Jorge Frega fue reelecto como presidente del Colegio de Abogados de Morón en mayo pasado con el 87 por ciento de los votos, e integra además el Consejo de la Magistratura de la Provincia de Buenos Aires. En el sitio de noticias Primer Plano On Line, rechazó las acusaciones de “mafia laboral” de Florencia Arietto, que le valieron una denuncia de la asociación civil Nace Un Derecho en el Colegio de Abogados de Lomas de Zamora.

--¿Por qué decidió responder públicamente a Florencia Arietto?

--Primero, aclaremos. No es sólo Florencia Arietto. Lo que ocurra con Florencia Arietto es tema del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora. Yo jamás interferiría en una jurisdicción que no me corresponde. Esto es algo más general y recurrente. Cada tanto, aparecen dirigentes políticos, de distintas fuerzas, que como no saben cómo generar empleo, como hacer crecer la economía, le echan la culpa a los abogados laboralistas. Decir que los empresarios no contratan por temor a un juicio es una simplificación brutal y es una canallada. Es poner el carro delante del caballo. La situación laboral o económica del país no guarda relación con el derecho.

--¿Cómo lo viven los abogados?

--Lo viven mal. Muy mal. Se instala la idea de que en la justicia existe una connivencia para favorecer reclamos injustos de la gente. Nosotros no le llenamos la cabeza a nadie. La gente tiene derechos, cuando percibe que le son conculcados consulta a un profesional y nosotros los atendemos, de eso se trata la profesión.

--¿A qué denomina “la industria del incumplimiento”?

--Existe en el mundo laboral un incumplimiento sistemático e injustificable. De la misma manera que algunos afirman “no pago los impuestos porque son muy caros”, otros dicen “yo no blanqueo a mi personal por el costo laboral”. Eso puede existir en casos puntuales, en empresas muy pequeñas. Lo sé porque también trabajo con pymes, pero no funciona como justificación general. Si a alguien no le gustan o no acuerda con las reglas vigentes, el espacio para modificarlas es el legislativo. Mientras eso no ocurra, mientras no se sancionen otras leyes, las que están hay que cumplirlas. El tema es que el incumplimiento no sólo no resuelve sino que agrava. Incumplir y culpar al que reclama es el mundo del revés. Es como culpar al réferi por cobrar un foul. El fraude existe, claro, pero es mínimo.

--¿De dónde viene este discurso?

--Para encontrar el origen hay que remontarse a los años noventa. La persecución comenzó cuando Domingo Cavallo era ministro de Economía. Cada tanto, a algunos se les da por retomar estos conceptos. Espero que no volvamos a cometer el error de creer en eso. El derecho laboral y el previsional son de naturaleza progresiva. Acá corremos el riesgo de caer en una regresividad. Los trabajadores saben que cuando se empieza a hablar de flexibilizaciòn, corren riesgo de desempleo o de perder derechos.

--¿Y el Estado cómo se comporta como empleador?

--El Estado es básicamente incumplidor, también. Incumple el salario mínimo, vital y móvil, acumula deudas previsionales, recurre a contratos basura. Es cierto que el Estado no tiene recursos o tiene recursos insuficientes. Pero a veces, por proteger al Estado, tanto en laboral como en previsional, se terminan vulnerando derechos de los individuos. La solución no es cercenar. Nunca.

--¿Cuál sería?

--Esa pregunta es para políticos o economistas, yo soy abogado.