Una banda con "alto poder de fuego" fue imputada por el fiscal Franco Carbone, quien les atribuyó a sus integrantes haber cometido una cantidad "indeterminada" de hechos. El acusado como jefe de la organización operaba desde la Unidad Penitenciaria 3, donde está detenido. Balaceras, uso de armas contra personas, amenazas, coacciones, extorsiones, usurpaciones -para instalar puntos de venta de estupefacientes-, tráfico de estupefacientes, tenencia, portación, compra, venta y distribución de armas, municiones, chalecos balísticos y material armamentístico, fueron algunos de los delitos achacados a cinco personas. En la causa también hay una escucha con instrucciones para meter celulares a la Unidad 3. El juez Pablo Pinto dictó la prisión preventiva por el plazo de ley.

La organización delictiva es comandada por Edgardo David Ávila, a quien se le atribuyó el rol de jefe; mientras que Edgardo Luis Ávila -policía retirado-, Silvio Ojeda, Tobías Mieres y Pablo Corvalán -también en prisión-, fueron acusados en calidad de miembros. La Fiscalía les endilgó haber actuado junto con otras personas aún no identificadas, para la comisión "indeterminada de hechos delictivos con gran poder de fuego". 

Entre sus integrantes, los acusados jugaban diversos roles, mediante la división de tareas. La banda operó al menos desde los primeros días de septiembre de 2022 al 7 de noviembre pasado, cuando se realizaron los allanamientos y detenciones.

Edgardo David Ávila, el jefe de la organización, fue imputado por impartir las órdenes. "Opera desde el establecimiento penitenciario las 24 horas del día ordenando atentados con armas de fuego, eligiendo a las personas que van a cumplir cada uno de los roles en los hechos, disponiendo el uso de armas de fuego de gran poder ofensivo y vehículos, decidiendo dónde se guardan o se esconden los mismos, organizando y administrando la atención de los puntos de venta de estupefacientes -”búnkers”- y controlando su recaudación", expresa la imputación.

Por su parte, el padre del jefe, Edgardo Luis Ávila -policía retirado-, cumplía "un rol de vital importancia", ya que operaba como nexo entre su hijo detenido y el resto de la organización. "Su tarea principal y permanente consistía en estar a disposición para distribuir las actividades delictivas y proporcionar las armas a requerimiento de Edgardo David".

En tanto, Ojeda fue acusado como proveedor de las armas, chalecos balísticos y municiones. "Aprovecha su carácter de legítimo usuario de armas para comprar legalmente no solo municiones sino también las armas para luego entregarlas a Edgardo Luis, quien las distribuye para la ejecución de los hechos delictivos".

Mieres fue imputado como el "brazo ejecutor" de diversos hechos como "amenazas, coacciones y extorsiones, homicidios por encargo, abusos de armas (balaceras) y comercialización de estupefacientes. Cumple una labor fundamental, siendo el principal enlace entre las órdenes intelectuales de Edgardo David Ávila y la ejecución por parte de los autores materiales. Además, realiza la logística necesaria para llevar adelante lo ordenado y otras veces ejecutar de propia mano los hechos delictivos". 

Además, Corvalán, tío de Tobías, era poseedor de un celular utilizado para comunicarse con las víctimas de las diferentes extorsiones y deudores de la banda para "pactar el cese del hostigamiento a cambio de dinero. Entre sus tareas además se destacan el comercio de estupefacientes", reza la imputación.

Entre la evidencia que presentó el fiscal, hay un audio sobre maniobras para la entrada de celulares al penal donde ya estaba detenido Ávila. "Hay que hacer una misión ahora... te va a pasar a buscar Mati y te va a traer alrededor de la unidad, y nosotros por la ventana vamos a sacar una caña con una tanza. S. ya lo hizo dos veces. Vos lo tenés que hacer. Después te voy a mandar un video así lo hacés".