Vanina Reinoso es autora de, entre otras obras, "Cuerpo desnudo sin posesivos y otros gritos", que este miércoles tendrá su presentación en la Casa de la Cultura desde las 18.30 horas. Dialogó con Catamarca/12 sobre su última obra, de Fiambalá, su pueblo natal, y de lo que significa ser escritora en Catamarca.

¿Qué te llevó a ser escritora?

Cuando era muy chica y aprendí a escribir en la primaria, escribí mis primeros poemas, pero tuve dos fuentes fundamentales. La primera, que mis padres desde chica me acercaron a los libros, pero por otro lado, la figura de mi tatarabuela, quien era una narradora oral de Fiambalá y en los inviernos de la precordillera nos reuníamos con los adultos y todos contaban historias. Este tipo de relatos tienen la particularidad de estar contados con eventos fabulosos y mágicos que son tomados como ciertos. Creo que a partir de esas dos cosas yo no podría haber sido otra cosa en la vida.

¿Cuándo publicaste tu primer libro?

A los 15 años. Mi primer libro se llamó “Laberinto del corazón”, en el que se palpan temáticas de un amor rosa y adolescente, algo totalmente diferente a lo que concibo hoy en día, y que por fortuna abandoné (comenta riendo), pero tuvo muy buena aceptación y refleja toda esa etapa de la adolescencia. Mi segundo libro es “Eneicos y otros poemas”, que versa sobre la literatura y la historia de Roma, una temática que también me gusta y me generaba mucho interés. Son obras muy diferentes entre sí.

¿Cómo siguió tu carrera como escritora?

Más adelante, publiqué “Cuentos en la noche”, mi primer libro de narrativa, porque básicamente soy una poeta, pero este libro fue en homenaje a mi pueblo y a mi tatarabuela, porque si bien vivo en la capital de Catamarca; el lugar donde una nace siempre nos habita. Desde siempre me resonaban todas esas historias que escuchaba de chiquita y la idea fue resguardar en escrito a estos encuentros y a estos relatos, por lo que me fui de vacaciones e hice entrevistas con varias personas que me contaron sus historias. En estos relatos, por más que haya un aparecido o una bruja, o algo sobrenatural, se toman como historias ciertas, porque en un punto se conecta con todo el NOA y otros países. Son historias que nos identifican en cómo nos conectamos con la realidad y donde predomina el realismo mágico. Las escribí, ficcionalicé e incluí personajes y en 2018 se publicó el libro, que ya va por su cuarta edición.

¿Cómo llegas a "Cuerpo desnudo sin posesivos y otros gritos"?

Este libro, en realidad, en 2020 estuvo listo, pero en ese año llegó la pandemia, por lo que no pudo salir de forma impresa, así que lo presenté por Facebook lo distribuí digitalmente de forma gratuita. Actualmente se lo puede descargar en la página de la Editorial Científica de la Universidad Nacional de Catamarca. Son poemas que hablan sobre los estereotipos impuestos en la niñez, los mandatos para las mujeres, como el de la maternidad como único destino posible, el silencio como un peso en la formación de muchas mujeres, porque si hablas y reclamas sos mal vista y considerada problemática.

Sabemos que venís presentando esta obra en diferentes lugares…

Si. Este año lo presenté en la Universidad Nacional de Jujuy, en Andalgalá, y hace muy poquito en Alijilán y surgió esta invitación de la Biblioteca del Senado y la Vice gobernación, por lo que también se va a hacer el miércoles 16 de noviembre que viene en la Casa de la Cultura a las 18.30 horas. Este libro, por un lado se distribuye gratuitamente, pero su primera edición en papel fue totalmente hermosa, artesanal y única a cargo de Mercedes Chasampi, que prioriza el cuidado del medio ambiente. Este año ya hicimos otra impresión con otro formato.

¿De dónde surgió la idea de la obra?

A partir de la lectura de la realidad. Escuchando lo que le pasó a gente que conozco, viendo en la televisión femicidios de mujeres que me impactaron mucho. También de lo que viví como mujer y recibí como mandatos a lo largo de mi vida. Nos pasa a muchas por el simple hecho de ser mujeres que tenemos estos mandatos y estereotipos. Surgió por las injusticias y todo lo que tenemos que soportar y transitar por ser mujeres. Nos estamos desprendiendo de todo esto y empoderándonos, pero me pareció importante ponerlo en palabras. El arte puede ayudar a cambiar las mentalidades, así como en otro momento ayudó a fijar estereotipos en el arte, la pintura, la música. Tenemos la idea de que el amor es sufrimiento y es para toda la vida y que tenemos que cumplir con ciertos estereotipos de belleza. El libro habla sobre lo que que pasa con la mirada sobre el cuerpo de la mujer, una mirada que históricamente nos posicionó como un objeto de deseo del hombre de mentalidad patriarcal y machista. También aborda el tema de las violaciones, que, cuando vemos los porcentajes, la mayoría se producen en entornos familiares y cercanos a la víctima. En este sentido, la literatura puede tomar el camino del arte por el arte mismo, pero también tenemos la posibilidad de escribir desde una mirada crítica y reflexiva, por eso la postura que tomo en este, que es mi cuarto libro. Decidí tomar un posicionamiento político y en él solo han intervenido mujeres; desde la persona que tomó las fotos, la diseñadora de arte y de tapa. Además, invité a artistas para que cada poema tenga un dibujo y a partir de esto, ellas pueden difundir su arte, porque es importante que nos apoyemos entre todas.

¿Cómo es ser escritora en Catamarca?

Por un lado, Catamarca tiene mucho que brindar para la creatividad y la imaginación, pero por otro lado, es un desafío desde lo económico. No es lo mismo que en una gran ciudad como Buenos Aires, Madrid o Barcelona. A mí siempre me tocó ahorrar para mis proyectos. Con “Cuentos en la noche”, que tuvo mucho éxito, una editorial se ofreció para pagar la edición, lo que es lo ideal para un autor, pero no pasa siempre. En Catamarca hay una gran variedad de estilos de escrituras, y si bien es una ciudad chica, en mi caso sentí apoyo.

¿Cómo ves en esta época a los niños/as y jóvenes con respecto a la lectura y escritura?

Hay encuentros de escritores, como, por ejemplo, los que se dan en Andalgalá, donde hay agentes de la cultura independiente que trabajan muy duro y lo hacen por amor al arte, pero de todas formas, queda mucho recorrido por hacer. En el caso de niños, niñas y jóvenes, pensamos que no leen, pero si. Puede que haya cambiado el formato y puede que lean a través de la pantalla. Al menos en lo que me ha tocado en relacionarme con niños/as y jóvenes, sí quizás noto que los mediadores de la lectura, o sea, los adultos, tendríamos que poner más de nuestra parte en generar acciones que los lleven a la lectura en las escuelas, bibliotecas y centros culturales; pero si vamos con actividad lúdica, bien pensada y hecha con pasión, ellos responden porque la literatura firmemente nos conecta con la esencia del ser humano y es fundamental que todas y todos tengamos acceso a la lectura literaria.

¿Qué le dirías a alguien que quiere dedicarse a escribir?

Hay que guiarse por lo que nos apasiona en la vida, porque es la clave para hacer lo mejor posible, eso es fundamental, pero más que nada, les diría que es importante leer, leer y mucho. También escribir, porque con la práctica se va afilando el lápiz y es posible lograrlo. Lleva su tiempo y esfuerzo, pero vale la pena. Es bueno hacer talleres, como La Cueva (semillero de autores) o talleres online. Si buscamos, hoy hay otras herramientas diferentes que en el pasado no había y se democratizó un poquito más el acceso, pero es un camino que hay que trabajarlo mucho y ser perseverante, pero creo mucho en perseguir los sueños.