La gratuidad de la universidad pública argentina es un pilar fundamental del sistema de educación superior del país, un modelo valorado a nivel internacional. Según los últimos datos recopilados por la Secretaría de Políticas Universitarias, correspondientes al período 2020/21, en el país hay 133 instituciones: 112 universidades (67 públicas, 65 privadas y 1 internacional) y 21 institutos universitarios (5 públicos, 15 privados y 1 internacional), que alojan a casi 2,5 millones de estudiantes, además de 681.804 nuevos inscriptos y 137.525 egresados en los niveles de pregrado, grado y posgrado.

Pero ¿cómo funcionan los sistemas de educación superior en Arabia Saudita, México y Polonia, los países que integran, junto con Argentina, el Grupo C del Mundial de Qatar? Un dato a tener en cuenta es el porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) que cada uno le destina a la educación. De acuerdo con el último relevamiento del Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), publicados por el Banco Mundial, Arabia Saudita destina el 7,8 por ciento (2020), Argentina el 4,7 (2019), Polonia el 4,6 (2018) y México el 4,3 (2018).

Un cruce significativo entre universidad y Mundial puede establecerse a partir del lugar de concentración elegido por el seleccionado nacional: la Universidad de Qatar. Allí, el plantel de Lionel Scaloni podrá disfrutar de 90 habitaciones, equipadas con todo lo necesario para no pasar ninguna urgencia –30 canchas (al aire libre y techadas, dos de ellas con iluminación artificial), gimnasio, piletas olímpicas, salas de utilería, consultorio médico, oficinas administrativas y comedor, entre otras dependencias. El campus, de más de 25 mil metros cuadrados, está ubicado a 25 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Doha y aloja al Qatar University Stadium, con capacidad para 10 mil espectadores, un estadio que seguramente será una de las sedes de la Copa Asiática de 2027.

El complejo universitario es tan amplio que en el sector destinado para las mujeres se instalará el plantel de España, que también valoró las comodidades de la universidad qatarí como lugar de concentración.

Arabia Saudita: el sistema universitario más joven del Grupo C

Argentina debutará en el Mundial el martes 22 de noviembre con Arabia Saudita, un país que cuenta con un sistema universitario nacido a mediados del siglo pasado: la Universidad de Umm Al-Qura, con sede en Makkah Almukarramah (La Meca), es la más antigua de Arabia Saudita y fue fundada en 1950. Actualmente, hay alrededor de 30 universidades públicas y 12 privadas, además de 13 facultades, entre ellas 7 militares, detallaron desde la Embajada del Reino de Arabia Saudita en Argentina.

Al terminar la secundaria, los estudiantes ingresan a la universidad según el promedio general acumulado y las condiciones de cada institución.

Las universidades brindan desde especialidades médicas y científicas hasta humanísticas, sociales y religiosas. “La educación religiosa no está incluida en todas las carreras. Ello depende de las necesidades de cada carrera”, aclararon.

Entre las instituciones de educación superior se destacan la Universidad King Saud, fundada en 1957; la Universidad Islámica de Medina, nacida en 1961, y la Universidad Rey Abdulaziz, de 1967. También están la Universidad de Ciencia y Tecnología King Abdullah, conocida como KAUST, creada en 2009.

La educación superior en Arabia Saudita dura cuatro años en el campo de las humanidades y las ciencias sociales y de cinco a seis en el de medicina, ingeniería y farmacia.

La tasa de alfabetización supera el 90 por ciento. “Los estudiantes universitarios del Reino llegan a los 1.590.878 entre alumnas y alumnos. Actualmente, más de la mitad de los estudiantes de universidades sauditas son mujeres. Exactamente, el 54 por ciento”, informaron desde la Embajada.

La KAUST ofrece becas para maestrías y doctorados, según publica el Ministerio de Educación de Argentina. La convocatoria, destinada a graduados de licenciatura de cualquier nacionalidad, se realiza habitualmente entre los meses de octubre y junio. Sin embargo, autoridades de la Embajada en Buenos Aires confirmaron al Suplemento Universidad que, al menos por el momento, “no hay ningún intercambio académico con las universidades argentinas y tampoco hay estudiantes sauditas en universidades argentinas”.

México: una larga relación entre fútbol y academia

Los sistemas de educación de México y Argentina son similares. La tradición académica mexicana lleva a su educación universitaria al primer nivel con sólidas instituciones de educación superior y programas de estudio en todas las ramas del conocimiento… incluido el fútbol: tres de sus universidades viven el fútbol puertas adentro y despiertan pasiones puertas afuera en la máxima categoría de ese deporte.

El club Pachuca, último campeón del fútbol de ese país, cuenta desde 2001 con la Universidad del Fútbol y Ciencias del Deporte, “de donde han salido jugadores de talla internacional como (Hirving) Chucky Lozano (Napoli), autor del gol con el que vencimos a Alemania en el Mundial pasado, y (José Manuel) el Tecatito Corona (Sevilla)”, destacó la encargada de Asuntos Políticos de la Embajada de México en Argentina, Camila Aviña Zavala.

En el estadio de Pachuca también hay un Salón de la Fama del Fútbol Internacional de la FIFA, en el que conviven Diego Maradona, Mario Kempes, Amadeo Carrizo, Daniel Passarella y César Luis Menotti, quien fue director técnico de la selección mexicana entre 1991 y 1992, subrayó Aviña Zabala.

Pero no es la única experiencia deportiva en la aventura del conocimiento: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene su propio equipo de fútbol profesional en la Primera División de México. Se trata del Club Universidad Nacional, conocido popularmente como los Pumas de la UNAM, propiedad de esa casa de estudios, pero administrado y financiado por el denominado “Patronato del Club Universidad”, una asociación civil conformada por universitarios destacados y empresarios, en el que el rector de la UNAM es el presidente honorario y decide la elección del presidente del Patronato por medio de una asamblea de socios.

El amor universitario por el fútbol continúa: también la Universidad Autónoma de Nuevo León tiene su propio club. Es Tigres UANL, que compite en la Primera División y es el sexto equipo más exitoso en la historia de la liga junto con UNAM. Cuenta con el respaldo y manejo administrativo de Sinergia Deportiva, una empresa filial de la multinacional mexicana de la industria de la construcción CEMEX.

En México –país con el que Argentina jugará el sábado 26 de noviembre–, existen cuatro tipos de instituciones de educación superior: universidades, institutos tecnológicos, escuelas normales y universidades tecnológicas.

Las universidades pertenecen a “un subsistema del Sistema Educativo Nacional, que es muy grande y no está federalizado. Es decir, varía de estructura orgánica en cada uno de los 32 estados de la República. Lo más importante: reconoce a las Instituciones de Educación Superior (IES) como la unidad educativa fundamental de ese subsistema, vale decir que el subsistema no está conformado sólo por universidades, sino también por otro tipo de centros educativos a nivel universitario que pueden ofrecer carreras técnicas y tecnológicas, entre otras”, explicó Aviña Zavala.

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), una organización no gubernamental fundada en 1950, que participa en la formulación de programas, planes y políticas nacionales mexicanas, así como en la creación de organismos orientados al desarrollo de la educación superior, registra 207 universidades e instituciones de educación superior, tanto públicas como particulares, en todo el país. “Sin embargo, de acuerdo con el Sistema de Información Cultural del Gobierno de México, existen más de 3 mil universidades nacionales a lo largo de los distintos estados de la República: con mayor precisión, el total de universidades públicas y privadas en los Estados Unidos Mexicanos es de 3.081”, detalló el doctor en Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Guadalajara Francisco Velasco Arellanes, desde la Secretaría Académica Divisional de la Universidad de Sonora (Unison). “Según datos no oficiales, la cifra total supera las 5 mil universidades en México”, agregó.

El número de jóvenes que asisten a la educación superior se duplicó desde 2000 hasta la fecha, “al aumentar la matrícula de 2 millones a poco más de 4 millones de estudiantes”, informó Velasco Arellanes. De acuerdo con la ANUIES, en el ciclo escolar 2021-2022 fueron registrados 5.068.493 estudiantes en las instituciones incorporadas.

“El proceso de ingreso a la universidad difiere en universidades públicas y privadas, lo cual obedece en parte a la demanda. A las públicas, se ingresa generalmente mediante un muy riguroso examen de admisión. En la mayoría de las instituciones privadas también hay exámenes de ingreso”, añadió Aviña Zavala. La admisión en las privadas “es variable, pero regularmente entran si pueden pagar la matrícula”, comentó Velasco Arellanes. El doctor en Ciencias del Comportamiento de la Unison publicó recientemente “La educación universitaria pública mexicana en el libre mercado: necesidades, ausencias y confusiones en su mejoramiento” en la revista latinoamericana de educación Voces y Silencios.

De los más de 5 millones de estudiantes en el ciclo recién concluido, egresaron casi 893 mil y se titularon 569 mil, según los números oficiales. Velasco Arellanes estimó, de acuerdo con sus datos, que “el 56 por ciento de los estudiantes logra su título universitario”.

Polonia: de la Edad Media a la proyección europeísta

El sistema polaco de educación universitaria se remonta al siglo XIV. “Hay algunas universidades de las más antiguas del mundo con tradiciones históricas, como la Jagiellonian University, en Cracovia, fundada en 1384. También hay otras muy nuevas y modernas, que brindan a los estudiantes una amplia gama de áreas de estudio, desde especialidades técnicas y médicas a economía, finanzas y ciencias sociales”, afirmó la agregada cultural de la Embajada de la República de Polonia en Buenos Aires, Alicja Tunk.

En ese largo trayecto, un antecedente clave es la creación de la “Universidad Flotante” o “Universidad Voladora”. A fines del siglo XIX, las universidades estaban fuertemente controladas y no se admitían mujeres. Los intelectuales polacos iniciaron un movimiento clandestino para impartir cursos en secreto. Para eludir a las autoridades, esas reuniones se llevaban a cabo incluso en domicilios particulares, donde se enseñaba desde filosofía o matemáticas hasta artes y ciencias, y con frecuencia se trasladaban de un lugar a otro alrededor de Varsovia. La física y química Marie Curie, ganadora del Premio Nobel, es una graduada de esa institución particular.

La formación de profesionales de alto nivel se evidencia con una marca: son diez los premios Nobel otorgados a artistas y científicos, incluida Curie.

El sistema educativo polaco sigue los objetivos del Proceso de Bolonia, un acuerdo que en 1999 firmaron los ministros de Educación de varios países de Europa en esa ciudad italiana con el objetivo de facilitar el intercambio de titulados entre países, adaptar los contenidos a las demandas sociales y profesionales, y mejorar la competitividad.

En Polonia –que jugará con Argentina el miércoles 30 de noviembre–, se ofrecen tres tipos de títulos (licenciatura, maestría y doctorado), ya sea en instituciones públicas como privadas. En todas las universidades, las trayectorias estudiantiles están reguladas por el Sistema Europeo de Transferencia y Acumulación de Créditos (ECTS, por su sigla en inglés), que realiza la valoración del volumen de trabajo del estudiante y sus horas de dedicación al estudio. El ECTS mide el trabajo que deberán completar los alumnos para adquirir los conocimientos, capacidades y destrezas necesarias para poder aprobar el plan de estudios. Esta estimación, que contempla el tiempo de estudio personal, las tutorías, el desarrollo de prácticas y los proyectos, entre otros requisitos, facilita la movilidad internacional, porque permite el reconocimiento de sus calificaciones en otros países de la Unión Europea.

Los alumnos realizan el examen de bachillerato en mayo, cuyos resultados se anuncian a principios de julio y son los exigidos por las universidades para ingresar.

Los estudios en Polonia se organizan en niveles: primer ciclo, segundo ciclo y ciclo largo, y pueden estar orientados a un perfil práctico o académico.

Los centros formativos de educación superior, controlados por el Polish Accreditation Committee, una institución independiente que actúa para asegurar y garantizar la calidad de la educación, están divididos en dos: públicos y privados. En el año lectivo 2020/21 había 349 universidades, de las cuales 130 eran públicas y 219 privadas, según datos de la Oficina Central de Estadística (en polaco, Główny Urząd Statystyczny, GUS).

A su vez, las instituciones se dividen en dos categorías: académicas y vocacionales. La categoría académica permite al menos una disciplina científica o artística y el otorgamiento de la categoría científica A+, A o B+. La educación vocacional solo brinda educación basada en la práctica.

De acuerdo con el organismo de estadísticas polaco, al 31 de diciembre de 2020, en centros de enseñanza superior había 1.215.300 estudiantes, de los cuales 293.400 lograron graduarse. En el curso académico 2020/21, las mujeres representaban el 58 por ciento del alumnado.

Las áreas de estudio más elegidas fueron negocios; administración y derecho; tecnología; industria y construcción; ciencias sociales; periodismo e información; salud y atención social.

En 2021, 84.700 extranjeros –la mayoría procedente de Ucrania, Bielorrusia e India, y la mitad mujeres– tenían previsto estudiar en Polonia durante al menos un curso académico.

Para inscribirse en alguna universidad de ese país de Europa oriental, es necesario demostrar un conocimiento suficiente de su lengua. Una de las 30 convocatorias de becas aptas para argentinos es para aprender polaco. No obstante, muchos centros educativos imparten clases en inglés.