Este sábado a las 20 en el Centro Cultural Caras y Caretas (Venezuela 330) se presentará la orquesta de tango y murga Despelotango. El conjunto del sur del conurbano bonaerense es una de las expresiones más frescas del tango contemporáneo y propone un sonido festivo que abreva tanto en clásicos inmortales de Villoldo como en composiciones con aires sinfónicos de su compositor y arreglador Nicolás Tognola, para construir una estética que el portal especializado Fractura Expuesta definió oportunamente como “retrofuturista”.
En el Caras y Caretas la banda presentará su segundo disco, La resistencia del abrazo, que según cuenta su vocalista Luciano Rosini, se gestó en medio de la segunda ola de la pandemia. Las ganas de escapar de ese clima de encierro y extender los dedos hacia los demás se advierte en el repertorio desfachatado –muy propio de los lazos murgueros del grupo- y en las composiciones propias del grupo, que conforman una suerte de eje espiritual de la placa.
El lanzamiento fue con videoclips que conformaban una suerte de tríptico de narrativa barrial y callejera (“Derecho viejo”, de Eduardo Arolas; “Opereta 2020”, de Macarena Palacios y Nicolás Tognola; y “El Negro Retintín”, de Juan Carlos Cáceres y Eduardo Arolas). Sobre esos videos Fractura expuesta señaló que “festivos, con frescura, desfachatados pero nunca superficiales, los ‘personajes’ de Despelotango reinventan la clásica mística tanguera con sonidos e imágenes que parecen mezclar todos los tiempos para alumbrar algo nuevo”.
Parte del elenco de baile que los acompañó en esos videos será de la partida también en esta ocasión, con la participación de Sabina Soledad Andrada, Nacho Bertorelli (miembro destacado de La Redoblona), Luisina Fracas, Martín Lasiar, Juan Pablo Ramirez (dos veces finalista del Mundial de Tango).
La propuesta explícita del grupo es fundir en su música los dos géneros. “A la murga trae armonías, melodías, y al tango le regala la percusión”. Desde la banda destacan buscar “el espíritu festivo y popular de toda la cuenca del Río de la Plata” y proponen “un crisol de expresiones rítmicas muy diversas que van desde murga, candombe, milonga, folklore, hasta la cumbia”, mientras buscan "sintetizar el sonido de la calle de hoy”.
Ese ejercicio retrofuturista encuentra gestos muy interesantes en la recreación de los clásicos. “La suba de los alquileres”, de Villoldo, tiene una vigencia casi tragicómica en el punch del grupo, lo mismo que la elección de reversionar “Taquito militar” (Mariano Mores, 1950): cantado, refuerza su original vocación rupturista (fue símbolo de la apertura del Teatro Colón a la música popular y estaba dedicado a un ministro de Juan Domingo Perón), que los años y las sucesivas versiones instrumentales hicieron olvidar.
Despelotango está integrado por Octavio Bianchi Godoy, Matias Diaz, Simón Diaz Fracas, Zelmar Garin, Alejandro Grinschpun, Gustavo Lishi, Inti Malicia, Abel Momo, Germán Plá, Luciano Rosini y Nicolás Tognola. Tognola, conocido en el circuito como El Gauche, es bandoneonista y compositor. Como fueye participa de la Orquesta Romántica Milonguera, pero sobre todo se lo reconoce como el alma mater del grupo de tango fusión Pampa Trash, disuelto recientemente tras el lanzamiento de su cuarto y último disco. Sus coqueteos con el rock sinfónico y la búsqueda de sintetizar elementos de géneros muy distantes se advierte en algunos pasajes de La resistencia del abrazo, junto a sus compañeres de Despelotango. En el disco hay dos temas suyos. “Opereta 2020”, junto a Palacios, y “La resistencia”, junto a Guillermo Rokiski. Este último interpreta la tuba en algunos temas de la placa.
Apretados económicamente por la pandemia, los integrantes de Despelotango transmitieron vía streaming las grabaciones del disco para poder pagar el estudio. El resultado, de creación colectiva, se plasma en su sonido popular y la búsqueda de un encuentro con sus espectadores.