Hace un año y varios meses Benito Cerati pisaba el escenario de Sala Lavardén, entre restricciones sanitarias más blandas pero luego más duras; en aquella ocasión con Zero Kill, y ahora vuelve con su proyecto solista y un disco a punto: Shasei, cuyos primeros adelantos –“Agujero negro”, “Buenos días, amor”– circulan por las redes. “Es un disco de canciones más simples y estructuras más definidas; para que haya una puerta de entrada a la casa, nada mejor que un felpudo con el nombre de uno (risas)”, dice Benito Cerati a Rosario/12 sobre la presentación de hoy a las 21 en Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza); la noche contará, además, con la presencia invitada de Lichi.

“Es un disco bastante personal, todas las canciones están basadas en alguna experiencia mía, sobre todo en mis sensaciones más adolescentes, como las primeras veces que sentí o experimenté ciertas cosas. Al ser un disco así y más allá de que cada uno tendrá sus propias interpretaciones o identificaciones, sentí que la mejor idea era presentarlo como un disco mío y no de la banda (Zero Kill). Con la banda siempre tuve una cuestión más abstracta con las letras, a veces refiriéndome a algo que no tenía que ver necesariamente conmigo, pero en este caso me refiero a todo lo que es mi vida, mi adolescencia, también porque en parte me siento un poco viviendo una segunda adolescencia (risas), estoy muy activo”, prosigue el músico.

Con Zero Kill, Cerati editó cuatro discos, cada uno de una impronta distintiva; pero con Shasei asoma otra faceta, que el músico señala también en relación a las formas compositivas: “pienso que en Zero Kill le escapé un poco a la convención o estructura de la canción, siempre jugaba con presentar una especie de idea para luego deformarla y llevarla a otro lugar. En este caso se trata de canciones más simples, con estructuras definidas; es un intento por sacar algo quizás menos ruidoso, y también porque quiero que se me entienda, que haya una puerta de entrada a la casa, que uno decora con todo lo que quiere”.

-Delineás un universo propio, algo que en tu obra ya se nota.

-Este disco es un resultado de muchas cosa que estuve transitando este último año, que para mí fueron un vuelco en mi carrera y realmente agradezco; es la culminación de todo ese aprendizaje y evolución en lo que respecta a lo profesional. Ahora me veo parado en otro lugar; de hecho, con la banda que armé me siento mucho más unido. Si bien lleva mi nombre me siento más parte del grupo que antes, cuando quizás me costaba un poco liderar, armar los conceptos que quería y bajarlos a tierra. Siento que ahora hay alguien que lleva la batuta, me encontré en ese lugar y la estamos pasando bien; tenemos un norte y somos un equipo, cuando antes estábamos más destartalados.

-Entre tus referencias destacás la música del cine de espionaje; en “Agujero Negro” se deslizan matices “jamesbondianos”, digamos.

-En esa canción hay una cadencia con subidas y bajadas de tensión. Uno de mis soundtracks favoritos es el de Goldfinger, donde canta Shirley Bassey, que para mí es todo; ¿viste que en los ’90 hubo una cosa medio sucesora de James Bond? Los primeros discos de los Propellerheads o los Chemical Brothers eran más jodidos, cargados con esa cosa de persecución, de acción y misterio, que está bastante plasmado en mi disco. Eso convive con toda esa cosa más cinematográfica que siempre creo que tengo, y se le suma la inspiración en la música que escuchaba de chico, que siempre vuelve o nunca se va, y es la referencia a la que uno más fácilmente puede llegar a volver. Para hacer esta especie de reboot, quise arrancar desde el principio; y siento que esto, sumado a toda esta aura más misteriosa y jamesbondiana, podía generar un clima muy interesante.

-A propósito del cine, destaco los videoclips recientes (dirigidos por Belén Asad), entre otras cosas por el contraste que proponen: en uno estás rodeado de gente y en el otro solo.

-Ese contraste se da de varias maneras. Musicalmente, “Agujero negro” es un tema más cargado y oscuro, hasta bailable; pero “Buenos días amor” es más calmo, despojado. Para el video pensé también lo mismo, porque en el disco hay algo muy natural pero también artificial y tecnológico. Mi idea era un poco hacer convivir las dos cosas. “Agujero negro” es más armado, artificial, es una fiesta en una casa, no sé si es hedonista pero está ligado más al mundo que vivimos en la ciudad, y “Buenos días” es algo más natural, que iba con la sensibilidad de la canción, de estar vos con vos; la letra tiene algo interesante para mí, que es hablar de un sentimiento tan natural como el amor o el deseo pero con una terminología bastante robótica, con frases como “ojos de metal” o “me mantengo vivo pero no respiro”. Entre las dos cosas parece haber una antítesis, pero pueden convivir.

La palabra que da título al disco, “Shasei”, guarda a su vez una doble acepción: “Es una palabra oriental, significa dibujo en la naturaleza y también eyaculación; cuando la escuché y supe su significado, me dije: ¡el título es éste! Vamos a tocar el disco de corrido, y la verdad que el show está buenísimo, es súper simple, porque quiero privilegiar la cuestión musical antes que la atracción. Somos cuatro personas que hacen canciones, y no estoy planeando una distracción de ningún tipo. Creo que la formación en sí misma ya es bastante atractiva, y en ese sentido los comentarios que recibo lo destacan”.