder replicar allí donde me sea posible.