El Festival de la Víspera se hace desde 1997 en Ciudad Jardín, partido de Tres de Febrero. "Esta es la edición número 26. Lo hacemos todos los años. Nos preguntamos por qué, pero lo volvemos a hacer", expresa entre risas Laura Torres, una de las actrices del histórico grupo organizador, El Baldío Teatro. Con todos estos años de historia, el encuentro se transformó en una fiesta comunitaria del teatro, el circo y la música que logró insertarse en el corazón de las actividades locales. Una de sus premisas es sacar el arte a la calle, para así "transformar el espacio-tiempo por unos días". Se realizará desde este jueves hasta el 13 de noviembre con entrada gratuita.

La grilla incluye las obras Panóptico, de Miriam Corzi y Daniel Acuña Pinto (La Rioja); ¿Quién dijo que la H es muda?, de Fernando Álvarez y Antonio Célico; La ronda del trovador, de Claudio Gallardou (ambas de CABA); Mascarpone, de Mariano Bassi; El laboratorio del doctor Paparoni, del grupo de adolescentes de El Baldío; 24 Toneladas, de Paula Sánchez y Mariano Bragán; y Varonera, de Célico (provincia de Buenos Aires). Entre los espectáculos hay circo y teatro y opciones para diferentes franjas etarias. Las funciones son en la Sala El Baldío (Finca 6577) y las plazas de Los Aviadores y Los Ajedrecistas. Además, la programación incluye talleres de entrenamiento, jornadas lúdicas para infancias y "Ring raje" (piezas teatrales breves en el espacio público), entre otras cosas.

Cuando el festival nació, en la zona ya había actividades teatrales y musicales --sobre todo de estas últimas--, pero no un evento de esta índole. Resultó inspirador: otros grupos comenzaron a organizar propuestas similares en sus lugares de origen. "Lo que nos motivó en un primer momento fue sacar el teatro a la calle y otros espacios que no fueran salas, como forma de agradecer el acompañamiento de la comunidad más cercana, que participaba de nuestros talleres y programaciones", recuerda Torres. "Concentrar muchos espectáculos en muchos lugares podía acercarnos a esa comunidad y, a la vez, generar nuevos públicos", añade, en diálogo con Página/12

La fecha elegida fue la víspera de la Navidad, "época en que la gente anda más por la calle". De ahí el nombre que tomó esta celebración al oeste del conurbano bonaerense. En esta edición el festival se adelanta, ya que antes se hacía en diciembre. Es una idea que sus hacedores vienen barajando hace un tiempo, porque "hay pequeñas costumbres que fueron cambiando en el devenir de la comunidad, como la finalización de clases, que ahora es más tarde". Colaboran con la organización otros artistas: los de Galpón Momo Teatro, Festival Pirologías, Cono Teatral y el grupo de teatro comunitario Las Palomas Dicen.

El Baldío ya existía desde 1985. El grupo conformado por actores, directores, músicos, artistas plásticos, gestores y colaboradores y dirigido por Antonio Célico apunta a la investigación, la pedagogía y la producción en artes escénicas. Su trabajo se basa en los principios de la antropología teatral y en la construcción en grupo. "Tiene varios nacimientos", señala Torres. "Surge con el espectáculo de dos payasos, invitados por un profesor a dar un taller en el club Afalp. Después tuvimos un espacio propio en Caseros, un pequeño galpón al que los vecinos llegaban con sillas desde sus casas. Luego armamos un teatro-laboratorio en Ciudad Jardín. Desde 2007 estamos en otro espacio dentro del mismo barrio", puntualiza. 

"El festival surgió al año siguiente de salir de viaje fuera del país, en una gira a Perú. Esas cosas te abren la visión. Te hacen darte cuenta de que tenes compañeros en distintos lados del mundo que pelean por lo mismo. Hacerlo nos sacó para afuera, hizo que nos abriéramos a relaciones y grupos. Fue una excusa para revisar lo que hacíamos a partir de lo que hacían otros, para nutrirnos", explica.

Cada año hay una suerte de disparador temático, pero en esta oportunidad eso también cambió. "Queremos reflejar propuestas grupales, el trabajo de grupos que sostienen su actividad hace algún tiempo. Y siempre buscamos propuestas que tengan el lenguaje adecuado para la calle. Tratamos de que los contenidos sean amplios para que cubran a distintas franjas de espectadores. Lo que hay en las plazas siempre está más orientado a infancias y familia", dice Torres. El Baldío cuenta con apoyo del Instituto Nacional del Teatro, el Programa Gestionar Futuro del Ministerio de Cultura de la Nación y el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires para desarrollar este festival. "Dependemos siempre de distintos factores. Presupuesto, posibilidad de gestión. A veces se extiende un poco más allá de nuestra ciudad. O se cierra más cerca geográficamente", agrega la actriz.

"Los objetivos se concretaron y están en constante transformación: siempre queremos formar nuevos públicos. A partir del nuestro se empezaron a instalar más festivales en el conurbano. No todo pasa en la Ciudad de Buenos Aires. Un festival señala de manera contundente la actividad que hay en un territorio para que la disfrutemos todos. Y después, el público sigue de cerca la actividad durante el resto del año", concluye.

*La programación se puede consultar en linktr.ee/festival_de_la_vispera.