Luego de unas semanas de comerse las yugulares, en Juntos por el Cambio y en el PRO decidieron reactivar los encuentros de cúpulas que venían en el freezer desde hace meses. Mauricio Macri convocó a la cúpula del PRO a un desayuno en el que intentarán bajar la espuma de las peleas de las últimas semanas, que tienen como eje no sólo las amenazas de Patricia Bullrich a funcionarios larretistas sino la discusión por la sucesión porteña, con Jorge Macri en el centro de la polémica. A la tarde, en tanto, se reunirá la mesa nacional de Juntos por el Cambio, luego de las críticas en un acto radical a lo que fue el gobierno de Macri, que tuvieron réplicas macristas. No hay que olvidar que Elisa Carrió dijo que si no la cortan con las peleas de "chicas de cabaret", ella va a ser candidata. Seguramente van a tener mucho de qué hablar en los dos encuentros.
Tanto la mesa nacional como las comidas de la cúpula del PRO venían juntando telarañas. Ambas fueron instancias que se crearon para dirimir conflictos internos del espacio opositor. La mesa nacional comenzó a funcionar en 2020 para resolver las distintas disputas que se suceden desde ese año hasta hoy, en continuado. Los almuerzos del PRO, en tanto, los comenzó a convocar Macri para limar las diferencias entre los integrantes de la cúpula, en especial Larreta y Bullrich.
La mesa nacional no tiene reuniones desde que se pelearon por la discusión de si aliarse o no con Javier Milei. Y salió un comunicado negando que fuera a haber una alianza, que luego Bullrich desconoció. Luego de eso, comenzaron varios meses de inactividad. En tanto, los almuerzos del PRO se cortaron luego de que se atragantaron en el último, con una pelea subida de tono entre Larreta y Bullrich, luego de que esta última cuestionara la estrategia del jefe de Gobierno al poner vallas en la casa de Cristina Fernández de Kirchner y luego retirarlas.
Desayuno macrista
Macri llamó nuevamente a una reunión de la cúpula del PRO. De esta forma, buscó nuevamente erigirse como el que tiene el poder de convocatoria y también el que dirime las internas. Esto contrasta con su rol en el último encuentro de la cúpula, cuando se mantuvo llamativamente callado ante la pelea entre Larreta y Bullrich, que fue subiendo de tono en ese almuerzo. Ante un comentario genérico que hizo, el jefe de Gobierno le preguntó cómo se tomaría que le criticaran en público su gestión desde su propio partido. Macri eludió todo lo que pudo. Tuvo una respuesta similar cuando se conoció el video de Bullrich diciéndole "la próxima te rompo la cara" al jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel. Macri, comprensivo con ella, dijo que eran "conflictos propios de los seres humanos".
Habrá que ver cómo le va al expresidente después de la semana caliente que tuvieron, donde no sólo se cruzaron por esa frase --sobre la que Bullrich nunca pidió disculpas: al contrario: trató de hipócritas a los larretistas, a los que acusó de mandarle trolls en las redes--, sino que también hubo una discusión de fondo: Bullrich acusó a Larreta de querer "entregarle la Ciudad" al radicalismo y promovió a Jorge Macri como candidato. En el larretismo todavía no digieren que el ministro de Gobierno porteño se haya sacado una foto con Bullrich. Él se dedicó a aclarar que no traicionó a nadie. Jorge Macri, por el momento, intenta mantener buenas relaciones con todos. Hizo malabares para hablar del video de Bullrich: “Está bueno manifestar las diferencias. Quizás es mejor puertas adentro. Probablemente Patricia no sabía que la estaban filmando”, dijo, fingiendo que amenazar al jefe de Gabinete con romperle la cara es "manifestar las diferencias". Y que el único problema eran las filmaciones.
En su entorno, cuentan como figuritas del Mundial la cantidad de dirigentes que ya apoyan a Jorge Macri como candidato a jefe de Gobierno: Macri, Bullrich, Cristian Ritondo, Néstor Grindetti (intendente de Lanús), Julio Garro (La Plata), Soledad Martínez (Vicente López), Ezequiel Galli (Olavarría), Pablo Petrecca (Junín), Mariano Barroso (9 de Julio), Javier Martínez (Pergamino), entre otros. En la lista falta claramente el nombre de Larreta.
Al jefe de Gobierno no le gusta nada la idea de que le impongan un sucesor y por eso comenzó a candidatear a otros para el mismo puesto (Soledad Acuña, Emmanuel Ferrario y Fernán Quirós). De paso, le volvió a dejar en claro a Macri que no se baja en ningún caso de la pelea presidencial: dijo que su postulación "no depende de quien más se presente, ni de Mauricio Macri, Manes, Vidal, Bullrich, Carrió, López Murphy”.
Otra que jugará en ese desayuno es María Eugenia Vidal, que ya avisó que piensa que están haciendo todo mal y que no sintonizan con la población. "Todo lo que está pasando en las últimas semanas tiene que ver con la discusión de candidaturas y eso está mal.
Ningún argentino se va a dormir pensando en eso hoy: se van a dormir
angustiados por la inflación, por un gobierno que no se reconoce
gobernando", remarcó Vidal.
Juntos y peleados
Y luego viene la reunión de la tarde con los radicales y los lilitos. Ahí se juega otro partido: los radicales hicieron su acto hace unas semanas en el que aprovecharon para reprocharle a Macri algunas cuestiones de su gobierno, pero también de su presente y de sus planes a futuro (al menos, los que enunció en su libro ¿Para qué?). Ahí hubo un intercambio de réplicas con el PRO que rápidamente se vio opacado por las propias discusiones entre los amarillos. Pero, incluso en ese momento, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, no se privó de mofarse de las internas macristas.
Carrió fue otra de las que salió a advertir que no es una buena idea seguir exponiendo los trapitos al sol. No solo les pidió que se callen, sino que se junten y arreglen los términos. E incluso amenazó con ser candidata a presidenta sin no se calman los ánimos. Carrió parece pensar que los errores y las internas del Gobierno nacional no son suficientes para tapar los de la oposición. Sus dirigentes fueron de los que más insistieron para hacer un nuevo encuentro de la mesa nacional. "Vamos a intentar ordenar las cosas", decía uno de los integrantes de la mesa. Eso sí, comentaron, no vendría mal que los del PRO se tomaran algún calmante antes del encuentro.