El 22 de noviembre debutará la Selección Argentina ante Arabia Saudita, en el Estadio Lusail por el Grupo C del Mundial de Qatar 2022. Hay muchas expectativas de cara al primer encuentro del elenco comandado por Lionel Scaloni, ya que mantiene una racha de 35 partidos sin conocer la derrota.
El objetivo principal del seleccionado nacional es ganar la tercera estrella en su historia, luego de las obtenidas en 1978 y 1986. Esta última fue lograda en México, de la mano de Carlos Salvador Bilardo como entrenador y con Diego Armando Maradona como principal figura. En ese plantel estaba Oscar Garré, un lateral que mostraba su impronta en Ferro Carril Oeste.
El ex defensor es uno de los 43 argentinos que levantaron la Copa del Mundo en la historia nacional y, por ende, es voz autorizada para analizar el presente del elenco argentino comandado por Scaloni.
“El entrenador fue cuestionado por la manera que llegó a ocupar el cargo y no tenía la suficiente experiencia, pero le dieron posibilidades y las supo aprovechar. Conformó un muy buen cuerpo técnico, supo amalgamar a los muchachos que tenían bastante rodaje en la Selección y eso ha llevado a que el grupo está muy compacto, y todo eso es obra Scaloni y está muy bien”, remarca en un mano a mano con Líbero.
–¿Que es de su vida Oscar?
–Estamos trabajando en un country como coordinador del fútbol infantil y también en la parte técnica. Estoy ligado al fútbol, pero de otra manera. La estoy pasando bien, sin tantas presiones.
–¿Cómo es entrenar a chicos que recién tienen sus primeros pasos en el fútbol?
–Les enseño los conceptos básicos de jugar a la pelota. Tienen muchas ganas de jugar pero a medida que van pasando los años se va intensificando un poco más. Son chicos de distintas edades por eso hay que ir llevándolos de a poco. Primero, se les enseña las cosas básicas de este deporte, pero sobre todo se les inculca que se diviertan y que la pasen bien. Hay una edad para la recreación, otra para la enseñanza y otra para competir. Son procesos que deben atravesar de acuerdo con sus años de vida.
–A tan corta edad, ¿los chicos piensan en divertirse o ya tienen la idea fija de que quieren ser profesionales?
–No, sólo vienen a divertirse. Cuento con chicos de 6, 7, 10 y 12 años, y no se les pasa por sus cabezas ser profesionales más adelante; solo les interesa jugar y competir. Luego del aprendizaje, viene la competencia en la cual ellos quieren ganar sí o sí. Igualmente no les inculcamos que sea ganar o ganar, no tenemos esa idea de aprendizaje. Hay muchas cosas que hacen a la educación deportiva.
–¿Qué expectativas tiene en cuanto al mundial de Qatar?
–Las mejores. Cuando aparecen esta clase de competencias tenemos la esperanza, el deseo y la ilusión de que nos vaya bien. En ese sentido, Argentina llega en un muy buen momento. Demostró el seleccionado que encontró un equilibrio futbolístico bueno y esperemos que lo siga desarrollando durante la competencia.
–¿Qué es lo que más lo entusiasma del actual seleccionado argentino?
–El nivel futbolístico y el equilibrio que encontró el equipo en el último tiempo. Porque cuenta con jugadores de muy buena técnica y tiene al mejor jugador del mundo que es Messi, que es un plus extra. En ese sentido, llegamos muy bien a Qatar con un juego en equipo, compacto y con jugadores que pueden marcar diferencias.
–Oscar, ¿es favorita Argentina para ganar el Mundial?
–En cada Mundial que participa la Selección Argentina es favorita y más ahora que tenemos muchos jugadores a nivel internacional, que juegan en las mejores ligas y que están pasando por un muy buen momento. Pero eso no quita que tenemos que respetar a las cuatro selecciones que siempre son candidatas como Francia, España, Alemania y Brasil. Sin dudas, estas son más candidatas y siempre están llegando a las finales.
–Hoy, ¿sigue siendo un equipo Messidependiente?
–No, hoy ya no, y creo que es por parte de Messi, producto de la edad, y es lógico. Se ve un seleccionado que juega más en equipo, y si bien Messi en algún momento demostrará su categoría, hoy el equipo no depende de él, sino que tiene otros jugadores en muy buenos niveles que pueden desequilibrar. Lo bueno que tiene variantes y puede jugar con línea de cuatro con Tagliafico o Acuña, o con línea de cinco defensores. Con los jugadores que cuenta están en condiciones de jugar con varios sistemas.
–¿Qué análisis hace de la baja de Lo Celso?
–Es complicada su salida porque es un chico que había entrado bien y se metió en el 11 titular. Tiene mucha personalidad para conducir al equipo y lo hacía cuando el equipo lo necesitaba. Son esos riesgos con los que uno corre previo a un Mundial, que se lastime y contra eso no se puede hacer nada.
–¿Cómo observa a Lionel Scaloni como entrenador?
–Bien, y lo remarqué desde el primer momento. Scaloni fue cuestionado por la manera que llegó a ocupar el cargo de entrenador y no tenía la suficiente experiencia, pero le dieron posibilidades y las supo aprovechar. Conformó un muy buen cuerpo técnico, supo amalgamar a los muchachos que tenían bastante rodaje en la Selección y eso ha llevado a que el grupo está muy compacto, y todo eso es obra Scaloni y está muy bien.
–¿Cuánto tuvo que ver la obtención de la Copa América para que hoy este seleccionado tenga un buen presente?
–Ayudó mucho haber ganado la Copa América en Brasil, porque hubo una generación de chicos que fueron grandes jugadores y no lo conseguían. Cada vez que disputaban una final le quedaba ese sabor amargo de querer y no poder, hasta que se consagraron en Brasil y se sacaron la mochila pesada de encima. Había futbolistas que habían jugado entre ocho y diez años en la Selección y no la pudieron ganar, y al conseguirla en Brasil fue muy importante. Es una etapa superada y ahora viene el gran desafío que es jugar un Mundial y ganarlo.
–¿Qué sería para Argentina hacer una buena Copa?
–Quedar entre las cuatro primeras del torneo y si puede ganar la Copa mucho mejor. No te podes conformar con salir campeón de América porque Argentina siempre tiene que ir por más. Esta Selección, por su historia, siempre tiene que aspirar a más y apostar a títulos más lindos e importantes como un Mundial.
–¿Qué augura para Qatar?
–Yo quiero que Argentina salga campeón del mundo, sin ningún tipo de dudas. Antes que levante la Copa otro país a nivel deportivo, quiero que gane la Selección de mi país.
–¿Existe alguna similitud del seleccionado actual con el que integró en 1986?
–Es difícil comparar. Sí veo que este grupo está muy unido como lo estábamos nosotros en la previa a México '86. En eso si observo mucha similitud. El grupo está bien y se llevan muy bien los muchachos con los integrantes del cuerpo técnico; se nota que trabajan con alegría y contentos y eso es un punto muy importante.
–¿El Messi de hoy es el más maradoneano de todos?
–Es difícil compararlos porque son de distintas etapas. Hoy, el fútbol ha cambiado y es muy dinámico. Sin dudas que en 1986 tuvimos al mejor Maradona de todos los tiempos, y ojalá que este Mundial sea el de Messi. Por suerte, los dos son argentinos y Diego en su momento y hoy Lionel son los mejores del mundo. El rosarino es el máximo referente del seleccionado como lo fue Diego con nosotros. Son esos tipos abanderados por la forma de trabajar y de ser, que no pierden la humildad y siempre piensan en positivo. Si esos jugadores no le dan un mensaje al grupo que queda para el resto.
–¿Qué tenía Maradona que lo definían como el líder del grupo?
–Su personalidad. Era un ganador nato y jugaba de la misma manera donde sea, y en cualquier cancha. En ese sentido, Messi es igual a Diego.
–¿Qué recuerdos tiene de su paso por la Selección Argentina?
–Los mejores recuerdos. Fueron seis años en los cuales competí al máximo nivel. Siempre anhelaba jugar en la Selección y cuando te toca defender los colores de tu país en lo mejor que te puede pasar. Es el mejor momento para cualquier profesional en cualquier disciplina, y vestir los colores de tu país es un orgullo y un honor muy grande.
–¿Cuándo fue convocado a la Selección?
–Desde el primer día que asumió Carlos Bilardo en 1983. Ya nos conocíamos cuando nos enfrentábamos, él con Estudiantes y yo en Ferro Carril Oeste.
–¿Cómo vivió la etapa previa a las eliminatorias para México '86?
–Fue una etapa dura porque tuvimos una clasificación dolorosa, como no hubiéramos querido. Fue bastante complicada hasta el último partido con Perú porque estuvimos sufriendo en el Monumental. Pudimos empatar sobre la hora 2-2 y nos permitió llegar al Mundial, pero sufrimos y nos clasificamos. A veces sufrir tiene su recompensa, porque esa clasificación media compleja hizo que lleguemos al Mundial y luego lo ganamos de la mejor manera.
–No llegaron como favoritos a México, sin embargo se consagraron campeones. ¿Es mejor llegar de punto o de banca a un Mundial?
–Podes llegar de punto y no te salen las cosas como uno pretende. Y podes llegar de banca y crees que ya está todo ganado. El Mundial es distinto a todas las competencias deportivas. Son 30 días que jugás con los mejores de cada país. Después de las eliminatorias es un mes que tenés que pensar y vivir para esa competencia. No es fácil cuando uno lo piensa desde afuera.
–¿Qué sensación le agarra a un jugador previo a disputar un Mundial?
–Un orgullo muy grande por defender los colores de tu país. Sos un privilegiado de estar ahí, pero tenés que rendir al máximo para competir en una Copa del Mundo. Se te vienen muchas cosas a la cabeza, como por ejemplo el primer día que te convocaron a la Selección para llegar a ese gran momento, o cuando te pusiste por primera vez la casaca albiceleste en un partido. Desde que sos profesional soñás con vestir la casaca de tu país.
–¿Fue un innovador Bilardo?
–Sin duda, un adelantado. Porque trabajó todos los sistemas, ya que un día podes jugar con un contrincante que tiene tres delanteros, o con un punta y cinco volantes. En algún momento tenés que variar el sistema y lo tenés que trabajar. Carlos en ese sentido fue un innovador. Nosotros tuvimos una cantidad de tiempo para probar varios sistemas.
–¿Cómo viviste la primera fase?
–Bien, con la responsabilidad de saber que tenés que jugar el primer partido y ganarlo para llegar a la final; son siete finales y no hay margen de error. No podes especular con ningún resultado y para ser el mejor tenés que ganar todos los partidos como sea.
–¿Cuándo se dieron cuenta que estaban para ser campeones?
–Cuando el exárbitro brasileño Romualdo Arppi Filho tocó el silbato contra Alemania tras ganarle 3-2. Previo a esa final, podes tener la confianza de que estas cerca de salir campeón, pero hasta que el juez no pita el final no podes festejar. En el fútbol, no podes hacer cuentas porque dos más dos no da cuatro. Uno trabaja para ganar siempre pero al rival le pasa lo mismo. Las matemáticas no existen en este deporte.
–¿Conserva la medalla del Mundial?
–Sí, la tengo guardada bajo cuatro llaves, pero camisetas no. Las que tenía se las di a mis hijos, que las usaron y las regalaron, ni ellos las tienen (risas). No me quedó prácticamente nada y me arrepiento de haberlas regalado, aunque antes no era como es ahora porque hoy te dan 20 por partido.
–¿Conserva alguna de Maradona?
–Si, tengo una guardada, una azul de la Selección cuando jugamos un amistoso en Suiza.
–¿Pudo tocar la Copa del Mundo?
–Si, claro ¿cómo no voy a tocar la Copa? Sé que alguno del '86 no llegaron a tocarla ni tampoco del '78, pero si que lo toqué. Nos paramos a uno por uno, nos dieron la medalla y levantamos la Copa del Mundo.
–¿El pueblo argentino le da más importancia al título ganado en 1986 que al de 1978?
–No, son dos logros muy importantes. Lo que pasa es que en México le ganamos a Inglaterra tras la guerra de Malvinas y la gente se quedó con ese recuerdo, y con el resultado final ante Alemania, ya que íbamos ganando 2-0, lo empataron y terminamos ganando 3-2. Eso hace que la gente lo siente de otra manera. Pero al final, los campeones del mundo son muy reconocidos. Las dos estrellitas que tenemos en la camiseta fueron muy bien ganadas.
–¿Le cayó la ficha por la muerte de Maradona?
–Lamentablemente es una realidad, pero son sentimientos muy duros cuando uno lo recuerda. La pérdida de Diego fue un golpe duro, no solamente para la gente del fútbol sino para su familia y sus amigos. Lo más triste de todo es como se fue, de la manera que lo hizo y a su corta edad. La di el último adiós el día de su fallecimiento en el velorio que se llevó a cabo en la Casa Rosada. Fuimos los primeros en entrar (los del '86) junto con su familia.