Comunidades indígenas de Perú denunciaron que los derrames de petróleo y la consecuente contaminación de algunos ríos de la Amazonia donde habitan se convirtieron en una "pandemia", situación que sufren desde hace 50 años.
"Esta pandemia (de covid-19) hizo despertar a medio mundo porque los enfermó a todos, pero nosotros tenemos una pandemia hace 50 años en nuestro territorio, que va matando a nuestras generaciones y destruyendo todo lo que tenemos", se quejó Alfonso López Tejada, líder del pueblo indígena Cocama.
"Nosotros sufrimos más de 50 años de actividad petrolera", acotó al culpar a la compañía estatal Petroperú de los vertidos de crudo en la Amazonia por problemas en su oleoducto.
Nelton Yunkar, máxima autoridad de la nación Achuar, exhortó al cese de la exploración y explotación de hidrocarburos. "Nosotros no permitimos el ingreso de las empresas petroleras, nosotros queremos trabajar con otros proyectos alternativos, eso es lo que nosotros queremos, no las empresas que contaminan el medio ambiente, que contaminan el río, que contaminan el suelo", dijo.
"Los pueblos Achuar y Wampi rechazamos rotundamente a los extractivistas en nuestro territorio", indicó durante una conferencia con corresponsales de la Asociación de Prensa Extranjera del Perú.
Retención de embarcaciones
Los líderes indígenas levantaron la voz tras protestas protagonizadas el fin de semana por la etnia Kukama Cuninico, que retuvo por más de 24 horas a dos embarcaciones fluviales con turistas para llamar la atención por la inacción del Gobierno ante un derrame de petróleo ocurrido en septiembre.
Las autoridades tienen previsto reunirse el 14 de noviembre para tratar las demandas de las comunidades nativas afectadas por la contaminación.
Último derrame
El último derrame se produjo el 18 de septiembre por una fuga de crudo en el río Cuninico, causada por una ruptura aparentemente intencional del oleoducto Norperuano.
Diez días después, el gobierno de Pedro Castillo declaró el estado de emergencia por 90 días en el área geográfica afectada, donde viven unos 2.500 indígenas de seis comunidades.
El Oleoducto Norperuano, propiedad de Petroperú, fue construido hace cuatro décadas para transportar el crudo desde la región amazónica hasta los puertos de Piura, en la costa. Su extensión es de 800 kilómetros.