En su primera reaparición en público tras el atentado, Cristina Kirchner volvió a poner en agenda un debate central, en el que la vicepresidenta insiste desde hace más de dos años: la necesidad de avanzar en una más redistribución más justa de los ingresos y cómo recomponer los salarios, sacudidos por los altos índices de inflación, que las consultoras privadas proyectan que en 2022 superará el 100 por ciento. “Se necesita una suma fija que vuelva a darle capacidad al salario de los trabajadores”, planteó el viernes en el acto de la Unión Obrera Metalúrgica.
La propuesta de Cristina forma parte de un intenso debate al interior del Frente de Todos respecto a cómo se deben recomponer los salarios. Mientras el presidente Alberto Fernández se plantó en varias ocasiones a favor de un bono de fin de año, cerca de la vicepresidenta y un sector del sindicalismo apuestan a una suma fija para recuperar los sueldos, deprimidos más allá de las paritarias que cerraron en el último trimestre. En paralelo, la propia CGT rechazaba la suma fija y exigía, en cambio, que la recomposición sea por vía de acuerdos salariales.
Suma fija o bono: cuál es la diferencia
Bono: se paga por única vez o por un plazo determinado, pero no se incorpora al salario. Lo reciben los trabajadores en relación de dependencia, pero también puede alcanzar a otros sectores. De hecho, ahora el Gobierno está pagando el bono de $45.000, destinado a los sectores más vulnerables.
Suma fija: se incorpora directamente al sueldo de los trabajadores en relación de dependencia como parte del salario, para siempre. La suba tiene impacto en las cargas sociales e impositivas.
Por ahora no hay nada concreto, pero desde hace semanas circulan múltiples versiones: por un lado, una suma fija de entre 20 mil y 40 mil pesos; por el otro, un bono de montos similares pero para fin de año. Alberto Fernández dijo este fin de semana que comparte el planteo de Cristina, aunque advirtió que “no es un tema fácil de resolver”. “El tema es dónde hacer el recorte”, sostuvo en alusión a cuál sería el tope de salarios a quienes les correspondería recibir el bono o la suma fija.
Cuánto dinero se necesita para recuperar el poder adquisitivo
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) precisa que si la suma fija fuera de $25.000 se podría mejorar el salario real en un 16,7 por ciento. “Se lograría superar en 7,1 por ciento el poder adquisitivo que dejó Mauricio Macri en 2019”, remarca. Y si la suma fuera de $46.500, se podría mejorar el salario un 31,1 %. “Se equipararía el poder adquisitivo que teníamos con Cristina en 2015”, detallaron.
En diálogo con Página/12, el economista y titular del CEPA, Hernán Letcher, explicó que cuando se aplicó una suma fija en el verano de 2020 – de $4 mil y $3 mil - se recuperaron 8 puntos del salario real en apenas un mes. “Se mantuvo solo tres meses y después se lo comió la pandemia, pero fue el único momento donde los salarios no corrían por atrás de la inflación. Se tomaban el ascensor, digamos”, puntualizó.
“El bono es por única vez, mientras que la suma fija se incorpora al salario. La ventaja es que permite que los salarios más bajos reduzcan la brecha con los más altos”, sostuvo.
¿Las empresas pueden pagar una suma fija?
Según el informe del CEPA, las grandes empresas no tendrían mayores dificultades para afrontar el pago de una suma fija “considerando que las ganancias de 2022 han sido significativas”. De hecho, algunas de las empresas más importantes tuvieron márgenes de ganancia altísimos este año, en comparación con 2021.
En el listado de compañías con mejores balances de ganancias aparecen desde alimenticias como Arcor, hasta Tecpetrol, la subsidiaria de Techint que en la primera mitad de 2022 registró un 44,5 % de aumento en sus ganancias en dólares, en comparación con el mismo período de 2021.
- ¿Y las pymes podrían pagar la suma fija? - consultó este diario a Letcher
Las pymes también tienen condiciones para pagar la suma fija. Están en niveles de actividad muy significativos, que también benefician a las pequeñas y medianas empresas. Es cierto que el contexto no es el mismo para una pyme que para una gran empresa, que multiplicó la rentabilidad. La pyme no tuvo el mismo derrotero.
El reclamo del sindicalismo
En diálogo con AM750, el líder de la CTA de los Trabajadores y diputado por el Frente de Todos, Hugo Yasky, le reclamó al Gobierno firmeza para negociar con los empresarios y exigió que se avance urgente con el pago de una suma fija. “Creo que lo que se está reclamando es justo y posible. Una suma fija significa levantar más los salarios que están por debajo de la línea de pobreza y la posibilidad de que la recomposición salarial se dé en un tiempo corto”, afirmó.
Por su parte, el triunviro de la CGT Pablo Moyano afirmó tras una reunión este lunes con la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, que “el bono o suma fija debería ser para fin de año” y exceptuarse de Ganancias. “Hemos reiterado un pedido que llevamos adelante desde hace tiempo que es un bono o suma fija de forma urgente para aquellas organizaciones gremiales que no pueden llegar a cubrir la canasta básica”, dijo.
“El problema es la distribución”
El viernes, Cristina también puso el foco en la redistribución de los ingresos. La mirada de la vice lejos está de ser una novedad. A finales de 2020, en un acto que encabezó junto a Alberto Fernández y Sergio Massa en La Plata, ya había marcado su inquietud respecto a la distribución: “Sergio decía que la economía va a crecer en 2021. Pero ojo, yo no quiero que ese crecimiento se lo queden tres o cuatro vivos nada más”, afirmaba hace casi dos años.
“Nunca ha habido una participación tan baja de los trabajadores en el PBI como la que estamos teniendo hoy, absolutamente regresiva”, dijo ahora la vicepresidenta.
Otro informe del CEPA afirma que la contribución de los asalariados al Producto Bruto Interno (PBI) cayó un 6,9 % desde 2016 hasta la primera mitad de 2022. Y si bien fue mayor la caída en el período de gobierno macrista, el retroceso a partir del 10 de diciembre de 2019 fue de 2,1 puntos porcentuales.
Para Letcher, el problema está en la distribución de los ingresos. “Primero porque naturalmente la gente vive peor, pero además hay un problema macroeconómico: si un laburante cobra 100 mil pesos y recibe una suma fija de 20 mil, los va a destinar al consumo, indefectiblemente. Si un supermercado gana 1.000 millones y luego gana 1.200 millones, esos 200 millones no van a pares de zapatillas, van a inversiones que generan tensiones cambiarias, que profundizan las tensiones que hay que resolver”, sostuvo el economista.