Ariel Abeldaño vive en México hace seis años. Estudió la Licenciatura en Enfermería en la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y luego hizo la Maestría en Salud Pública en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), donde además completó un doctorado en Demografía con una beca del CONICET. Fue becario doctoral durante cinco años y obtuvo una beca de postdoctorado. Además, logró un título de especialidad en Investigación de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

En busca de mejores oportunidades laborales, se estableció en México. Hoy trabaja en la Universidad de Oaxaca. “Por mi formación, estoy adscripto a una Maestría en Salud Pública, donde soy coordinador y doy asignaturas que tienen que ver con Epidemiología, Metodología de la Investigación, colaboro en la carrera de Medicina y soy investigador acreditado por CONACYT, un equivalente a la carrera de investigador científico en CONICET”, explicó en diálogo con el Suplemento Universidad.

Ejerce su tarea docente en una universidad estatal, perteneciente al Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (SUNEO), un modelo cuyos criterios básicos de funcionamiento están orientados a descentralizar los servicios de educación superior y obtener una alta calidad académica en el desarrollo de sus funciones sustantivas: docencia, investigación, difusión de la cultura y promoción del desarrollo.

“Oaxaca es uno de los estados más pobres de México. Más del 50 por ciento de la población es aborigen, con muchas vulnerabilidades. Así que las posibilidades que tienen los chicos de hacer una carrera universitaria no son las mismas que tiene, por ejemplo, un chico que vive en Ciudad de México”, subrayó.

Los sistemas universitarios argentino y mexicano tienen similitudes y diferencias. El parecido principal es que ambos se dividen en universidades públicas y privadas. “Y, como en Argentina, las públicas siguen siendo las de mayor prestigio”, destacó.

Entre las diferencias, apuntó que “la incidencia de las universidades privadas es mucho mayor que en Argentina, donde no hay tanta proliferación de las instituciones privadas. En México, las privadas constituyen un mercado importante, con lógica de mercado bien definida. Hay muchas opciones: privadas muy baratas, con cuotas mensuales de 50 a 70 dólares, y otras muy caras, con cuotas mensuales de mil dólares, que solo pueden pagar sectores muy acomodados”.

Otra diferencia: “En México hay mayor incidencia de posgrados. Es muy frecuente ver gente con posgrados y maestrías, porque hay muchas facilidades para hacerlos. Hay una ventaja: la maestría se puede hacer con una beca de CONACYT, mientras que en Argentina podés acceder a becas de CONICET únicamente para hacer doctorados”.

Y una más: “Hay muchos profesores extranjeros que se insertaron en el sistema mexicano, algo que no es tan frecuente en Argentina”.